08/06/2009 José María Ballester Esquivias . Alba डिजीटल
En un reciente discurso, el presidente del Gobierno apretó su tuerca laicista afirmando que “Europa es la cuna de la libertad, de los derechos, de una misión laica, porque eso es la democracia” y que Europa “no es la imposición de ninguna moral o de ningún credo“. En sus últimos libros, Marcello Pera y Joseph Weiler -ninguno de los dos es católico- desmontan esa teoría.
El filósofo y parlamentario italiano Marcello Pera no es oficialmente creyente. Ni tiene por qué serlo. Se conforma con hacer caso a la acertada recomendación que el Papa hizo a los no creyentes: seguir la vieja fórmula de Pascal y de Kant y “vivir como si Dios existiera” . “Si Dios existe, significa que hay límites morales a mis acciones, comportamientos, decisiones, proyectos, leyes y más…” suele decir. En 2005, escribió un libro con el entonces cardenal Ratzinger justo antes de que este último ascendiera a la Silla de Pedro. A finales del año pasado publicó ‘Por qué tenemos que considerarnos cristianos’, editado en italiano por Mondadori.
En este ensayo, el ex presidente italiano se explaya largo y tendido sobre las raíces cristianas del Viejo Continente y desmenuza la naturaleza y las intenciones del laicismo tan promovido por Zapatero. Denuncia que el laicismo ha llevado a Europa “fuera de su tradición, de su religión y de Occidente. Al final, con poca o ninguna identidad, está incluso fuera de sí misma”.
Y añade: “Se ha recordado justamente cómo la historia demuestra que la idea de Europa es anterior a la de su identidad y que esta última ha cambiado a lo largo de los siglos. Y es verdad. Sin embargo, hay un punto en el que nunca ha cambiado: el de la dialéctica ‘nosotros-ellos’. Como en cualquier identidad, la europea se construyó y se construye sobre este binomio. Se suceden los actores pero la estructura lógica sigue siendo la misma.”
La pretensión laica es totalitaria
Por su parte, el catedrático norteamericano Joseph Weiler -que profesa la fe judía-, recuerda en su contribución a la obra colectiva Dios salve la razón (Ed. Encuentro, 2008) que “las sociedades democráticas, liberales, pluralistas y tolerantes -en las que, por ejemplo, la libertad de religión y la libertad de la religión están garantizadas- representan un patrimonio cuya vigilancia y protección no deben ser debilitadas. Pero en la pretensión laica hay algo que no cuadra -algo totalitario- al definir una esfera pública que no sólo es protegida y garantizada por el Estado sino que se la confunde con el Estado”.
Explicación: “La tradición cristiana de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios es mucho más interesante (…) por dos razones. En primer lugar, se trata conceptualmente de un modelo no competitivo de relación Iglesia- Estado. (…). En segundo lugar, es archisabido que las personas y la sociedad humana prosperan allí donde no existe un monopolio sobre lo que constituye la noción de esfera pública. Esto forma parte todavía de la tradición europea. Todos nosotros, cristianos y no cristianos, religiosos y no religiosos, seremos derrotados en caso de que Europa pierda al final sus características peculiares“. Al final de su contribución, Weiler se pregunta: “¿Y Europa seguiría siendo la misma en el caso de que perdiese sus raíces cristianas?”
Sunday, June 14, 2009
Influyentes intelectuales no católicos desmontan la Europa laicista de Zapatero
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