Actividad Científica del Dr. Bernardo Ebrí

Los interesados en poder descargar publicaciones médicas científicas del Dr. Bernardo Ebrí Torné, pueden hacer "clic" en

https://www.researchgate.net/profile/Bernardo_Ebri/stats

Para descargar el programa informático para el cálculo de la Edad ósea en niños, guía explicativa como usarlo, sobre la radiografía de mano izquierda, y luego poder predecir la talla adulta del niño (niños de 0,5 años a 20); específicos programas para niños de 0 a 4 años a través de la radiografía de mano y de pie) (En español y lengua inglesa),publicaciones a este respecto, libro sobre Maduración Esquelética etc.,.., introducirse en la siguiente web: www.comz.org/maduracion-osea
Se abrirá el portal al hacer "clic" y allí, se encuentra toda la información, con posibilidad de descarga.
El método esta siendo utilizado por pediatras, radiólogos, de España, Italia, México, Venezuela...
Comentarios en https://sites.google.com/site/doctorbernardoebri/prueba


Salmos 91:4 y 46:1. El amor de Dios

Salmos 91:4 y  46:1. El amor de Dios
"Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será nuestro escudo y tu baluarte". "Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia"

Saturday, February 9, 2013

''Las células madre. Alquimia celular para una nueva medicina''

Bioética




Un ebook sobre un asunto bioético de gran actualidad

Por Redacción

MADRID, 09 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Nicolás Jouve ha publicado el ebook "Las células madre. Alquimia celular para una nueva medicina", en Digital Reasons. Todos los libros de esta editorial son digitales y pueden leerse en su página web o descargarlos en formato epub. El lector puede contar con un espacio propio donde se activa el enlace para descargar el libro, leerlo en su ordenador o acceder al blog de los libros que haya adquirido.
Las células madre –dice la presentación del libro- son células no especializadas que tienen la capacidad de transformarse en muchos tipos de células diferentes del organismo. Cuando a finales de los años noventa se conoció la existencia de las células madre embrionarias surgió la idea de aprovechar los embriones «sobrantes» de la práctica de la fecundación in vitro, extraer las células pluripotentes del embrioblasto, cultivarlas en el laboratorio y utilizarlas para la reparación de los tejidos degradados de enfermos con patologías que afectasen al deterioro celular. Sin embargo, esta utilización plantea serios problemas técnicos y éticos. Los primeros se refieren a las dificultades de aplicación al constatarse un doble problema tras el trasplante: el rechazo inmunológico y la formación de tumores. El grave inconveniente ético surge de la necesidad de destruir los embriones para utilizar sus células, lo que es contrario al respeto a la dignidad y protección debida a toda vida humana desde la concepción.
Casi desde el comienzo de la experimentación con las células madre embrionarias se produjo la búsqueda de alternativas y surgieron numerosos trabajos demostrativos de que en tejidos somáticos post-embrionarios, fetales y post-natales, existen células madre, denominadas adultas, que son multipotentes con capacidad de reprogramación hacia el mismo o diferente tipo de tejido celular. A ello se añade el hecho de que desde 2006, se ha habilitado una nueva tecnología debida al investigador japonés Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina en el año 2012, consistente en la reprogramación de células diferenciadas de tejidos adultos por técnicas de ingeniería genética. La técnica recibe el nombre de «reprogramación celular» y a las células derivadas se les denomina Células Madre Inducidas (iPS). Tras un arranque lleno de resultados prometedores ya no existen dudas del potencial terapéutico de estas células, que no plantean problemas éticos y son una auténtica alternativa a las embrionarias en investigaciones biomédicas con aplicaciones clínicas. A los 12 años del comienzo de estas tecnologías, en el momento presente los ensayos clínicos utilizan muy mayoritariamente las células madre adultas o las iPS, con logros clínicos muy prometedores en una creciente gama de aplicaciones terapéuticas.
En este libro se sigue una exposición cronológica de los hitos principales y del panorama de este tipo de investigaciones desde finales de los años noventa hasta el momento presente. Se describen con detalle todos los aspectos que interesa conocer sobre la tecnología de las células madre, embrionarias, adultas e iPS, y su utilización terapéutica, su conexión con el proyecto genoma humano y la terapia génica y su importancia cada vez mayor en la medicina personalizada. También se puntualiza sobre el importante debate ético suscitado por la destrucción de los embriones, incluido el aspecto legislativo y la importante sentencia del Tribunal de Justicia Europeo a finales de 2011, en contra de la utilización de los embriones en investigación o para la obtención de patentes. Se concluye sobre el cambio operado en la fuente de las células madre para la medicina reparadora, pasando de unas expectativas terapéuticas frustradas con las de procedencia embrionaria, a la emergencia e implantación mayoritaria de la tecnología de las células madre adultas e iPS.
Nicolás Jouve de la Barreda es de Madrid y catedrático de Genética desde 1977. Doctor en Ciencias Biológicas. Fue profesor en las universidades Complutense, Politécnica de Madrid, Bilbao y Córdoba. Hizo estudios de postgrado en Cambridge, en 1976, y fue investigador invitado en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, en 1988. Da cursos de Genética en la Facultad de Medicina, y de Genética Evolutiva en la Facultad de Biología. Fue presidente de la Sociedad Española de Genética (1900 a 1994).
Es consultor del Consejo Pontificio para la Familia, desde septiembre de 2009. Promotor y primer firmante de la Declaración de Madrid --marzo de 2009--, un manifiesto a favor de la vida humana naciente. Presidente de CiViCa, Asociación de Profesionales e Investigadores por la Vida Humana creado en Junio de 2009: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/.
Autor de varios libros de Genética y Bioética, entre ellos, un libro de texto de "Genética" --Editorial Omega, Barcelona--, un libro de divulgación sobre biología y ética, titulado “Biología, vida y Sociedad” --Editado por Antonio Machado--, y un ensayo titulado "Explorando los Genes. Del Big-Bang a la Nueva Biología" --Ediciones Encuentro--. Colaborador habitual de diversos medios de comunicación. En la actualidad participa en la información sobre temas de Ciencia en Intereconomía TV.
Para acceder al libro: http://www.digitalreasons.es/.

