Actividad Científica del Dr. Bernardo Ebrí

Los interesados en poder descargar publicaciones médicas científicas del Dr. Bernardo Ebrí Torné, pueden hacer "clic" en

https://www.researchgate.net/profile/Bernardo_Ebri/stats

Para descargar el programa informático para el cálculo de la Edad ósea en niños, guía explicativa como usarlo, sobre la radiografía de mano izquierda, y luego poder predecir la talla adulta del niño (niños de 0,5 años a 20); específicos programas para niños de 0 a 4 años a través de la radiografía de mano y de pie) (En español y lengua inglesa),publicaciones a este respecto, libro sobre Maduración Esquelética etc.,.., introducirse en la siguiente web: www.comz.org/maduracion-osea
Se abrirá el portal al hacer "clic" y allí, se encuentra toda la información, con posibilidad de descarga.
El método esta siendo utilizado por pediatras, radiólogos, de España, Italia, México, Venezuela...
Comentarios en https://sites.google.com/site/doctorbernardoebri/prueba


Salmos 91:4 y 46:1. El amor de Dios

Salmos 91:4 y  46:1. El amor de Dios
"Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será nuestro escudo y tu baluarte". "Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia"

Saturday, April 11, 2015

"La Travesía". Obra literaria en trama novelada de Bernardo Ebrí Torné


 

Tarjeta del Evento para invitación al acto

La Presidenta del Ilustre Colegio de Médicos de Zaragoza: Dra Doña Concepción Ferrer Novella, se honra en invitar a usted a la presentación de la obra literaria humanista escrita en trama novelada: "La Travesía" del Dr. Don Bernardo Ebrí Torné.

Será presentado por los doctores:

Don Domingo Buesa Conde, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis

Don  Fernando Solsona Motrel, Académico y Presidente del Ateneo de Zaragoza

Don Álvaro Zaldívar Gracia, Catedrático de Estética e Historia de la Música

Día: 8 de Mayo 2015.  Hora: 19,30. Lugar: Ilustre Colegio de Médicos de Zaragoza, sito en Paseo de Ruiseñores nº 2. Zaragoza 50006

(Si se desea, se podrá adquirir el libro para ser firmado por el autor)

 

 CONTRAPORTADA de “La Travesía”

Esta novela, nacida desde la rica experiencia de un médico y científico que ha dedicado su vida a los demás,  es la narración de las ilusiones y las decepciones de un grupo de cuatro parejas que deciden realizar un viaje, en unas ocasiones para recuperar la esperanza y en otras para construir otro futuro. La búsqueda apasionada de la ilusión, en cada caso según su situación de partida, les irá obligando a reflexionar sobre todo lo que les rodea, les invitará a deliberar sobre el miedo, la muerte, la salud o la fe, convirtiendo el viaje en una experiencia inolvidable que les va enseñando los instrumentos que nos permiten vivir mejor, desde la felicidad a la generosidad, desde la tolerancia a la paz, desde la religiosidad a la esperanza. Página a página, mientras describe los problemas que acucian a los protagonistas de la novela, el autor nos va sugiriendo su mensaje: lo importante es que la vida espere gestos generosos de nosotros y, sobre todo, que nos enseñe a mantener esa ilusión que da sentido a la vida. Con esas riquezas inmateriales, los protagonistas culminan su viaje -de una manera inesperada y sorprendente- cuando se hacen realidad las largas reflexiones sobre el amor y la muerte, cuando ya han aprendido que el amor nunca separa a nadie, porque une, y que el cielo no es un lugar sino una forma de ser, que podemos hacer realidad en el momento en el que nos convertimos en seres trascendentes. El crucero de los personajes de la ficción se ha convertido en un viaje iniciático, en el que los lectores acabamos siendo los verdaderos protagonistas, los destinatarios de un mensaje de esperanza que conseguirá hacernos más fuertes y más felices.

 Domingo Buesa, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis.

