Homilía del
papa Francisco en santa Marta 31 marzo 2014
La fe nos pone en camino hacia las promesas. La fe en
las promesas de Dios
El problema no es equivocarse de camino, sino no regresar
cuando nos hemos equivocado
No vagabundear por la vida, incluida la
del espíritu, sino ir derechos hacia la meta que para un cristiano quiere decir
seguir las promesas de Dios, que jamás decepcionan. Es la enseñanza del Papa
Francisco según las lecturas del día, y que explicó en su homilía de la Misa
matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
Hay
cristianos que se fían de las promesas
de Dios y las siguen a lo largo de la vida. Hay otros cuya vida de fe se
estanca y hay otros aún convencidos de progresar y que, en cambio, hacen sólo "turismo existencial". El
Papa hizo una distinción acerca de tres
tipos de creyentes, que tienen el común denominador de saber que la vida
cristiana es un itinerario, pero que son divergentes en el modo de recorrerlo o
no recorrerlo de ninguna manera.
Ante
todo, inspirándose en el pasaje de Isaías de la primera Lectura, Francisco
explicó que Dios siempre "antes de pedir algo, promete". Y añadió que
su promesa es la de una vida nueva y la de una vida de "alegría".
Aquí, dijo, está "el fundamento principal de la virtud de la esperanza: confiar en las promesas de Dios"
- sabiendo que Él jamás "decepciona" - puesto que la esencia de la
vida cristiana es "caminar hacia las promesas". Mientras después
también están los cristianos que tienen "la tentación de detenerse".
"¡Tantos cristianos detenidos! Tenemos
tantos detrás que tienen una esperanza débil. Sí creen que existe el Cielo y
que todo irá bien. Está bien que lo crean, ¡pero no lo buscan! Cumplen los
mandamientos, los preceptos: todo, todo... Pero están detenidos. El Señor no
puede hacer de ellos levadura en su pueblo, porque no caminan. Y esto es un
problema: los detenidos. Después hay otros entre ellos y nosotros, que se
equivocan de camino: todos nosotros algunas veces nos hemos equivocado de
camino, esto lo sabemos. El problema no
es equivocarse de camino; el problema es no regresar cuando uno se da cuenta de
haberse equivocado".
El
modelo de quien cree y sigue lo que la fe le indica es el funcionario del rey
descrito en el Evangelio, que pide a Jesús la curación de un hijo enfermo y no duda un instante en ponerse en
camino hacia casa cuando el Maestro le asegura que la ha obtenido. Opuesto a
este hombre, afirmó el Papa, es quizás, el grupo "más peligroso", en
el que están aquellos que "se
engañan a sí mismos: los que caminan pero no hacen camino":
"Son los cristianos errantes: giran,
giran como si la vida fuera un turismo existencial, sin meta, sin tomar las
promesas en serio. Aquellos que giran y se engañan, porque dicen: ‘¡Yo
camino!'. No, tú no caminas: tú giras. Los errantes... En cambio, el Señor nos
pide que no nos detengamos, que no nos equivoquemos de camino y que no giremos
por la vida. Girar por la vida... Nos pide que miremos las promesas, que vayamos
adelante con las promesas como ese hombre, como ese hombre: ¡ese hombre creyó
en la palabra de Jesús! La fe nos pone
en camino hacia las promesas. La fe en las promesas de Dios".
"Nuestra
condición de pecadores hace que nos equivoquemos de camino", reconoció el
Papa Francisco, si bien aseguró que: "El Señor nos da siempre la gracia de
volver":
"La
Cuaresma es un tiempo hermoso para pensar si estoy en camino o si estoy
demasiado quieto: conviértete. O si me he equivocado de camino: pero ve a
confesarte y retoma el camino. O si soy un turista teologal, uno de estos que
hacen el giro de la vida pero jamás dan un paso hacia adelante. Y pido al Señor
la gracia de retomar el camino, de ponerme en camino, pero hacia las
promesas".
Fuente.
Zenit.org