Conferencia en la Real Academia de Medicina de Zaragoza.
Por el DOCTOR BERNARDO EBRÍ TORNÉ. Especialista en Medicina Interna.
Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza. Ex Profesor Asociado Médico y de Anatomía Humana. Investigador integrado en el GRUPO CIFARC (Control de Riesgo Cardio Vascular) de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna) Diplomado en Medicina Biológica. Miembro de la Asociación de Escritores Aragoneses y de Asemeya (Médicos Españoles Escritores)
Zaragoza 7 de Octubre de 2010
Excmo. Sr. Presidente, ilustrísimos Señores Académicos, amigos y compañeros, señoras y señores.
Como miembro del Grupo Nacional Cifarc de la Sociedad de Medicina Interna Española (SEMI) es un honor para mí el haber sido invitado a esta Real Academia de Medicina para dar esta conferencia, por su presidente y junta directiva. Intentaré resumir lo mas brevemente que pueda la labor clínica investigadora desde el año 2002 hasta la fecha. La casuística que compone la base de esta investigación de 2264 pacientes procede de un estudio transversal de ámbito nacional. Los pacientes consecutivos son procedentes de Consultas Externas de Medicina Interna, pertenecientes al estudio CIFARC, del Grupo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna. Los pacientes, sujetos de alto riesgo cardiovascular, mayores de 18 años de ambos sexos, acudieron a Consultas Externas, donde se les realizó anamnesis, exploración física y exploración analítica. Los datos expresión de las variables analizadas, eran enviados por correo electrónico a la base de datos.
Con esta investigación quería comprobarse el mal control que se estaba realizando a nivel primario de los factores de riesgo cardiovascular. Por ello los objetivos de iniciar este estudio fueron: 1) Determinar el porcentaje de pacientes con alto riesgo cardiovascular que tienen controlados de forma global todos sus factores de riesgo mayores (HTA, hipercolesterolemia, diabetes, tabaco y obesidad); 2) Evaluar los recursos médicos utilizados: número de visitas médicas, exploraciones complementarias y tratamientos realizados por causa cardiovascular.
El estudio constó de dos fases I y II. Durante la fase segunda se efectuó un seguimiento de los pacientes, comprobándose un mejor control de los pacientes de riesgo a partir del mal cumplimiento que en la primera fase se había detectado.
Desde Consultas Externas del Hospital Miguel Servet colaboramos en aportar nuestro pool de pacientes que engrosaron la casuística global. La investigación comprobó que solamente un 6,9 % de los pacientes de alto o muy alto riesgo cardiovascular tenían controlados los 5 principales factores de riesgo mayores. La existencia de diabetes mellitus, dislipemia o proteinuria, predisponían a un mal control integral de los mismos, mientras que el número de exploraciones complementarias realizadas se asoció a un mejor control.
En las diversas reuniones que tuvimos en Madrid para discusión de los resultados se nos ofreció a los investigadores la posibilidad de desarrollar estudios paralelos de subanálisis con los datos de la casuística general, a efectos de optimizarla, y aportar nuevas líneas de investigación. Personalmente acepté, y a consecuencia de ello, han surgido hasta ahora, tres trabajos que han sido presentados a tres Congresos Nacionales de Medina General y Medicina Interna: De la SEMERGEN, (Granada 2004), SEMERGEN (Bilbao 2005) y SEMI (Salamanca 2006). En Granada, el trabajo que seguidamente expondremos, fue premiado como mejor comunicación “MIR”, siendo presentado por la doctora Inmaculada Ebrí.
Llegados a este punto, gratitud obliga, quiero agradecer públicamente al profesor Altarriba, catedrático de Genética y Mejora de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza la ayuda prestada para la confección de estos trabajos en el tratamiento estadístico de las variables de riesgo cardiovascular. Fueron numerosas las tardes que mano a mano pasamos juntos trabajando en la programación estadística.
En honor a la brevedad ofrecemos seguidamente extractados el contenido de estas comunicaciones. Tras ellas efectuaremos una Discusión General, destacando la importancia de las variables analizadas en la clínica, cotejando nuestros resultados con los hallados por otros autores. Y como decía Santiago Loren: “Los saberes tienen que volver a aplicarse desde una base humanística así como también deben de estar recogidos, impresos en las comunicaciones científicas de tal manera que la "precisión" de su exposición no sacrifique esta base humanística”, es por ello que posteriormente y como epígrafe final efectuaré unos breves comentarios acerca de la labor que el médico de nuestros días debe de llevar a cabo, según apuntaba el mismo Loren en boca de Green: “Debe de ser capaz de llevar a cabo una labor investigadora que tiene que descender a la clínica, en forma de una atención personalizada a cada paciente; porque no solo es necesario ser un buen médico a nivel técnico sino ser también un médico bueno a nivel humano” Para ello y aunque no sea mas que un apunte, comentaremos al finalizar nuestra conferencia, lo que entendemos por Medicina de la Totalidad, basada ésta en la llamada por Paul Tournier, Medicina de la Persona, autor que ya fue citado por el que fue catedrático de Psiquiatría de esta Facultad, el profesor Rey Ardid.
Con la venia del Sr. Presidente damos comienzo a la exposición de estas comunicaciones:
DIFERENCIAS EN VARIABLES REPRESENTATIVAS DE ENFERMEDAD O REPERCUSIÓN CARDIOVASCULAR ENTRE SUJETOS DE ALTO RIESGO CARDIOVASCULAR CON Y SIN ANTECEDENTES FAMILIARES DE EVENTOS CARDIOVASCULARES PRECOCES
El objetivo del estudio es valorar la relación de los antecedentes familiares de eventos cardiovasculares precoces con diversas variables determinantes de factores de riesgo cardiovascular y de lesión de órganos diana.
Material y Métodos: Estudio transversal de ámbito nacional con 2264 pacientes consecutivos de las Consultas Externas de Medicina Interna, mayores de 18 años y con riesgo cardiovascular alto o muy alto, procedentes del Estudio CIFARC del Grupo de Riesgo Vascular de la SEMI. Se estudia la relación entre la presencia o no de antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular precoz (AFP) y distintas variables de factores de riesgo cardiovascular y lesión de órgano diana. El tratamiento estadístico (Chi-2, ANOVA y regresión lineal de Pearson) se ha realizado mediante el programa STATISTIX.