 
Introducción o Sinopsis

En esta obra literaria el autor expone en trama novelada una temática de índole humanística, social, cultural, pero al mismo tiempo abierta a la transcendencia de la vida. En ella son abordados  entre otras,  cuestiones tan diversas como la relación con los hijos, el mundo de la pareja, de la medicina, el síndrome del profesional quemado, las crisis vitales de la edad media de la vida, la crisis humanística y económica actual, el problema del mal en nuestra sociedad, la persecución que son objeto los cristianos en el mundo, la problemática del aborto y la eutanasia, la existencia de lo que en psicología profunda se llama  Ser Esencial  (núcleo interno del individuo sede de la conciencia más íntima del individuo), el miedo a la muerte, la posible existencia de vida después de ésta y la respuesta a estos interrogantes desde la religión, la ciencia y la filosofía.

Son ocho los personajes principales: Enrique González de 52 años, médico en un hospital madrileño acude a  un crucero con  su esposa Virginia López de 50, funcionaria del ayuntamiento, para disfrutar de  un merecido descanso de sus trabajos habituales. Carlos Escribano de 40 años posee una empresa de climatización y viaja  con su pareja, Lorena Gutiérrez, una joven  secretaria de 25 que trabaja en su empresa.  Luis Jiménez y Laura Gómez médicos de 26 años, son dos jóvenes residentes recién casados en viaje de novios. Juan Pérez y Mari Sebastián son una pareja mayor de 75 y 70 años respectivamente, que acuden a este crucero celebrando sus bodas de oro, pagado por sus hijos como regalo. No existe coincidencia del nombre de los protagonistas con la realidad.

A lo largo de la trama de esta novela se va entrelazando la vida de los diferentes personajes. Un aparente crucero de placer sirve de  ocasión para  que el autor exponga los problemas que afloran en los protagonistas. Sentimientos y emociones como el desaliento, la nostalgia, la angustia, el miedo, pero también el amor, la esperanza, la alegría, la ilusión y la sinceridad son también expresadas por nuestros actores. El autor realiza de vez en cuando comentarios explicativos a los diálogos de los personajes.

El nudo de las relaciones humanas desarrollado por los personajes en la vida cotidiana del barco y en las diferentes excursiones a la llegada a los puertos se acentuará de forma extraordinaria en el desenlace final que sorprenderá al lector. Un canto a la esperanza y al amor.

 

Dr. Bernardo Ebrí Torné

 

 
Prólogo

Algunas notas sobre el amor, la muerte y la resurrección

 

Puede parecer inicialmente una paradoja, pero la mayor parte de las religiones, que utilizan la palabra -divina o humana, escrita o hablada- para transmitir sus principios y normas, sin embargo necesitan de la música para expresar y compartir los sentimientos y experiencias más profundas. Quizás porque sólo a través de la música –sea audible o imaginada, y especialmente en unión con el verso como sutil palabra sonora- se puede evocar el grado más alto de relación con la divinidad, esa unión mística de la que se predica tan adecuadamente su carácter “inefable”. Es decir, “indecible”, pero no incantable. Como magistralmente lo perfila San Juan de la Cruz  en su Cántico:

Mi amado las montañas,

los valles solitarios nemorosos,

las ínsulas extrañas,

los ríos sonorosos,

el silvo de los aires amorosos,

la música callada,

la soledad sonora,

la cena que recrea y enamora.

 

Al calor de ciertas tradiciones, el poder espiritual de la música llega incluso a ser directamente hechizo, que no en vano se llama también “encantamiento”, y lo sonoro se presenta como misteriosa medicina cuyas rituales vibraciones mágicamente pueden curar tanto males físicos como psíquicos. Un poder que une hombre, cielo y tierra, como resume Jorge Guillén en otro celebrado Cántico:

¡Oh música,

Suprema realidad!

Es el despliegue mismo

-Oíd- de un firmamento

-Lo veis- que nos recoge.

           

Reiteradamente demostrada su aptitud para transmitir todo tipo de mensajes supramateriales, sin embargo la música manifiesta su indiscutible excelencia al enfrentarse con éxito a los tres misterios más profundos del espíritu humano: la necesidad del amor, la inexorabilidad de la muerte y la esperanza de una más o menos completa o concreta resurrección. Y desde luego que sobre los tres temas hay innumerables ejemplos sonoros de excepcional calidad en todas las tradiciones y estilos. Ejemplos que demuestran la capacidad de la música para, a partir de una acción material y sensible, como es el sutil oficio de cantar un texto o tañer un teclado, pueda llegar esa armonía a nuestros oídos y abrirnos a una experiencia transcendente, como memorablemente lo describió Fray Luis de León en su célebre Oda a Salinas:

El aire se serena

 y viste de hermosura y luz no usada,

Salinas cuando suena

la música extremada,

por vuestra sabia mano gobernada.

