SEGUIMOS EN
EL CAMINO, ESTE SE HACE AL ANDAR. La Obra de un autor en búsqueda
A raíz de la
presentación de “Seguimos en el Camino. Este se hace al andar” intentamos
analizar el por qué, el para qué de esta Obra.
No es fácil
intentar esquematizar esta Obra, que consta de tres bloques: Relatos, poesía y
reflexiones. Todo su contenido pertenece a la trayectoria vital del autor, y
ésta es consecuencia de sus inquietudes, ansias, utopías y filosofía de vida,
que en sus gérmenes comienza ya en la infancia, como en el relato: “El carácter
numinoso de la infancia”. Somos hijos de nuestras circunstancias, de la
educación recibida y de nuestras propias experiencias, en definitiva. Y para
mí, el sentido de Patria, de trascendencia de la vida, han sido concluyentes,
en definitiva, del triunfo del amor sobre el odio y el revanchismo suicida. Ese
“Leif motive” prima en toda mi obra, en cualquiera de sus facetas.
La defensa
de la vida desde su concepción hasta los últimos momentos de su existencia son
para el autor carácter prínceps. Sabedor como médico de los intríngulis de la
psique humana sana y enferma, se rebela el autor ante la manipulación actual
que se hace sobre estos grandes temas de vida. Zubiri habla de personeidad y
personalidad, ante aquellos que justifican el aborto aludiendo a que el feto no
llega a ser persona, entendiendo como ella solo a aquellos que alcanzan su
pleno desarrollo físico y mental, (independientemente de que, si aniquilas una
vida, ya no llegara a su pleno desarrollo) el término personeidad, engloba a
todo ser humano, ya se sea discapacitado, o feto no nacido, porque su código genético
es humano y no por ejemplo, una rana o un sapo. Por ello, es por lo que posee
la dignidad de un ser humano.
Por
intereses espureos se nos quieren imponer políticas de culturas de muerte,
políticas que pretenden robarnos nuestro sentido común y tratan de unificarnos
robóticamente a efectos de impregnarnos de un “sentido bobo” y ser marionetas
manipulables del sistema. Mucha mass media contribuye a ello.
Contra estos
ataques despiadados, solo cabe el poder ejercer un sano discernimiento que nos
faculte para poder discernir básicamente entre lo que es un bien o un mal. Y
nadie con sentido común puede defender la muerte de un ser humano no nacido
como un bien a costa de suprimir el derecho constitucional y de ley natural del
derecho a la vida.
A este relativismo
moral del “todo vale” apoyado en un manipulado sentido democrático, se llega a
un nudo gordiano de mentiras, cinismo, hipocresía y de intereses corruptos.
El hombre
como decía Pascal, su corazón, tiene razones que la cabeza no entiende, y esas
razones, son sentimientos de vida que pugnan por permanecer vivos ante tanto
desconcierto ambiental y palabrería vana.
En
consecuencia, el “Leif motive” de esta Obra, su dinámica interna es la búsqueda
de lo sustancial, de la esencia del hombre, del poder encontrar el sentido de
su existencia, como ser trascendente; búsqueda que todo ser pensante se plantea
más tarde o más temprano en su vida. Todos, en definitiva, nos encontramos en
búsqueda caminando por los caminos de la vida misma.
Es en este
marco donde esta Obra se enmarca, puede entenderse el sentido de cada relato, y
de muchas de las reflexiones que figuran en ella, incluidas las mismas poesías.
Muchas de estas están dedicadas a miembros de mi propia familia, intentando ser
cálidas, y otras traducen ese intento de búsqueda de lo hermoso, de lo bello,
expresado en la naturaleza, en los propios personajes, en el ansia de amor
incorruptible que el corazón amante busca.
En los
relatos también se intenta encontrar una armonía que traduzca la búsqueda de la
amistad, como en “Un fin de semana de dos amigos” “Reencontrar la amistad”, de
lo utópico, de lo fantástico como en el relato: “El Tesoro de Gallocanta”. En
otros se expresa la buena relación de un profesor con sus alumnos y el trato y
la comunicación con los pacientes, como en “El doctor Pedro Martínez,
internista y profesor”. La relación con los estudiantes mas allá de las
enseñanzas médicas en “Un descanso del Dr. Martínez tras la visita
hospitalaria”. La angustia existencial ante la enfermedad en “Caminando por la
vida”. La soledad y añoranza de la esposa en la viudedad en “Primavera en el
otoño de la vida”, y otros temas varios como relatos de excursiones, en “Viaje
a Tenerife…”. Relación de los nietos con los abuelos en “Un rato con mi nieta”
….
En el bloque
de reflexiones, se recogen múltiples temas, de interés médico y social, como la
crisis humanística de nuestra sociedad, donde impera un relativismo moral del
“Todo vale” a fin de conseguir cualquier fin que sirva a intereses espureos,
incluyendo a la propia medicina, donde los Grandes Capitales Farmacéuticos nos ven como objeto de consumo, no buscando
en definitiva la resolución de la enfermedad, sino su mantenimiento en un
estadiaje crónico, a efectos de mantener el consumo de medicamentos, aun soportando
el precio de una pesada carga iatrogénica. Ante ello, como se expuso en nuestra
entrada en ASEMEYA (Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas), aportamos
soluciones de corte Hipocrático y de la práctica de una Medicina Integral, a
desarrollar a lo largo de nuestro Siglo XXI.