Las variables categóricas estudiadas son alteraciones del espectro lipídico, analíticas y afectación de órganos diana de afectación cardiovascular, así mismo se han valorado variables ponderales
Resultados:
En la Tabla 1, podemos observar las variables analizadas en cuanto a su significación estadística con relación a la presencia de AFP, tanto en varones y mujeres analizados de forma global, como por separado en ambos sexos. En los varones hemos observado diferencias estadísticamente significativas respecto al Colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, tabaquismo, HVI, niveles de creatinina, retinopatía I-II, retinopatía grave, proteinuria, talla y edad. En las mujeres resultan han resultado significativas la edad y la enfermedad vascular periférica. Analizada la casuística de forma global las variables significativas halladas han sido, colesterol total, HDL, LDL, tabaquismo, HVI, niveles de creatinina, retinopatía I-II, enfermedad vascular periférica, talla y edad.
En tabla 2 se observan las asociaciones significativas entre AFP y las distintas variables estudiadas según sexo y total. En cada parámetro detallamos el incremento en % de frecuencia de lo variable observada respecto a la esperada bajo la hipótesis de independencia en el grupo formado por individuos. Existen diferencias en los varones con antecedentes familiares precoces en las distintas variables analizadas, diferencias que expresamos en porcentajes en la tabla.
Analizada de forma global la casuística: hombres y mujeres Con y Sin AFP, los pacientes que tienen AFP, presentan mayores niveles de colesterol total y colesterol LDL, menor HDL, mayor tabaquismo e HVI, mayores niveles de proteinuria y de creatinina, retinopatía I-II, retinopatía grave, y enfermedad vascular periférica, que los pacientes Sin AFP.
Analizados por separado hombres y mujeres, los varones Con AFP presentan mayores niveles de colesterol total, colesterol LDL, menor HDL, mayor tabaquismo, HVI, y mayores niveles de creatinina, que los varones Sin AFP:
Las mujeres Con AFP presentan un incremento significativo de porcentaje (124.7%) solo en la enfermedad vascular periférica, respecto a las mujeres Sin AFP.
Las variables que no han presentado diferencias significativas entre hombres y mujeres Con y Sin AFP, no hemos expresado los porcentajes.
Si la variable no es categórica sino continua como ocurre con la talla, las diferencias se expresan de forma cuantitativa. Respecto a la edad, los grupos Con AFP positivo, tardan en los varones y mujeres una media de 2,73 y 3 años respectivamente antes en acudir a la consulta médica, que los grupos sin dichos antecedentes. Con AFP presentan los varones una edad media de 62 años en acudir al médico, mientras que los que no tienen AFP la media es de 65.1 años. Las mujeres Con AFP presentan una edad media de consulta de 64.5 años, mientras que las que no tienen AFP es de 67.5 años.
Comparando entre sí hombres y mujeres, los hombres acuden antes al médico que las mujeres en 2.4 años, aunque no tengan AFP. Los hombres Con AFP acuden al profesional unos cinco años antes que las mujeres.
En la TABLA 3 se vuelven a relacionar las variables analizadas respecto a Con o Sin AFP a efectos de valorar posibles diferencias significativas de los parámetros a p<0.05>ó = de 140/90 mmHg) En términos absolutos ello supone unas 4.000 muertes cardiovasculares y unas 14.000 muertes totales al año relacionadas con la hipertensión (Banegas JR y cols)
Las estrategias sobre el manejo de la hipertensión no deberían ser tomadas únicamente por la elevación de las cifras tensionales, sino por la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular asociados, lesión de órgano diana y otras condiciones clínicas asociadas. Es conocido que hay otros factores de riesgo no clásicos que también han demostrado tener una relación con la enfermedad cardiovascular, y que no se tienen en cuenta en el cálculo de riesgo cardiovascular, como la obesidad, el sedentarismo, historia familiar de enfermedad coronaria temprana o de eventos cardiovasculares en general, lipoproteínas de baja densidad (LDL) pequeñas y densas, lipoproteína a, fibrinógeno, homocisteina, factores inflamatorios, psicosociales, laborales y probablemente otros que deben de considerarse dentro del contexto clínico de cada paciente ( Saitta A; Torbus-Lisiecka B; Ortega RM y cols)
La presencia de una historia familiar precoz cardiovascular, se encuentra relacionada con la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular en el paciente (Friedlander Y; James Valentine R; Jerrad-Dunne P y cols)
Se ha descrito un incremento continuo y gradual del riesgo relativo de mortalidad, conforme aumenta el índice de masa corporal (Manson JE y cols). Se ha observado además una asociación del IMC y la obesidad con la hipertensión arterial, hiperglucemia y el sedentarismo (U.S. Department of Health and Human Services; Wordl Health Organization Obesity; Glowinska B y cols), incluso en niños y adolescentes, pudiendo existir también una correlación con historia familiar positiva a enfermedad cardiovascular. Mas específicamente, algunos factores de riesgo cardiovascular tienden a agregarse o a formar un cluster, debido a que están metabólicamente ligados (obesidad, diabetes, hipertensión y dislipemia, que constituyen el llamado síndrome metabólico o síndrome de resistencia a la insulina que puede llegar a ser muy frecuente en las edades medias y avanzadas de la vida (Ford Es; Rabkin SW; Siervogel RM y cols) En nuestro estudio también hemos encontrado una correlación positiva de IMC en hombres con niveles elevados de colesterol, HVI y retinopatía leve. En mujeres se ha encontrado una correlación positiva con la cardiopatía isquémica.
