Actividad Científica del Dr. Bernardo Ebrí

Los interesados en poder descargar publicaciones médicas científicas del Dr. Bernardo Ebrí Torné, pueden hacer "clic" en

https://www.researchgate.net/profile/Bernardo_Ebri/stats

Para descargar el programa informático para el cálculo de la Edad ósea en niños, guía explicativa como usarlo, sobre la radiografía de mano izquierda, y luego poder predecir la talla adulta del niño (niños de 0,5 años a 20); específicos programas para niños de 0 a 4 años a través de la radiografía de mano y de pie) (En español y lengua inglesa),publicaciones a este respecto, libro sobre Maduración Esquelética etc.,.., introducirse en la siguiente web: www.comz.org/maduracion-osea
Se abrirá el portal al hacer "clic" y allí, se encuentra toda la información, con posibilidad de descarga.
El método esta siendo utilizado por pediatras, radiólogos, de España, Italia, México, Venezuela...
Comentarios en https://sites.google.com/site/doctorbernardoebri/prueba


Salmos 91:4 y 46:1. El amor de Dios

Salmos 91:4 y  46:1. El amor de Dios
"Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será nuestro escudo y tu baluarte". "Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia"

Friday, March 13, 2009

Psicoterapia Transpersonal y Liberación

Es necesario interrelacionar nuestra cultura occidental con la oriental, así como estrechar lazos. Nuestra cultura occidental está basada fundamentalmente en el ego mientras que la oriental lo está en una conciencia cósmica unitiva. El ego nos egotiza, nos esclaviza y nos encadena en una dinámica que puede entorpecer nuestra libertad interior. Es necesario liberarnos de su poder y abrirnos a una dimensión solidaria y grata-tuita. La psicoterapia puede ayudarnos a liberarnos, siempre que posibilite abrirnos caminos interiores que desemboquen en experiencias sólidas, solidarias que nos saquen de nuestro egoísmo. En el radican la mayoría de nuestros males, el egoísmo nos ata, nos encadena y nos impide liberarnos de nuestros vicios o pecados capitales. La soberbia es compañera inseparable de nuestro ego, de tal forma que éste siempre enarbola su bandera.
La psicoterapia transpersonal nos invita a liberarnos de todo aquello que nos esclaviza, que nos ata, siendo nuestro ego el primer necesitado de ayuda. Jesús se nos muestra como el principal apoyo para nuestra existencia, El nos libera de nuestra soberbia y nos da su paz, nos invita a ser misericordiosos como El nos enseñó a lo largo de su vida terrena. De esta forma nuestro ego hipertrofiado va dejando paso a una solidaridad curativa, ya que en la medida que damos recibimos, y así nuestro corazón se va llenando de paz y de mansedumbre.
Los cristianos tenemos la suerte de que tratamos con un Dios personal en Cristo y además con familariedad, y a diferencia de otras religiones, nosotros no necesitamos purgar el karma si nos acercamos humildes a ese médico divino que es Jesucristo y le pedimos perdón.
Los orientales budistas o hinduistas no conocen un Dios personal que les perdona setenta veces siete (totalidad) y de alguna forma tiene que lavar su mala conciencia. El karma con su sentido de purgación por los malos actos cometidos se esfuma en Cristo y no necesitamos ya ninguna reencarnación en otros cuerpos sino resurrección de nuestro propio cuerpo que lo hace en cuerpo espiritual, como dice la Teología Paulina. Nuestra unidad psicosomática espiritual no puede dividirse ni separarse entre almas y cuerpos, de tal forma que el alma separada vaya buscando otro cuerpo, esto no es posible desde la unidad de la fe y del amor en un solo Dios Trinitario.
Una psicoterapia eficaz aborda al hombre entero, y al hombre en relación con su entorno social. Dios creo al hombre solidario para la comunidad aunque conservando su propia individualidad. Y cuando se desestructuró este proyecto y el hombre hipertrofió su ego hasta el punto que rompió los lazos fraternales, se engendró lo que llamamos desorden o pecado. La liberación de ese pecado es la vuelta solidaria al hermano, a ejemplo del mismo Jesús. Cuando el hombre sale de sí, de su egoísmo, se libera y libera a otros. La psicoterapia transpersonal o la psicoterapia profunda ayudan a recolocar al hombre en su proyecto original, a devolverle su salud integral y libertad.
Nuestra acción cristiana de cada día pasa en la mayoría de las ocasiones desapercibida, pero supone un importante punto de palanca cuyas auténticas dimensiones las desconocemos, una semilla que no sabemos concretamente que fruto dará pero dará. La promesa de Jesús se mantiene constante, toda semilla de buenas obras fructificará en su momento y su fruto será abundante. Unos siembran, otros recogen, pero lo importante es no dejar de sembrar aunque nosotros no veamos los frutos inmediatos. La fe nos dice que así será, mientras nosotros mismos vamos recogiendo los frutos que otros sembraron. El brazo de palanca de la fe mueve montañas, la misma fe libera y es condición muy importante para nuestra propia recuperación integral, para nuestra propia salud pasicofísica y para la propia psicoterapia. Nuestro principal enemigo somos nosotros mismos, nuestro orgullo herido, nuestra soberbia, porque puede hacer irreversible nuestro acercamiento a Dios. Solo el humilde capta la necesidad de conversión y puede por ello abrir espacios en su corazón, entonces Dios puede manifestarse y sanarnos.
Un Dios manipulado no libera, es un ídolo, un falso dios. Entonces es nuestro propio ego el que se idolatra y se convierte en dios. Volvemos de hecho al viejo mito del paraíso “Seréis como dioses”, que la serpiente dijo a nuestros primeros padres. Solo desde el Cristo humilde podemos alcanzar la libertad y la liberación. Explícita o implícitamente toda la humanidad se encuentra bajo el sello de Cristo, y El se identifica con todo el género humano.
Un cristianismo auténtico no se cierra a nadie, sino que en disposición de apertura universal se ofrece esperanzado en la utopía del evangelio. Solo salva el amor, y la confianza y la seguridad en Dios, en su misericordia. Solos, egotizados, solo podemos estar seguros de una cosa y es de nuestra propia inseguridad que aflora tras la máscara de la autosuficiencia y orgullo.
En el abandono confiado al amor de su Padre Dios, de su hermano mayor Jesucristo Hijo de Dios, el hombre gracias al Espíritu Santo que le anima, puede sentir la auténtica liberación y libertad en el espíritu para sentir la paz y el amor; una paz, un amor que como dice San Pablo, nada ni nadie nos puede quitar, ni la espada, ni la propia muerte (Rom8, 35-37)

Bernardo Ebrí Torné

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