A cuyo son divino

el alma, que en olvido está sumida,

torna a cobrar el tino

y memoria perdida

de su origen primera exclarecida.

           

Ante la imposible enumeración de incluso la más selectiva lista de obras musicales dedicadas al omnipresente tema del amor en todas las épocas y estilos, y forzosamente aceptando también la no menos inabarcable nómina de composiciones relacionadas con la muerte, en sus tan distintas perspectivas y funciones -religiosas o dramáticas-,  sin embargo comparativamente son muy  pocos los ejemplos sonoros que tratan ese vértigo esperanzado que surge tras el misterio de la muerte: la Resurrección.  Es muy significativo que la mayor parte de las grandes musicalizaciones de la Misa de difuntos, que conocemos mejor por la primera palabra con la que comienza el Introito, Requiem aeternam dona eis Domine…  (Dales, Señor, el descanso eterno…), incluso en aquellas partituras que gozan de firmas egregias como las de Victoria, Mozart o Verdi,  no incluyan la esperanzadora antífona In paradisum:

Que los ángeles te lleven al paraíso, que a tu llegada te reciban los mártires y te conduzcan a la ciudad santa de Jerusalem.

Invoquemos como sensata justificación de tan memorables ausencias que, en efecto, esta dulce remisión a la vida más allá de la muerte pertenece rigurosamente ya al rito sepulcral cristiano, pues ha de cantarse mientras el cadáver sale del templo camino de su enterramiento, pero ello no ha sido obstáculo para que tan bella antífona haya sido incluida en algún Requiem musical difundido e importante, como el que escribió Gabriel Fauré en las postrimerías del siglo XIX.

Notoriamente, sin embargo, quizás la más relevante de las menciones sonoras a una nueva vida tras la muerte no está en la musicalización de una liturgia, sino en una creación artística libre de toda atadura normativa externa, como sucede en la segunda Sinfonía, en Do menor, de Gustav Mahler, precisamente titulada Auferstehung (en alemán, Resurrección), por utilizar con ciertas variantes, en su quinto y último movimiento, como vertebral texto para solistas y coro, el poema del mismo nombre  de Friedrich G. Klopstock. Allí, poesía y música se unen en la esperanzadora culminación de una gigantesca partitura sinfónico-coral cuyo inicio era otra no menos impresionante página orquestal que evocaba, dramáticamente, la muerte entendida, en el conjunto de la sinfonía, como doloroso paso obligado para el vivir eterno:

¡Resucitarán, sí, resucitarán

mis despojos, tras un breve descanso.

Quien te ha llamado te dará vida inmortal!

 

Mirada así, con esa radical conciencia de transcendencia, esta gigantesca composición no podía haber sido titulada “Muerte y Resurrección”, pues ello le hubiera otorgado un repartido protagonismo a dos términos cuya importancia no puede ser equiparada. Lo que metafóricamente sí se hizo cuando, en la gran tragedia del amor y de la muerte escrita por Richard Wagner a partir de la leyenda medieval de Tristán e Isolda, el genial compositor nos propone, tras el fallecimiento del caballero, que la única salida digna para Isolda sea un morir de amor (Liebestod) que, en la espiritualidad wagneriana, se tornará en una misteriosa y cósmica “transfiguración” descrita mientras canta, por encima de un tortuoso océano orquestal, con esos bellos versos finales:

En el fluctuante torrente, en la resonancia armoniosa,

en el infinito hálito del alma universal,

en el gran Todo...

perderse, sumergirse, inconscientemente ...

¡supremo gozo!

Amor transfigurado que atraviesa la muerte para perderse sin conciencia en un poético panteísmo. Romántico final, sin duda, pero decepcionante a la postre para quienes aspiran a más, incluyendo al propio Wagner que, algunos años después, se atrevía a poner música, sin texto, al milagro del Santo Grial con el que concluye su última creación, Parsifal, un “festival escénico sacro” -como lo llamó su autor- por el que abandonaba el anterior protagonismo de la mitología germánica del Anillo del Nibelungo para ofrecer una singular incursión final –tras los precedentes de Lohengrin y Tannhäuser- en el universo cristiano medieval de los caballeros germánicos.