Según la Encuesta Nacional de Salud en 1997, la frecuencia de obesidad es mayor en varones jóvenes que en mujeres jóvenes, pero a partir de los 45 años se hace mas frecuente en las mujeres que en los hombres. En ambos sexos la prevalencia de obesidad aumenta con la edad (19,2%) en el grupo de 45 a 64 años y 21,2% en el grupo de 65 a 74 años. Otro factor de riesgo cardiovascular importante es la HVI que traduce la afectación de órganos diana en varones. La población hipertensa de España se ha estimado en un 64%; la presencia de HVI diagnosticada con ecocardiografía ha sido del 40% (Dalfo A y cols) Hemos observado un perfil positivo de asociación de la HVI con AFP de eventos cardiovasculares y afectación de otros órganos diana. Respecto a la proteinuria, hemos observado que ésta, en ambos sexos, se encuentra íntimamente correlacionada con niveles elevados de Creatinina, HVI y retinopatía leve y grave, como traducción de la afectación de los órganos diana por la HTA. En mujeres está asociada a niveles bajos de colesterol HDL. Hemos evidenciado también que niveles elevados de Creatinina, retinopatía leve y grave, se correlacionan con otros factores de riesgo cardiovascular y afectación de órganos diana. La diabetes mellitus como ya mostró el Estudio Framingham se asocia a un mayor riesgo de desarrollo de enfermedad cerebrovascular (Kannel WB). De hecho las complicaciones de la ateromatosis son la principal causa de morbimortalidad en los diabéticos. Su riesgo relativo de enfermedad cardiovascular es mayor en la mujer diabética que en el varón, con cerca de 10.000 defunciones por año. Supone la sexta causa de muerte en España (42,6% de todas las defunciones) según el Instituto Nacional de Estadística en el 2002. Nosotros también en ambos sexos la hemos encontrado asociada a un mayor riesgo cardiovascular y afectación de órganos diana. La cardiopatía isquémica se encuentra íntimamente relacionada con otros factores de riesgo cardiovascular como el tabaco, sedentarismo e hipertensión arterial. En los varones a estos factores, se les puede atribuir aproximadamente la mitad de las muertes coronarias en los años noventa. En las mujeres, son el sedentarismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia, los tres factores que provocan una mayor carga coronaria (Banegas JR) En el Estudio Ibérica los pacientes con infarto de miocardio presentaban en el momento del ingreso hospitalario una prevalencia de hipertensión del 46%, tabaquismo 43%, dislipemia 39% y de diabetes del 18%. El 32% tenían dos o mas factores de riesgo, y solo un 18% no presentaban estos factores de riesgo (Fiol M y cols) En otros estudios (Badui E) donde se evaluó el perfil de infarto de miocardio en adultos jóvenes entre 24 y 40 años, se encontró que el 75% presentaban tensión emocional por personalidad de tipo A, el 71% tabaquismo, 42% hipertensión arterial sistémica, 25% diabetes mellitus, 25% hiperlipemia y el 20% obesidad. Un 24% no presentaban factor de riesgo alguno conocido.
En un 98% de los casos se encontró presente por lo menos un factor de riesgo familiar. En otro estudio que se valoró la presencia de un infarto en pacientes muy jóvenes de menos de 30 años (Gostmamm I y cols) encontró que muy pocos de estos pacientes tenían factores de riesgo habituales; por el contrario se trataba de pacientes muy fumadores la mayoría. Un 50% tenían normales las coronariografías, mientras que en otro 50% evidenciaron signos de enfermedad coronaria. Los autores apuntan que una tendencia trombofílica y un vasoespasmo deberían de ser considerado en estos casos. En el Estudio Prevese (Velasco JA) se evidenció a los seis meses del alta tras infarto agudo de miocardio, una mejoría del perfil de riesgo cardiovascular, aunque no hubo modificaciones favorables en las concentraciones del colesterol total. Tras cuatro años después de un infarto, el Estudio Prevese II, encontró una disminución significativa del tabaquismo (41,6% frente al 35,4%) y detectó la alta prevalencia de hipertensión (47,5%) sobrepeso (46,3%) y obesidad (48%) (Velasco JA) Nosotros también hemos visto la cardiopatía isquémica asociada con factores de riesgo cardiovascular, otras enfermedades vasculares y afectación de órganos diana. Por lo que se refiere a la enfermedad cerebrovascular, tanto en los varones como en las mujeres, la hipertensión arterial es el factor con mayor impacto potencial seguido de la hipercolesterolemia. El impacto de ésta sería mayor si se considerasen cifras de más de 200 mg/dl en vez de 250 mg/dl. La obesidad tendría también un mayor impacto si considerásemos el incremento ocuurido en los últimos años. El sobrepeso está asociado también a riesgo cardiovascular (Instituto Nacional de Estadística). Se ha visto que altos niveles de homicisteina se encuentran correlacionados con la severidad del accidente cerebrovascular, y que en familias con este historial los niveles en niños están determinados por lo de los padres (Torbus Lisiecka B) La morbilidad por enfermedad isquémica del corazón en los varones, es casi el doble que por enfermedad cerebrovascular, mientras que en las mujeres la morbilidad cerebrovascular es ligeramente superior a la isquémica. En estos últimos años la enfermedad isquémica del corazón ha aumentado más que la cerebrovascular. Nosotros hemos visto asociada la enfermedad cerebrovascular, además de la hipercolesterolemia, con la ateromatosis, enfermedad vascular periférica y el tabaquismo. En un estudio, Bergmark comprueba como los pacientes con enfermedad vascular periférica presentan niveles incrementados de autoanticuerpos contra el colesterol LDL oxidado. Además la presencia de hipertensión y una historia familiar de eventos cardiovasculares eran los únicos factores asociados de forma significativa con dichos incrementados niveles de autoanticuerpos (Bergmark C). Valentine y cols en otro estudio, comprueban como una historia familiar de eventos cardiovasculares es el mayor determinante de enfermedad arterial oclusiva periférica subclínica en jóvenes pacientes adultos. Además encontró una alta proporción de grandes fumadores en estos pacientes, donde se encontraban lesiones claramente detectables aunque todavía asintomáticas. Una historia familiar y tabaquismo se comportaron como factores aditivos en la enfermedad vascular periférica. Otros factores que encontraron también implicados fueron la hipercolesterolemia, hiperhomocisteinemia, estados de hipercoagubilidad y elevados niveles de lipoproteína a. Así mismo evidenciaron que la mayoría de los pacientes con enfermedad arterial oclusiva precoz tenían también enfermedad coronaria.
Diversos autores como Van Den Bosh y Collheri han encontrado una asociación positiva entre el consumo de anticonceptivos y la enfermedad vascular periférica, aunque observaron un efecto protrombótico más agudo que por mecanismo de actuación de tal forma que condujeran a una progresión de ateroesclerosis como fenómeno crónico. No obstante tal asociación no es frecuente, aunque el riesgo aumenta de 100 a 200 veces si la paciente es fumadora. Aconsejan discontinuar el uso de anticonceptivos. Autores como Ridker y cols han relacionado con la enfermedad vascular periférica a nuevos factores de riesgo, como niveles aumentados de homocisteina, infecciones crónicas, niveles elevados de Proteína C Reactiva. Nosotros hemos encontrado la enfermedad vascular periférica correlacionada con el tabaquismo y la cardiopatía isquémica, así como con otras enfermedades vasculares y factores de riesgo cardiovascular, observándose además un incremento con la edad de los individuos. En varones, al consumo de tabaco, sedentarismo e hipertensión se pueden atribuir aproximadamente la mitad de las muertes coronarias ocurridas en los años noventa. Autores como Valentine han encontrado una fuerte asociación entre el hábito de fumar y un padecimiento precoz de la enfermedad vascular periférica. La ateroesclerosis se desarrolla en arterias periféricas incluso en ausencia de otros factores de riesgo tales como una historia familiar de diabetes o de hipertensión. Nosotros hemos evidenciado también una correlación significativa entre tabaquismo y enfermedad vascular periférica, únicamente cuando hemos analizado la casuística de forma global, es decir hombres y mujeres juntos. Así mismo hemos observado su asociación con otros factores de riesgo cardiovascular y AFP de eventos cardiovasculares. Como otros autores, también hemos encontrado diferencias entre sexo y edad con diferentes factores de riesgo vascular, observando un incremento de enfermedad cardiovascular y afectación de órganos diana con la edad.