Monday, February 4, 2013

Muchos coreanos vienen a la Iglesia porque han visto la esperanza y la belleza de la vida

        
Entrevista con monseñor Lázaro Yoo Heugn-Sik, obispo de Taejeo, Corea del Sur
Por Rocío Lancho García
ROMA, 03 de febrero de 2013 (Zenit.org) - El encuentro promovido por los obispos amigos del Movimiento de los Focolares tuvo lugar en Roma del 29 al 31 de enero. Esta reunión habitual entre obispos cercanos a este movimiento, fundado por Chiara Lubich, este año se celebrará en diversas regiones del mundo como Líbano, Corea del Sur, Madagascar, Estados Unidos, Brasil o Alemania.
El celebrado en Roma es el primero de este año y contó con la presencia de obispos de diferentes diócesis italianas, de otros países de Europa, Líbano, Corea del Sur y Ciudad del Vaticano.
Durante estos tres días, además de participar en la Audiencia General con Benedicto XVI, tuvieron espacios de reflexión y debate sobre temas como la nueva evangelización y la espiritualidad de comunión, en el hoy de la Iglesia y del mundo, el desafío de la sinodalidad eclesial, Iglesia y Europa, y la historia de los focolares en relación al Concilio Vaticano II.
ZENIT ha entrevistado al obispo Lázaro Yoo Heugn-Sik, de Taejeo, Corea del Sur, para conocer sus impresiones sobre este encuentroy conocer de primera mano la situación de su diócesis y de la Iglesia en su país.
¿Qué supone para usted este encuentro?
--Mons. Heugn-Sik: Encontrar tantos obispos, caminar juntos en este espíritu de comunión, llegar a esta comunión me da fuerza donde estaré solo. Esto es para mí una alegría inmensa, venir a Roma y encontrar estos hermanos obispos.
¿Es la primera vez que participa en este congreso?
--Mons. Heugn-Sik: No, ya hace años que participo. Es más, puedo decir que encontrando esta espiritualidad de la unidad ha salvado mi vocación. Y seguí esta espiritualidad como seminarista, sacerdote y luego obispo y continúo viviendo esta vida.
¿Cómo es la situación de su país, de su diócesis?
--Mons. Heugn-Sik: La belleza de Corea ahora mismo es que hay vocaciones, hay muchos nuevos bautizados adultos. Por ejemplo el año pasado en mi diócesis hubo diez nuevos bautizados, han entrado en la Iglesia. Esto ya es signo bueno que muchos coreanos vienen a la Iglesia porque han visto la esperanza y la belleza de la vida.
¿Cuáles son los proyectos en su diócesis?
--Mons. Heugn-Sik: Este año hemos profundizado en la pastoral juvenil porque en 2014 habrá la Jornada Asiática de la Juventud y también la Jornada Coreana de la juventud en mi diócesis, por eso estamos preparando especialmente para que estos encuentros puedan convertirse en un signo, una esperanza para tantos jóvenes que en el Señor puedan ir adelante.
¿Y sobre el Año de la Fe y la Nueva Evangelización, cuáles son sus propuestas?
--Mons. Heugn-Sik: Personalmente, sobre la Nueva Evangelización he entendido nueva evangelización y también nueva escucha de la Palabra de Dios, quien ama, escucha y escuchando de nuevo la palabra de Dios siempre me lleva a profundizar y a mirar a los otros. Además de la nueva expresión, nuevos métodos, nuevo ardor... escuchando la Palabra de Dios buscamos actuar en varios campos de la pastoral.
¿Sobre el encuentro, con qué se queda como enseñanza?
--Mons. Heugn-Sik: Para mí esta comunión de conjunto y ver la Iglesia de hoy. He escuchado cómo tengo que caminar hacia el futuro, la única forma de ir hacia delante es creando esta comunión fraterna que es célula viva.
¿Y sobre la visita del Papa de ayer...?
--Mons. Heugn-Sik: Cuando le saludé personalmente le dije que todo el pueblo coreano espera su visita y él me ha contestado muy contento, "lo sé, lo sé".