Verdaderamente, a pesar de tantas grandes y bellísimas composiciones acumuladas a lo largo de tantos siglos, que incluso se han atrevido a veces con éxito a ponerle sonido a la voz de la divinidad –en el inspirado canto gregoriano y algunas celebradas polifonías, en las devotas cimas de las Pasiones de J. S. Bach o la dureza contemporánea de la inconclusa ópera de A. Schoenberg sobre Moises y Aarón-, sin embargo aún está esperando la historia de la música al compositor –o compositora- capaz de escribir algo que esté, verdaderamente, a la altura de esas misteriosas palabras, transmitidas por el evangelista Juan en un excepcional pasaje donde se aúna el amor –Mirad cómo le quería- con la muerte y resurrección, cuando Jesús le dice a Marta, hermana del fallecido Lázaro:

Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.

 Y todo el que vive y cree en mí, no morirá eternamente.

 

En una reciente ópera compuesta por Cristóbal Halffter a partir de libreto de Juan Carlos Marset, y titulada precisamente Lázaro (estrenada en Kiel, Alemana, el 4 de mayo de 2008), resulta más que significativo que la figura de Jesús no tenga su propio papel vocal, mientras el muy humano protagonismo del resucitado hermano de Marta y María se apoya, precisamente, en ese dramático haber vuelto a la vida –tendremos que vivir como si ya hubiéramos muerto…- que fue el detonante de la detención -tu has traído más escándalo a Jerusalem que el desgraciado del Bautista… canta Malco, el jefe de los guardias- de su Salvador, como el evangelista Juan había señalado al concluir el relato de ese tan singular milagro. 

Habrá, por tanto, que esperar esa hoy aún inimaginable musicalización... Mientras tanto, seguirá el turno de las palabras. Palabras necesarias. Imprescindibles. En verso o en prosa. Fruto de la obligación teológica o del impulso humanístico.

Humanismo creyente tan variado como fructífero al que, en la ilustre tradición de tantos médicos humanistas –iniciada por el cordobés Maimónides entre los hebreos medievales, mientras la España moderna brilla con personalidades de la talla de Gregorio Marañón o Pedro Laín Entralgo-, pertenece el Dr. Bernardo Ebrí Torné, quien ha simultaneado desde hace muchos años su trabajo clínico con el literario, uniendo –en perfil abierto por el médico y evangelista Lucas- la formación científica con su inclinación espiritual y la vocación por la escritura. Si se trata de hablar, con conocimiento y pasión -por encima de compartir o no detalles o enfoques-, sobre el amor, la muerte y la resurrección, quien como él conoce a fondo las complejas relaciones entre afectos, mente y cuerpo, el delgado hilo del que pende la vida… ¿no ha de ofrecer una aportación especialmente valiosa?

 

Álvaro Zaldívar Gracia, Catedrático de Estética e Historia de la Música
 
 
Epílogo

              El autor, que nos ha  confiado el epílogo de este libro, nació en Zaragoza, el 26 de octubre de 1949. Casado y con cinco hijos, cursó Bachillerato en el Colegio de los Hermanos Maristas y Medicina en Zaragoza, terminando en 1972. Doctor en Medicina y especialista en Medicina Interna, ejerció como médico en el Hospital Miguel Servet, siendo también profesor ayudante de Anatomía y Embriología y asociado médico de la Facultad de Zaragoza, diplomado en Homotoxicología, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, socio de diversas agrupaciones y vocal de alguna de ellas (Española y Aragonesa de Medicina, de Médicos naturistas, entre otras).

 Ha recibido numerosas distinciones, becas y premios: el final de carrera, de la Academia General Militar de Zaragoza (1972), extraordinario de licenciatura (1973), Inmortal Ciudad de Zaragoza  del Excmo. Ayuntamiento (1973), Beca de Investigación Geigy (1974-1975), de la Dirección General de Universidades e Investigación, de la Excma. Diputación General de Aragón, a la mejor tesis doctoral,  de Licenciatura (1975) y del Doctorado por la Real Academia Nacional de Medicina (1979), premio de Investigación Médico-quirúrgica del Colegio de Médicos de Zaragoza y del Banco Zaragozano (1988-1989) y otros premios por comunicaciones a congresos.