Las tasas por cardiopatía isquémica son en torno al doble en varones que en mujeres. Hay un mayor riesgo cardiovascular de los varones reflejado en las tasas específicas de edad. De hecho el riesgo coronario de los varones es similar al de las mujeres que son 10 años mayores que aquellos. La enfermedad cardiovascular es mas frecuente en las edades mas avanzadas de la vida, donde el número de mujeres es muy superior al de los varones. Ello explica que las mujeres, a pesar de tener menor riesgo cardiovascular que los varones, tengan mayor mortalidad proporcional bruta y número de muertes por esta causa (Rodríguez Artalejo F y cols) Razones similares explican por qué la mortalidad proporcional por ictus es mayor en las mujeres que en los varones. Las mujeres poseen un menor riesgo coronario que los varones, y por tanto una mayor probabilidad de llegar a edades avanzadas en los que la mortalidad por ictus es mas frecuente. A este respecto Marrugat señala que el infarto de miocardio presenta un pronóstico más severo y más letal en las mujeres que en los varones. En otro estudio Vogels comprueba como la morbilidad tanto para el angor pectoris como para el infarto de miocardio, es mayor en mujeres con un nivel socioeconómico bajo. Respecto a la edad, las tasas de mortalidad cardiovascular aumenta enormemente a medida que se incrementa la edad, siendo superior a mil por 100.000 habitantes en las personas mayores de 70 años, siendo la primera causa de muertes a esta edad; situándose en siguiente posición detrás de los tumores en edades mas jóvenes.
Se observan también diferencias significativas en las distintas variables estudiadas entre los dos grupos de pacientes: con y sin HVI. Con HVI se produce en ambos sexos un incremento en el porcentaje de incidencia de las diversas variables analizadas asociadas.
Existen en consecuencia de todo lo dicho diferentes perfiles asociativos entre las variables estudiadas.
Epígrafe:
Descender de la investigación a la clínica, ese es el reto para un buen profesional, personalizar a cada enfermo, y dar lo mejor de si en el trato al paciente. Santiago Loren nos citaba la queja que Josrés, enfermo, dejó escrita: “Los médicos nos evitan morir pero no nos ayudan a vivir”. El hombre, sobre todo el enfermo busca consuelo, guía, comprensión, calor humano, amor; busca no solo a un buen médico, sino a un médico bueno, y en vez de ello encuentra en muchas ocasiones a un médico organicista que ignora la vertiente humana del paciente. Esta vertiente a nuestro entender comprende una triple dimensión: Física o Somática, Psíquica o Mental-Emocional y Existencial-Trascendente o Espiritual.
La crisis existencial, de la que el propio médico participa, la sufre de manera crítica el paciente (etimológicamente Paciente viene del griego “Pathios” que significa el que sufre, y Clínica de Kliné que significa echado, inclinado), luego el paciente sufre echado en su cama, y en las largas noches de su hospitalización se plantea, aunque no lo explicite en ocasiones por no alarmar y entristecer a sus familiares, si tal vez saldrá vivo de su ingreso. El miedo a la muerte siempre persigue al ser humano así como el interrogante de la posible existencia de algo o alguien que nos espera en el otro mundo, o tal vez no nos espere nada. Estos pensamientos nos llevan a plantearnos la gran pregunta de ¿Qué es el ser humano?
Las religiones intentan darnos una respuesta a estos interrogantes, pero en definitiva la respuesta la tiene que encontrar el propio hombre en su búsqueda interior.
Arthur Peacocke, prestigioso bioquímico inglés, y teólogo presbiteriano, ganador del Premio Templeton, que se otorga en Gran Bretaña a los estudios que acercan Fe y Ciencia, nos insiste en la necesidad de que la idea moderna de Dios sea reformulada desde el mundo de la ciencia, y nos recuerda la semejanza entre la forma de razonamiento de la Ciencia y de la Teología, siempre a posteriori en dependencia de las evidencias fenoménicas, en donde mientras la Ciencia se pregunta el por qué de las cosas, la Teología se interroga más bien acerca del para qué. Pero éste no ha sido el primer científico que ha apuntado este acercamiento. Ya el gran sabio jesuita francés, antropólogo y geólogo Teilhard de Chardin nos decía como el Espíritu convive en la materia, de tal manera que el hombre cuando investiga, descubre ese Espíritu que lo trasciende todo en el corazón de la materia misma. Esta queda pues espiritualizada por el mismo Cristo que habiéndose hecho hombre, presente en todo enfermo y necesitado, resucita, y con El resucita también al propio hombre, tras el tránsito de lo que llamamos muerte.
De la Medicina Personalista, citada por Paul Tournier, se pasa a la Medicina de la Totalidad, que es aquella que considera las raíces existenciales-espirituales del ser humano; una medicina integral, holística que se puede ofrecer actualmente como el mejor remedio para tratar la deshumanización existente en nuestros días y mejorar nuestro Sistema Sanitario.
No olvidemos que en definitiva los propios médicos somos caminantes muchas veces en penumbra, que buscamos la luz, el camino, que se hace no obstante al andar, y poco a poco tal vez un día, caigamos en la cuenta de que ese amanecer está ya muy cercano. Entonces éste se hará evidente y definitivo en nuestras vidas.
Santiago Loren hace ya más de treinta años nos decía en relación a una apertura a la trascendencia: “En un futuro no tal vez muy lejano, será posible que coexistan los computadores y el médico metafísico en un mejor conocimiento de un mismo objetivo problema: el hombre”.
Tal vez si los hados son propicios, podamos en su día desarrollar más ampliamente estos conceptos ante esta ilustre cámara. Y es que en mi criterio, la Medicina de la Persona puede conducir en definitiva a una verdadera Medicina Integral.
Gregorio Marañón decía que “Sólo se es dignamente médico con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no llega el saber, llega siempre el amor.