El desamparo interior

 


                    
Sanar los corazones destrozados de los parados y desempleados
Por Juan del Río Martín
MADRID, 03 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos a los lectores la colaboración habitual en el espacio "Foro" del arzobispo castrense de España, monseñor Juan del Río Martín.
*****
La situación de crisis económica y moral que estamos padeciendo no sólo trae paro, desahucios, pobreza familiar y social, etc., si no también otros males espirituales más profundos de los que suele hablarse poco.
En tiempos pasados, de bonanza, quien no se enriquecía antes de los treinta años era considerado un perdedor. Todo se sobreestimaba por encima de su valor y utilidad, buscando eufemismos comerciales que, aparentemente, justificaran tales operaciones económicas y financieras. El dinero público parecía no tener dueño y estar más al servicio de la clientela ideológica y políticaque del pueblo, al que pertenece. Había una obsesión por vivir para el trabajo, para la empresa, para consumir por encima de las posibilidades. Cualquier predicación o consejo acerca de valores como la verdad, honradez, lealtad, familia, natalidad, justicia social o comportamiento ético, era tachado rápidamente de moralina, mentalidad estrecha o una cantidad de calificativos que ridiculizaban o silenciaban cualquier tentativa de rearme moral. Se tiraron por la borda muchas tradiciones con sentido. Ahora de pronto, todo se ha caído, no hay dónde agarrarse, se ha perdido el propio centro de la persona. El materialismo y el nihilismo envolventes han originado el desamparo interior en muchas de las víctimas de una época marcada por la avaricia.
En estos momentos, no se trata únicamente de recomponer las estructuras económicas, financieras y administrativas de un país como el nuestro en gravísimas dificultades, si no también hay que sanar los corazones destrozados de los parados y desempleados, que sufren la carencia del pan de cada día, el vacío de ideales y de entusiasmo por seguir luchando. Así, escuchamos continuamente lamentaciones que reflejan lo que venimos diciendo: “Me limito a ir tirando”, “Me siento como en un túnel, no sé por dónde salir”, “Mi vida está acabada…", “¿A dónde voy con los años que tengo?”, etc…
La salida de la crisis es obra de toda la sociedad. Las reformas necesarias pueden ser urgentes o dolorosas para un sector de la población, pero no sólo deben quedarse en cambios en el sistema económico, nuevas leyes o reconversiones de las instituciones. La raíz del mal está en la enfermedad moral y espiritual que padece nuestra sociedad, donde la persona se encuentra perdida. Hay que rehabilitar al sujeto en sí mismo, como germen para construir una colectividad sana que tenga capacidad para encajar solidariamente los sacrificios y el cambio de mentalidad que está exigiendo el periodo presente, como camino para un futuro mejor.
¿Cómo hacer esto? Nadie tiene una varita mágica o una receta infalible, pero todos podemos aportar nuestro grano de arena, según el papel que desempeñemos en la vida. Así los políticos, economistas y demás técnicos en el poder deben realizar su cometido buscando el bien común de la sociedad, antes que sus intereses personales o de grupo. Las familias no deben abdicar de sus funciones y derechos, aunque tengan que remar contra corriente frente a la cultura dominante.
Todos debemos: Valorar la vida, vivir con sencillez y austeridad, educar en elegir el bien y evitar el mal, enseñar a las nuevas generaciones que la coherencia de vida es su mejor escuela. La misma Iglesia, como maestra en humanidad, debe estar siempre al lado de los más desfavorecidos, mostrando sin ningún complejo ante la modernidad, la sanación integral que supone para el ser humano el acoger con sencillez de corazón, la oferta del Evangelio de Jesucristo.
Una sociedad que silencia o rechaza la dimensión espiritual de la persona, no tiene futuro. No es lo mismo ser ateo que creyente. El pesimismo paralizante es consecuencia del miedo, quizás inconsciente, que produce vegetar en la nada. El anhelo de recuperar lo perdido brota cuando hay esperanza en el alma humana. Vivir en cristiano es un bien social. Porque aquellos que se rigen por la Ley de Dios salvan o evitan muchos males y están llamados a buscar la verdad, el bien, la paz y la libertad, que son ejes esenciales de la sociedad. En el fondo de la crisis está la ausencia de Dios, porque el hombre no es pura materia, si no espíritu encarnado que reclama, en tiempos de serenidad o de turbulencia, esa presencia salvadora de un Dios, que en expresión de San Agustín: «Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».