En artículos
como en “Moral funcional” “La cáscara epidérmica” “Los separatismos un desatino
y una deslealtad” “Cuando la democracia ocupa el nombre de Dios”, se incide en
el relativismo moral existente, en la hipertrofia del ego, a fin de que, con la
permisividad democrática, no se reparen en cualquier clase de medios, para
implantar nuevas dictaduras de pensamiento único, condenando a los que se
oponen de fachas y retrógrados. Así, con leyes de mayoría parlamentaria se
pontifican y se imponen normas de conducta que atentan contra la ley natural y
el propio sentido común, atribuyéndose una pretendida superioridad de nueva
moral progresista. Siguen rutas programadas de ingeniería social, pautadas por
intereses bastardos de índole supranacional, que buscan convertirnos en rebaño
progre dócil y sumiso. Sirvan como ejemplo, una vez más, en esta cultura de la
muerte, las leyes que han introducido el aborto como un derecho de la mujer,
obviando el de la víctima, y las futuras leyes que despenalicen la implantación
de la Eutanasia, ya pasiva o activa, obviando la opinión médica de que una
aplicación correcta de los cuidados paliativos la hace innecesaria. Y todo ello
en colisión con los saberes científicos, como exponemos en “La Ciencia a favor
de la vida desde el momento de la concepción. Consideraciones bioéticas”,
aludiendo al prestigioso genetista Nicolás Joulve.
Los Estados,
los lobbies internacionales, adquieren así, un pretendido derecho a decidir quiénes
pueden nacer y quienes morir, atribuyéndose el poder de Dios: “Seréis como
dioses les dijo el tentador a nuestros primeros padres”. Este Dios ya superado,
es trasladado al desván de los recuerdos de la Historia, en esta llamemos
filosofía de lo políticamente correcto o no, tan de moda en nuestros días.
Este estado
de cosas nos recuerda ante esta crisis de valores, la hipertrofia del ego
humano, de una soberbia sin límites y de intereses crematísticos desmesurados
que hacen vender al hombre su alma al diablo. El resultado es una corrupción
institucionalizada, siendo nuestro papel el convertirnos en seres robóticos,
sin capacidad de discernimiento, que aceptemos sin crítica las imposiciones del
pensamiento relativista y progre, y si no, incluirnos también en ese desván de
lo superado de la Historia.
En nuestra
reflexión “Refundar la conciencia y el don de la Fe” se insta a recuperar los
valores de una ética cristiana, invitándonos a una transformación evangélica
del corazón para conciliar una conciencia individual con la comunitaria que
garantice el derecho natural con la solidaridad hacia los mas necesitados.
Esta
situación actual no es nueva, sin embargo, con diferentes tácticas, los poderes
oscuros siempre han buscado a lo largo de la Historia el desestabilizar y
derribar los valores cristianos, considerarlos como caducos y amalgamarlos con
filosofías que los desvirtúen y confundan las conciencias. Y para ello, se han
servido de la violencia y el derramamiento de sangre. En el artículo “El Odio
contra la Fe Cristiana” abordamos con detalles este espinoso y doloroso tema.
En “Psicología transpersonal” abordamos la dimensión: física, mental-emocional
y espiritual del ser humano, intentando dar una respuesta de liberación
personal de estas lacras.
En otro
artículo efectuamos la crítica literaria de la Trilogía: “La otra cara de la
Medicina” del propio autor de esta Obra que ahora presentamos. En otro
artículo, recordamos la memoria de Teilhard de Chardin, a los 55 años de su
muerte, los conceptos de Noosfera: “Conciencia espiritual que camina en la
evolución espiritual hacia el Punto Omega: Cristo mismo, que es Alfa y Omega,
Principio y fin de todas las cosas”. Y como también nos recordaba este sabio
jesuita, que Ciencia y Fe son totalmente compatibles.
En otros
artículos de esta Obra, recordamos así mismo esta compatibilidad, como en
“Diálogo entre Fe/Religión y Ciencia”, “Mas sobre Ciencia y Fe” y “Ciencia y
Fe” que es capítulo de nuestra novela: “La Travesía”.
“Análisis
General del Fenómeno de la Muerte. Morir nos interroga” del mismo discurso
impartido en la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, se analiza
dicho fenómeno universal, así como las experiencias “bordelinde” de muchos enfermos
terminales al realizar el tránsito.
“Crisis
existencial. Testimonio personal” es otra aportación de esta Obra que
presentamos.
Con todo lo
expuesto, hemos intentado explicitar lo que es esta Obra de “Seguimos en el
camino. Este se hace al andar”. Poesía, relatos, reflexiones, son fruto de
muchos años del autor, y que, en definitiva, solo el lector podrá sacar sus
propias conclusiones. Espero en su indulgencia, y que al final de su lectura,
considere que el tiempo invertido, haya merecido la pena.
Bernardo
Ebrí Torné
Zaragoza 12
de Diciembre de 2019.
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