Muchas gracias por su atención.
He dicho
Por el DOCTOR BERNARDO EBRÍ TORNÉ. Especialista en Medicina Interna.
Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza. Ex Profesor Asociado Médico y de Anatomía Humana. Investigador integrado en el GRUPO CIFARC (Control de Riesgo Cardio Vascular) de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna) Diplomado en Medicina Biológica. Miembro de la Asociación de Escritores Aragoneses y de Asemeya (Médicos Españoles Escritores)
Zaragoza 7 de Octubre de 2010
Excmo. Sr. Presidente, ilustrísimos Señores Académicos, amigos y compañeros, señoras y señores.
Como miembro del Grupo Nacional Cifarc de la Sociedad de Medicina Interna Española (SEMI) es un honor para mí el haber sido invitado a esta Real Academia de Medicina para dar esta conferencia, por su presidente y junta directiva. Intentaré resumir lo mas brevemente que pueda la labor clínica investigadora desde el año 2002 hasta la fecha. La casuística que compone la base de esta investigación de 2264 pacientes procede de un estudio transversal de ámbito nacional. Los pacientes consecutivos son procedentes de Consultas Externas de Medicina Interna, pertenecientes al estudio CIFARC, del Grupo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna. Los pacientes, sujetos de alto riesgo cardiovascular, mayores de 18 años de ambos sexos, acudieron a Consultas Externas, donde se les realizó anamnesis, exploración física y exploración analítica. Los datos expresión de las variables analizadas, eran enviados por correo electrónico a la base de datos.
Con esta investigación quería comprobarse el mal control que se estaba realizando a nivel primario de los factores de riesgo cardiovascular. Por ello los objetivos de iniciar este estudio fueron: 1) Determinar el porcentaje de pacientes con alto riesgo cardiovascular que tienen controlados de forma global todos sus factores de riesgo mayores (HTA, hipercolesterolemia, diabetes, tabaco y obesidad); 2) Evaluar los recursos médicos utilizados: número de visitas médicas, exploraciones complementarias y tratamientos realizados por causa cardiovascular.
El estudio constó de dos fases I y II. Durante la fase segunda se efectuó un seguimiento de los pacientes, comprobándose un mejor control de los pacientes de riesgo a partir del mal cumplimiento que en la primera fase se había detectado.
Desde Consultas Externas del Hospital Miguel Servet colaboramos en aportar nuestro pool de pacientes que engrosaron la casuística global. La investigación comprobó que solamente un 6,9 % de los pacientes de alto o muy alto riesgo cardiovascular tenían controlados los 5 principales factores de riesgo mayores. La existencia de diabetes mellitus, dislipemia o proteinuria, predisponían a un mal control integral de los mismos, mientras que el número de exploraciones complementarias realizadas se asoció a un mejor control.
En las diversas reuniones que tuvimos en Madrid para discusión de los resultados se nos ofreció a los investigadores la posibilidad de desarrollar estudios paralelos de subanálisis con los datos de la casuística general, a efectos de optimizarla, y aportar nuevas líneas de investigación. Personalmente acepté, y a consecuencia de ello, han surgido hasta ahora, tres trabajos que han sido presentados a tres Congresos Nacionales de Medina General y Medicina Interna: De la SEMERGEN, (Granada 2004), SEMERGEN (Bilbao 2005) y SEMI (Salamanca 2006). En Granada, el trabajo que seguidamente expondremos, fue premiado como mejor comunicación “MIR”, siendo presentado por la doctora Inmaculada Ebrí.
Llegados a este punto, gratitud obliga, quiero agradecer públicamente al profesor Altarriba, catedrático de Genética y Mejora de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza la ayuda prestada para la confección de estos trabajos en el tratamiento estadístico de las variables de riesgo cardiovascular. Fueron numerosas las tardes que mano a mano pasamos juntos trabajando en la programación estadística.
En honor a la brevedad ofrecemos seguidamente extractados el contenido de estas comunicaciones. Tras ellas efectuaremos una Discusión General, destacando la importancia de las variables analizadas en la clínica, cotejando nuestros resultados con los hallados por otros autores. Y como decía Santiago Loren: “Los saberes tienen que volver a aplicarse desde una base humanística así como también deben de estar recogidos, impresos en las comunicaciones científicas de tal manera que la "precisión" de su exposición no sacrifique esta base humanística”, es por ello que posteriormente y como epígrafe final efectuaré unos breves comentarios acerca de la labor que el médico de nuestros días debe de llevar a cabo, según apuntaba el mismo Loren en boca de Green: “Debe de ser capaz de llevar a cabo una labor investigadora que tiene que descender a la clínica, en forma de una atención personalizada a cada paciente; porque no solo es necesario ser un buen médico a nivel técnico sino ser también un médico bueno a nivel humano” Para ello y aunque no sea mas que un apunte, comentaremos al finalizar nuestra conferencia, lo que entendemos por Medicina de la Totalidad, basada ésta en la llamada por Paul Tournier, Medicina de la Persona, autor que ya fue citado por el que fue catedrático de Psiquiatría de esta Facultad, el profesor Rey Ardid.
Con la venia del Sr. Presidente damos comienzo a la exposición de estas comunicaciones:
DIFERENCIAS EN VARIABLES REPRESENTATIVAS DE ENFERMEDAD O REPERCUSIÓN CARDIOVASCULAR ENTRE SUJETOS DE ALTO RIESGO CARDIOVASCULAR CON Y SIN ANTECEDENTES FAMILIARES DE EVENTOS CARDIOVASCULARES PRECOCES
El objetivo del estudio es valorar la relación de los antecedentes familiares de eventos cardiovasculares precoces con diversas variables determinantes de factores de riesgo cardiovascular y de lesión de órganos diana.
Material y Métodos: Estudio transversal de ámbito nacional con 2264 pacientes consecutivos de las Consultas Externas de Medicina Interna, mayores de 18 años y con riesgo cardiovascular alto o muy alto, procedentes del Estudio CIFARC del Grupo de Riesgo Vascular de la SEMI. Se estudia la relación entre la presencia o no de antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular precoz (AFP) y distintas variables de factores de riesgo cardiovascular y lesión de órgano diana. El tratamiento estadístico (Chi-2, ANOVA y regresión lineal de Pearson) se ha realizado mediante el programa STATISTIX.