Es miembro de la New York Academy of Sciences. Aspectos de su biografía aparecen en Who’s Who in the World (1998) y en la Enciclopedia Aragonesa (apéndice V, 2007). Destaca el propio Dr. Ebrí que fue felicitado por el cardenal arzobispo de Nueva York, O’Connor, por la campaña desarrollada en España a favor de la vida (1990), es autor de temas científicos, de investigación médica y humanitaria, habiendo publicado quince libros y más de dos centenares de artículos en revistas nacionales y extranjeras.  Ha ampliado sus conocimientos con estudios teológicos en el Instituto Diocesano para Seglares de Zaragoza (centro BERIT), con la confianza de su director Francisco Martínez, vicario general de Arzobispado. Tiene diploma elemental de música en la especialidad de piano y es socio de ASEMEYA (Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas).

Un denominador común en todo lo que antecede es su enorme voluntad,  pues no se conforma con éxitos profesionales y así conduce su obra literaria, aunque por su oficio médico le es fácil  y esta labor extraprofesional le exige airear las galerías subterráneas del espíritu. Pero no es sólo la cantidad, lo que aquí deseo destacar, sino también la cualidad de la misma, por ser varios los aspectos de su personalidad médica o no, que se traducen, como afirmo, en su obra. En esa noble pasión por ser, hay que incluir su deseo de satisfacción íntima, el afán por la obra bien hecha, el no menos noble afán por destacar, pero siempre en la línea de confluencia con su personalidad. Insisto en incluir su tenacidad en asuntos de que trata, su congruencia con sus ideas y conceptos humanos y profesionales, incluso en los aspectos gramaticales de sus escritos.

También, hay que destacar su vocación de servicio y su congruencia con sus creencias religiosas, siempre dentro de la ortodoxia. Precisamente, en esa identidad hay que considerar su persona, con su producción intelectual. Hay que citar esta obra desde su cartesiana concepción situada, con diferencias no grandes entre los ocho protagonistas que conforman la trama, en un crucero por el Mediterráneo. Con el mismo cuidado con que estudia sus enfermos, trata así a sus personajes y describe, con minucia artesanal, incluso los menús diferentes de los varios restaurantes del buque, en que se desarrolla el crucero.  

Buen énfasis ha dedicado Ebrí a referirse  a las profesiones de su personajes y a los caracteres de los mismos, en función de su edad y los sucesivos diálogos de conformidad  con el pensamiento del respectivo cónyuge, y, acaso, buen mérito del autor sea no incurrir en olvidos a la hora de describir acciones y pensamientos de cada personaje en la semana de duración del crucero, favorecidas por la diversidad de alimentos y bebidas con que aderezan su estancia. Hemos de  recalcar nuestro reconocimiento por no haberse aprovechado de temas sugestivos en un crucero de atracción por las formas femeninas, más aún en ropa de baño, con los deseos insinuantes de cambios de afectos.  Podía haber destinado algún párrafo a la psicología de  camareros que han de soportar insulsas peticiones de los embarcados;  a veces, ciertos hechos y frases frecuentes en este tipo de viaje; a los no usuarios, nos produce pena, de la que el autor podía haberse hecho eco; pero en él predomina el deseo de feliz estancia, sin caer en el servilismo, con que observamos, a veces, los servicios en la barra de un bar de tierra adentro.

En resumen: ha sabido Ebrí dedicar la necesaria atención a todos y las relaciones entre personalidades y caracteres. Incluso podría decirse que son varios los protagonistas de profesión médica, pues no hubiese venido mal a la jugosidad de la situación incluir una pareja de comerciantes (que, para celebrar el éxito en el traspaso de su comercio, al final de su vida activa, hubiera llevado a disfrutar en su jubilación al matrimonio, con afán de reintegrar la enorme dedicación exhibida en los pequeños negocios sostenidos, en particular por marido y mujer, acaso  con algunas leves ayudas familiares). Acaso, también me permito señalar que, en los tiempos actuales de necesaria austeridad, las comidas realizadas pueden provocar rechazo moral a algunos lectores, aunque el doctor Ebrí no insiste en las alteraciones fisiopatológicas que pueden producir y que él ha estudiado bien en sus enfermos y en sus conferencias sobre alimentación. Con el acúmulo de soporte intelectual del ejercicio médico, ha determinado, en la mente del doctor Ebrí, aquellos aspectos morales del mundo de hoy, con la absoluta identificación de su pensamiento al ejercicio de su profesión, defendiendo estas ideas. Ha querido ser transigente en algunas opiniones morales, injertadas en el texto, aunque, en el respeto a la vida humana (aborto, aspectos colindantes de la eutanasia), se mantiene firme, no se pueden admitir trivialidades y tibiezas.