Las variables categóricas estudiadas son alteraciones del espectro lipídico, analíticas y afectación de órganos diana de afectación cardiovascular, así mismo se han valorado variables ponderales
Resultados:
En la Tabla 1, podemos observar las variables analizadas en cuanto a su significación estadística con relación a la presencia de AFP, tanto en varones y mujeres analizados de forma global, como por separado en ambos sexos. En los varones hemos observado diferencias estadísticamente significativas respecto al Colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, tabaquismo, HVI, niveles de creatinina, retinopatía I-II, retinopatía grave, proteinuria, talla y edad. En las mujeres resultan han resultado significativas la edad y la enfermedad vascular periférica. Analizada la casuística de forma global las variables significativas halladas han sido, colesterol total, HDL, LDL, tabaquismo, HVI, niveles de creatinina, retinopatía I-II, enfermedad vascular periférica, talla y edad.
En tabla 2 se observan las asociaciones significativas entre AFP y las distintas variables estudiadas según sexo y total. En cada parámetro detallamos el incremento en % de frecuencia de lo variable observada respecto a la esperada bajo la hipótesis de independencia en el grupo formado por individuos. Existen diferencias en los varones con antecedentes familiares precoces en las distintas variables analizadas, diferencias que expresamos en porcentajes en la tabla.
Analizada de forma global la casuística: hombres y mujeres Con y Sin AFP, los pacientes que tienen AFP, presentan mayores niveles de colesterol total y colesterol LDL, menor HDL, mayor tabaquismo e HVI, mayores niveles de proteinuria y de creatinina, retinopatía I-II, retinopatía grave, y enfermedad vascular periférica, que los pacientes Sin AFP.
Analizados por separado hombres y mujeres, los varones Con AFP presentan mayores niveles de colesterol total, colesterol LDL, menor HDL, mayor tabaquismo, HVI, y mayores niveles de creatinina, que los varones Sin AFP:
Las mujeres Con AFP presentan un incremento significativo de porcentaje (124.7%) solo en la enfermedad vascular periférica, respecto a las mujeres Sin AFP.
Las variables que no han presentado diferencias significativas entre hombres y mujeres Con y Sin AFP, no hemos expresado los porcentajes.
Si la variable no es categórica sino continua como ocurre con la talla, las diferencias se expresan de forma cuantitativa. Respecto a la edad, los grupos Con AFP positivo, tardan en los varones y mujeres una media de 2,73 y 3 años respectivamente antes en acudir a la consulta médica, que los grupos sin dichos antecedentes. Con AFP presentan los varones una edad media de 62 años en acudir al médico, mientras que los que no tienen AFP la media es de 65.1 años. Las mujeres Con AFP presentan una edad media de consulta de 64.5 años, mientras que las que no tienen AFP es de 67.5 años.
Comparando entre sí hombres y mujeres, los hombres acuden antes al médico que las mujeres en 2.4 años, aunque no tengan AFP. Los hombres Con AFP acuden al profesional unos cinco años antes que las mujeres.
En la TABLA 3 se vuelven a relacionar las variables analizadas respecto a Con o Sin AFP a efectos de valorar posibles diferencias significativas de los parámetros a p<0.05>ó = de 140/90 mmHg) En términos absolutos ello supone unas 4.000 muertes cardiovasculares y unas 14.000 muertes totales al año relacionadas con la hipertensión (Banegas JR y cols)
Las estrategias sobre el manejo de la hipertensión no deberían ser tomadas únicamente por la elevación de las cifras tensionales, sino por la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular asociados, lesión de órgano diana y otras condiciones clínicas asociadas. Es conocido que hay otros factores de riesgo no clásicos que también han demostrado tener una relación con la enfermedad cardiovascular, y que no se tienen en cuenta en el cálculo de riesgo cardiovascular, como la obesidad, el sedentarismo, historia familiar de enfermedad coronaria temprana o de eventos cardiovasculares en general, lipoproteínas de baja densidad (LDL) pequeñas y densas, lipoproteína a, fibrinógeno, homocisteina, factores inflamatorios, psicosociales, laborales y probablemente otros que deben de considerarse dentro del contexto clínico de cada paciente ( Saitta A; Torbus-Lisiecka B; Ortega RM y cols)
La presencia de una historia familiar precoz cardiovascular, se encuentra relacionada con la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular en el paciente (Friedlander Y; James Valentine R; Jerrad-Dunne P y cols)
Se ha descrito un incremento continuo y gradual del riesgo relativo de mortalidad, conforme aumenta el índice de masa corporal (Manson JE y cols). Se ha observado además una asociación del IMC y la obesidad con la hipertensión arterial, hiperglucemia y el sedentarismo (U.S. Department of Health and Human Services; Wordl Health Organization Obesity; Glowinska B y cols), incluso en niños y adolescentes, pudiendo existir también una correlación con historia familiar positiva a enfermedad cardiovascular. Mas específicamente, algunos factores de riesgo cardiovascular tienden a agregarse o a formar un cluster, debido a que están metabólicamente ligados (obesidad, diabetes, hipertensión y dislipemia, que constituyen el llamado síndrome metabólico o síndrome de resistencia a la insulina que puede llegar a ser muy frecuente en las edades medias y avanzadas de la vida (Ford Es; Rabkin SW; Siervogel RM y cols) En nuestro estudio también hemos encontrado una correlación positiva de IMC en hombres con niveles elevados de colesterol, HVI y retinopatía leve. En mujeres se ha encontrado una correlación positiva con la cardiopatía isquémica.