Hay un trasfondo psíquico, tal como Ebrí lo ha venido entendiendo en el ejercicio de la profesión, de acuerdo con las ideas de Michel Balint de que “el mejor medicamento que el médico puede recetar es él mismo”, al que con gusto se ha venido sumando el autor de este epílogo en el ejercicio de su oficio médico (y muchos médicos zaragozanos que así han pensado y han sabido inculcar), por la enseñanza recibida de los catedráticos y excelentes profesores adjuntos que tuvieron los estudiantes de Medicina de Zaragoza, entre 1950 y 1970, entre los cuales se encuentra Ebrí.

En resumen, un médico que escribe una novela para airear las galerías subterráneas del espíritu, sabiendo aprovechar y adecuar los conocimientos psíquicos que le brinda haber redactado centenares de historias clínicas. El lector ansioso encontrará suficientes momentos gratos, con sorprendente final, en el cual se refunde el contenido de la obra.

 

Fernando Solsona, académico

Presidente del Ateneo de Zaragoza

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

Resumen breve del Currículo Humanístico, Científico  y Literario

 

-Casado, padre de  cinco hijos. Nació en Zaragoza, el 26 de Octubre de 1949.  Doctor en

 Medicina. Médico Internista.  Ex profesor de Anatomía y de Patología Médica.

 Entre diversos premios, se destacan:

-Premio Extraordinario de  Licenciatura por la Universidad de Zaragoza (1972).

-Premio Academia General Militar (Curso 1971-72).

-Premios de Licenciatura (1975) y del Doctorado por la Real Academia Nacional de Medicina (1979).

-Premio de la Inmortal  Ciudad de Zaragoza (1973).

-Premio “Príncipe Fernando” por Radio Juventud de Zaragoza (1974)

-Premio “Institución Fernando el Católico” por la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza (1977). Mención Especial y accésits concedidos por la misma Institución (1979, 1980 y1982).

 -Primer Premio de Investigación Médico-Quirúrgica otorgado en 1988  por el Ilustre Colegio de Médicos de Zaragoza.

-Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza (1988)

-Académico  Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza (2015)

-Escritor  y autor de referencia de temas de Humanidades, de Ciencia y de Investigación. Ha publicado 15  li­bros y 5 capítulos. Autor de más de 230  artículos en revistas nacionales y extranjeras. Conferenciante en más de quinientos eventos de contenido humanístico literario y científico. Así mismo referenciado en más de 120  citas bibliográficas por sus escritos humanísticos- literarios y científicos.

-Caballero de Nuestra Señora del Pilar.

-Expresidente de Cursillos de Cristiandad de Zaragoza.

-Incluido en la Gran Enciclopedia Aragonesa  2007. Apéndice V, Pág. 245.

-Incluido en el Diccionario de Escritores Aragoneses Contemporáneos: 1885-2005.

-Socio de número de la Asociación Aragonesa de Escritores (A.A.E).

-Miembro del Ateneo de Zaragoza.

-Miembro socio de número de Asemeya (Asociación Española de Médicos Escritores)

-Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español.

-Member of  ResearchGate.

-Included in Biographical Record in Who’s Who in the World, since 1998”. New Jersey(USA).

- Included in Biographical record in The International Biographical Centre of Cambridge”, since

 1998.

- Included in 2000 Outstanding Intellectuals of the 21 St Century, International Biographical

 (Great Britain) since 2008

-Tertuliano de Onda Zaragoza y en Voces Escritas.

-Articulista en Diarios Online: Arbil; Religión y Libertad; El Libre Pensador…

-Colaborador literario en Centros Cívicos de Zaragoza.

-Participante como lector y autor de relatos en la Campana de los Perdidos.

-Participante en  http://www.teafm.net/  con Voces Escritas y Con Versos en la Noche.

-Imparte un Ciclo de conferencias en el Ateneo de Zaragoza sobre “El saber comer. La

  importancia de una sana alimentación” desde Noviembre de 2013.

 

Dentro de su obra, independientemente de su labor científica  y de investigación, figuran sus obras literarias de ensayo y de creación:

-Medicina y Música, obra médica aplicada a la ejecución pianística, publicada por “Estudio de Música J.R. Santamaría, Gráficas Lou, 1996.

-Obras humanísticas de ensayo: “La Otra Cara de la Medicina”: trilogía que consta de tres libros: 1: ¿Qué es el hombre?; 2: El hombre ante el dolor y la muerte. ¿Hay algo después de la vida?; 3: ¿Hacia Dónde Vamos? 

-“Morir nos interroga. Análisis General del fenómeno de la Muerte”.

- Novela: “Entre dos vidas”,

-Mística del día a día, obra de carácter espiritual, poética,  y biográfica.

(Toda esta obra publicada  por “Mira Editores” desde 2000 hasta 2012.

- Presentó esta obra actual al Premio Planeta con el seudónimo “Tempus Fugite”.

-Ha participado en numerosos Concursos Nacionales de Relatos Cortos y Poesía.

-Accésit al I Concurso de Relatos de Tranvías de Zaragoza, con la obra: “Aquel tranvía de mis recuerdos “. Zaragoza 24 de Enero de 2011.

-Publicadas por el Centro de Estudios Poéticos en “Palabras entre el Centeno”, “Metáforas en el cielo”, “Puñal Desgarrador”, “Un Paseo entre Versos”, “Viviendo entre Metáforas”, “Despedidme del Sol y de los trigos”, “La Vida es verso”, “ Deshojando Sentimientos” “La Isla de las Palabras Perdidas” sus poesías: “Gracias niña”, “Hallada en la Niebla del recuerdo”, “Vana Quimera” “Sedienta de amor y fuego”, “Buscando en mi interior”. “Penas Olvidadas”, “Mostrándoseme el Ser Esencial”, “Encuentro conmigo mismo”. “Poesía eres tú. ¡Amada mía!”,

-Premiado en el XXXVI Concurso Internacional de Poesía y Narrativa: “La Fuerza de la Palabra”, resuelto el 16 de Noviembre de 2013, en Buenos Aires (Argentina) con el relato: ”Un descanso del Dr. Martínez tras la visita hospitalaria”. Publicado en la Antología: La Fuerza de la Palabra.

-Premiado en la XVIII Muestra Poética Picarral de Zaragoza, con el poema: “Transformación de mi alma”. 31 de Mayo de 2013.

-Publicado el relato: “Chancletas más que tacones” en la Revista Literaria “Palabras Indiscretas”. Nº 10, páginas: 18 - 23. Edición de Octubre de 2013. ISBN: 2172-7562.

-Publicada su poesía: “A mi nietecito Diego” en la Revista Literaria: “Palabras Indiscretas” nº 11, página 10. Febrero 2014.

-Publicado en “Puntos de Vista” de la Revista Literaria : “Palabras indiscretas”  Nº 47. 15 de Mayo de 2014, el ensayo: Diálogo Filosofal”.

-Publicado el relato: “Un rato con mi nieta” en la Revista Literaria: “Palabras Indiscretas” nº 12, Junio 2014, pág: 22-24.

-Publicados los relatos: “Primavera en el Otoño de la Vida” y “De todo se sale” en la Revista Literaria: “Palabas Diversas” nº 49. 15 de Septiembre de 2014.

-Relato: “Caminando por la vida” publicado en la Revista Literaria: “Palabras Diversas” nº50. 15 de Noviembre de 2014.

-Relato: “Cuando yo me vaya” publicado en la Revista Literaria: “Palabras Indiscretas” nº 14. Diciembre de 2014, pág: 24-6.

-Crítica Literaria de la Trilogía: “La otra Cara de la Medicina”. Revista Literaria “Palabras Indiscretas”, número 14, pág.42-49.

-Referenciados sus Obras literarias en la Revista Palabras Indiscretas nº 10, pág: 38-39.


 

 

 

 

 

 

 
 

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