Según la Encuesta Nacional de Salud en 1997, la frecuencia de obesidad es mayor en varones jóvenes que en mujeres jóvenes, pero a partir de los 45 años se hace mas frecuente en las mujeres que en los hombres. En ambos sexos la prevalencia de obesidad aumenta con la edad (19,2%) en el grupo de 45 a 64 años y 21,2% en el grupo de 65 a 74 años. Otro factor de riesgo cardiovascular importante es la HVI que traduce la afectación de órganos diana en varones. La población hipertensa de España se ha estimado en un 64%; la presencia de HVI diagnosticada con ecocardiografía ha sido del 40% (Dalfo A y cols) Hemos observado un perfil positivo de asociación de la HVI con AFP de eventos cardiovasculares y afectación de otros órganos diana. Respecto a la proteinuria, hemos observado que ésta, en ambos sexos, se encuentra íntimamente correlacionada con niveles elevados de Creatinina, HVI y retinopatía leve y grave, como traducción de la afectación de los órganos diana por la HTA. En mujeres está asociada a niveles bajos de colesterol HDL. Hemos evidenciado también que niveles elevados de Creatinina, retinopatía leve y grave, se correlacionan con otros factores de riesgo cardiovascular y afectación de órganos diana. La diabetes mellitus como ya mostró el Estudio Framingham se asocia a un mayor riesgo de desarrollo de enfermedad cerebrovascular (Kannel WB). De hecho las complicaciones de la ateromatosis son la principal causa de morbimortalidad en los diabéticos. Su riesgo relativo de enfermedad cardiovascular es mayor en la mujer diabética que en el varón, con cerca de 10.000 defunciones por año. Supone la sexta causa de muerte en España (42,6% de todas las defunciones) según el Instituto Nacional de Estadística en el 2002. Nosotros también en ambos sexos la hemos encontrado asociada a un mayor riesgo cardiovascular y afectación de órganos diana. La cardiopatía isquémica se encuentra íntimamente relacionada con otros factores de riesgo cardiovascular como el tabaco, sedentarismo e hipertensión arterial. En los varones a estos factores, se les puede atribuir aproximadamente la mitad de las muertes coronarias en los años noventa. En las mujeres, son el sedentarismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia, los tres factores que provocan una mayor carga coronaria (Banegas JR) En el Estudio Ibérica los pacientes con infarto de miocardio presentaban en el momento del ingreso hospitalario una prevalencia de hipertensión del 46%, tabaquismo 43%, dislipemia 39% y de diabetes del 18%. El 32% tenían dos o mas factores de riesgo, y solo un 18% no presentaban estos factores de riesgo (Fiol M y cols) En otros estudios (Badui E) donde se evaluó el perfil de infarto de miocardio en adultos jóvenes entre 24 y 40 años, se encontró que el 75% presentaban tensión emocional por personalidad de tipo A, el 71% tabaquismo, 42% hipertensión arterial sistémica, 25% diabetes mellitus, 25% hiperlipemia y el 20% obesidad. Un 24% no presentaban factor de riesgo alguno conocido.
En un 98% de los casos se encontró presente por lo menos un factor de riesgo familiar. En otro estudio que se valoró la presencia de un infarto en pacientes muy jóvenes de menos de 30 años (Gostmamm I y cols) encontró que muy pocos de estos pacientes tenían factores de riesgo habituales; por el contrario se trataba de pacientes muy fumadores la mayoría. Un 50% tenían normales las coronariografías, mientras que en otro 50% evidenciaron signos de enfermedad coronaria. Los autores apuntan que una tendencia trombofílica y un vasoespasmo deberían de ser considerado en estos casos. En el Estudio Prevese (Velasco JA) se evidenció a los seis meses del alta tras infarto agudo de miocardio, una mejoría del perfil de riesgo cardiovascular, aunque no hubo modificaciones favorables en las concentraciones del colesterol total. Tras cuatro años después de un infarto, el Estudio Prevese II, encontró una disminución significativa del tabaquismo (41,6% frente al 35,4%) y detectó la alta prevalencia de hipertensión (47,5%) sobrepeso (46,3%) y obesidad (48%) (Velasco JA) Nosotros también hemos visto la cardiopatía isquémica asociada con factores de riesgo cardiovascular, otras enfermedades vasculares y afectación de órganos diana. Por lo que se refiere a la enfermedad cerebrovascular, tanto en los varones como en las mujeres, la hipertensión arterial es el factor con mayor impacto potencial seguido de la hipercolesterolemia. El impacto de ésta sería mayor si se considerasen cifras de más de 200 mg/dl en vez de 250 mg/dl. La obesidad tendría también un mayor impacto si considerásemos el incremento ocuurido en los últimos años. El sobrepeso está asociado también a riesgo cardiovascular (Instituto Nacional de Estadística). Se ha visto que altos niveles de homicisteina se encuentran correlacionados con la severidad del accidente cerebrovascular, y que en familias con este historial los niveles en niños están determinados por lo de los padres (Torbus Lisiecka B) La morbilidad por enfermedad isquémica del corazón en los varones, es casi el doble que por enfermedad cerebrovascular, mientras que en las mujeres la morbilidad cerebrovascular es ligeramente superior a la isquémica. En estos últimos años la enfermedad isquémica del corazón ha aumentado más que la cerebrovascular. Nosotros hemos visto asociada la enfermedad cerebrovascular, además de la hipercolesterolemia, con la ateromatosis, enfermedad vascular periférica y el tabaquismo. En un estudio, Bergmark comprueba como los pacientes con enfermedad vascular periférica presentan niveles incrementados de autoanticuerpos contra el colesterol LDL oxidado. Además la presencia de hipertensión y una historia familiar de eventos cardiovasculares eran los únicos factores asociados de forma significativa con dichos incrementados niveles de autoanticuerpos (Bergmark C). Valentine y cols en otro estudio, comprueban como una historia familiar de eventos cardiovasculares es el mayor determinante de enfermedad arterial oclusiva periférica subclínica en jóvenes pacientes adultos. Además encontró una alta proporción de grandes fumadores en estos pacientes, donde se encontraban lesiones claramente detectables aunque todavía asintomáticas. Una historia familiar y tabaquismo se comportaron como factores aditivos en la enfermedad vascular periférica. Otros factores que encontraron también implicados fueron la hipercolesterolemia, hiperhomocisteinemia, estados de hipercoagubilidad y elevados niveles de lipoproteína a. Así mismo evidenciaron que la mayoría de los pacientes con enfermedad arterial oclusiva precoz tenían también enfermedad coronaria.
Diversos autores como Van Den Bosh y Collheri han encontrado una asociación positiva entre el consumo de anticonceptivos y la enfermedad vascular periférica, aunque observaron un efecto protrombótico más agudo que por mecanismo de actuación de tal forma que condujeran a una progresión de ateroesclerosis como fenómeno crónico. No obstante tal asociación no es frecuente, aunque el riesgo aumenta de 100 a 200 veces si la paciente es fumadora. Aconsejan discontinuar el uso de anticonceptivos. Autores como Ridker y cols han relacionado con la enfermedad vascular periférica a nuevos factores de riesgo, como niveles aumentados de homocisteina, infecciones crónicas, niveles elevados de Proteína C Reactiva. Nosotros hemos encontrado la enfermedad vascular periférica correlacionada con el tabaquismo y la cardiopatía isquémica, así como con otras enfermedades vasculares y factores de riesgo cardiovascular, observándose además un incremento con la edad de los individuos. En varones, al consumo de tabaco, sedentarismo e hipertensión se pueden atribuir aproximadamente la mitad de las muertes coronarias ocurridas en los años noventa. Autores como Valentine han encontrado una fuerte asociación entre el hábito de fumar y un padecimiento precoz de la enfermedad vascular periférica. La ateroesclerosis se desarrolla en arterias periféricas incluso en ausencia de otros factores de riesgo tales como una historia familiar de diabetes o de hipertensión. Nosotros hemos evidenciado también una correlación significativa entre tabaquismo y enfermedad vascular periférica, únicamente cuando hemos analizado la casuística de forma global, es decir hombres y mujeres juntos. Así mismo hemos observado su asociación con otros factores de riesgo cardiovascular y AFP de eventos cardiovasculares. Como otros autores, también hemos encontrado diferencias entre sexo y edad con diferentes factores de riesgo vascular, observando un incremento de enfermedad cardiovascular y afectación de órganos diana con la edad.
Las tasas por cardiopatía isquémica son en torno al doble en varones que en mujeres. Hay un mayor riesgo cardiovascular de los varones reflejado en las tasas específicas de edad. De hecho el riesgo coronario de los varones es similar al de las mujeres que son 10 años mayores que aquellos. La enfermedad cardiovascular es mas frecuente en las edades mas avanzadas de la vida, donde el número de mujeres es muy superior al de los varones. Ello explica que las mujeres, a pesar de tener menor riesgo cardiovascular que los varones, tengan mayor mortalidad proporcional bruta y número de muertes por esta causa (Rodríguez Artalejo F y cols) Razones similares explican por qué la mortalidad proporcional por ictus es mayor en las mujeres que en los varones. Las mujeres poseen un menor riesgo coronario que los varones, y por tanto una mayor probabilidad de llegar a edades avanzadas en los que la mortalidad por ictus es mas frecuente. A este respecto Marrugat señala que el infarto de miocardio presenta un pronóstico más severo y más letal en las mujeres que en los varones. En otro estudio Vogels comprueba como la morbilidad tanto para el angor pectoris como para el infarto de miocardio, es mayor en mujeres con un nivel socioeconómico bajo. Respecto a la edad, las tasas de mortalidad cardiovascular aumenta enormemente a medida que se incrementa la edad, siendo superior a mil por 100.000 habitantes en las personas mayores de 70 años, siendo la primera causa de muertes a esta edad; situándose en siguiente posición detrás de los tumores en edades mas jóvenes.
Se observan también diferencias significativas en las distintas variables estudiadas entre los dos grupos de pacientes: con y sin HVI. Con HVI se produce en ambos sexos un incremento en el porcentaje de incidencia de las diversas variables analizadas asociadas.
Existen en consecuencia de todo lo dicho diferentes perfiles asociativos entre las variables estudiadas.
Epígrafe:
Descender de la investigación a la clínica, ese es el reto para un buen profesional, personalizar a cada enfermo, y dar lo mejor de si en el trato al paciente. Santiago Loren nos citaba la queja que Josrés, enfermo, dejó escrita: “Los médicos nos evitan morir pero no nos ayudan a vivir”. El hombre, sobre todo el enfermo busca consuelo, guía, comprensión, calor humano, amor; busca no solo a un buen médico, sino a un médico bueno, y en vez de ello encuentra en muchas ocasiones a un médico organicista que ignora la vertiente humana del paciente. Esta vertiente a nuestro entender comprende una triple dimensión: Física o Somática, Psíquica o Mental-Emocional y Existencial-Trascendente o Espiritual.
La crisis existencial, de la que el propio médico participa, la sufre de manera crítica el paciente (etimológicamente Paciente viene del griego “Pathios” que significa el que sufre, y Clínica de Kliné que significa echado, inclinado), luego el paciente sufre echado en su cama, y en las largas noches de su hospitalización se plantea, aunque no lo explicite en ocasiones por no alarmar y entristecer a sus familiares, si tal vez saldrá vivo de su ingreso. El miedo a la muerte siempre persigue al ser humano así como el interrogante de la posible existencia de algo o alguien que nos espera en el otro mundo, o tal vez no nos espere nada. Estos pensamientos nos llevan a plantearnos la gran pregunta de ¿Qué es el ser humano?
Las religiones intentan darnos una respuesta a estos interrogantes, pero en definitiva la respuesta la tiene que encontrar el propio hombre en su búsqueda interior.
Arthur Peacocke, prestigioso bioquímico inglés, y teólogo presbiteriano, ganador del Premio Templeton, que se otorga en Gran Bretaña a los estudios que acercan Fe y Ciencia, nos insiste en la necesidad de que la idea moderna de Dios sea reformulada desde el mundo de la ciencia, y nos recuerda la semejanza entre la forma de razonamiento de la Ciencia y de la Teología, siempre a posteriori en dependencia de las evidencias fenoménicas, en donde mientras la Ciencia se pregunta el por qué de las cosas, la Teología se interroga más bien acerca del para qué. Pero éste no ha sido el primer científico que ha apuntado este acercamiento. Ya el gran sabio jesuita francés, antropólogo y geólogo Teilhard de Chardin nos decía como el Espíritu convive en la materia, de tal manera que el hombre cuando investiga, descubre ese Espíritu que lo trasciende todo en el corazón de la materia misma. Esta queda pues espiritualizada por el mismo Cristo que habiéndose hecho hombre, presente en todo enfermo y necesitado, resucita, y con El resucita también al propio hombre, tras el tránsito de lo que llamamos muerte.
De la Medicina Personalista, citada por Paul Tournier, se pasa a la Medicina de la Totalidad, que es aquella que considera las raíces existenciales-espirituales del ser humano; una medicina integral, holística que se puede ofrecer actualmente como el mejor remedio para tratar la deshumanización existente en nuestros días y mejorar nuestro Sistema Sanitario.
No olvidemos que en definitiva los propios médicos somos caminantes muchas veces en penumbra, que buscamos la luz, el camino, que se hace no obstante al andar, y poco a poco tal vez un día, caigamos en la cuenta de que ese amanecer está ya muy cercano. Entonces éste se hará evidente y definitivo en nuestras vidas.
Santiago Loren hace ya más de treinta años nos decía en relación a una apertura a la trascendencia: “En un futuro no tal vez muy lejano, será posible que coexistan los computadores y el médico metafísico en un mejor conocimiento de un mismo objetivo problema: el hombre”.
Tal vez si los hados son propicios, podamos en su día desarrollar más ampliamente estos conceptos ante esta ilustre cámara. Y es que en mi criterio, la Medicina de la Persona puede conducir en definitiva a una verdadera Medicina Integral.
Gregorio Marañón decía que “Sólo se es dignamente médico con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no llega el saber, llega siempre el amor.
Muchas gracias por su atención.
He dicho
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