Tarjeta del Evento para invitación al acto
La Presidenta del Ilustre Colegio de Médicos de Zaragoza: Dra Doña Concepción Ferrer Novella, se honra en invitar a usted a la presentación de la obra literaria humanista escrita en trama novelada: "La Travesía" del Dr. Don Bernardo Ebrí Torné.
Será presentado por los doctores:
Don Domingo Buesa Conde, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis
Don Fernando Solsona Motrel, Académico y Presidente del Ateneo de Zaragoza
Don Álvaro Zaldívar Gracia, Catedrático de Estética e Historia de la Música
Día: 8 de Mayo 2015. Hora: 19,30. Lugar: Ilustre Colegio de Médicos de Zaragoza, sito en Paseo de Ruiseñores nº 2. Zaragoza 50006
(Si se desea, se podrá adquirir el libro para ser firmado por el autor)
Esta novela, nacida desde la rica experiencia de un
médico y científico que ha dedicado su vida a los demás, es la narración
de las ilusiones y las decepciones de un grupo de cuatro parejas que deciden
realizar un viaje, en unas ocasiones para recuperar la esperanza y en otras
para construir otro futuro. La búsqueda apasionada de la ilusión, en cada caso
según su situación de partida, les irá obligando a reflexionar sobre todo lo
que les rodea, les invitará a deliberar sobre el miedo, la muerte, la salud o
la fe, convirtiendo el viaje en una experiencia inolvidable que les va
enseñando los instrumentos que nos permiten vivir mejor, desde la felicidad a
la generosidad, desde la tolerancia a la paz, desde la religiosidad a la
esperanza. Página a página, mientras describe los problemas que acucian a los
protagonistas de la novela, el autor nos va sugiriendo su mensaje: lo
importante es que la vida espere gestos generosos de nosotros y, sobre todo,
que nos enseñe a mantener esa ilusión que da sentido a la vida. Con esas
riquezas inmateriales, los protagonistas culminan su viaje -de una manera
inesperada y sorprendente- cuando se hacen realidad las largas reflexiones
sobre el amor y la muerte, cuando ya han aprendido que el amor nunca separa a
nadie, porque une, y que el cielo no es un lugar sino una forma de ser, que
podemos hacer realidad en el momento en el que nos convertimos en seres
trascendentes. El crucero de los personajes de la ficción se ha convertido en
un viaje iniciático, en el que los lectores acabamos siendo los verdaderos
protagonistas, los destinatarios de un mensaje de esperanza que conseguirá
hacernos más fuertes y más felices.
Domingo
Buesa, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis.
En esta obra literaria el autor
expone en trama novelada una temática de índole humanística, social, cultural,
pero al mismo tiempo abierta a la transcendencia de la vida. En ella son
abordados entre otras, cuestiones tan diversas como la relación con
los hijos, el mundo de la pareja, de la medicina, el síndrome del profesional
quemado, las crisis vitales de la edad media de la vida, la crisis humanística
y económica actual, el problema del mal en nuestra sociedad, la persecución que
son objeto los cristianos en el mundo, la problemática del aborto y la
eutanasia, la existencia de lo que en psicología profunda se llama Ser Esencial
(núcleo interno del individuo sede de la conciencia más íntima del
individuo), el miedo a la muerte, la posible existencia de vida después de ésta
y la respuesta a estos interrogantes desde la religión, la ciencia y la
filosofía.
Son ocho los personajes principales:
Enrique González de 52 años, médico en un hospital madrileño acude a un crucero con su esposa Virginia López de 50, funcionaria
del ayuntamiento, para disfrutar de un
merecido descanso de sus trabajos habituales. Carlos Escribano de 40 años posee
una empresa de climatización y viaja con
su pareja, Lorena Gutiérrez, una joven
secretaria de 25 que trabaja en su empresa. Luis Jiménez y Laura Gómez médicos de 26
años, son dos jóvenes residentes recién casados en viaje de novios. Juan Pérez
y Mari Sebastián son una pareja mayor de 75 y 70 años respectivamente, que
acuden a este crucero celebrando sus bodas de oro, pagado por sus hijos como
regalo. No existe coincidencia del nombre de los protagonistas con la realidad.
A lo largo de la trama de esta novela
se va entrelazando la vida de los diferentes personajes. Un aparente crucero de
placer sirve de ocasión para que el autor exponga los problemas que
afloran en los protagonistas. Sentimientos y emociones como el desaliento, la
nostalgia, la angustia, el miedo, pero también el amor, la esperanza, la
alegría, la ilusión y la sinceridad son también expresadas por nuestros
actores. El autor realiza de vez en cuando comentarios explicativos a los
diálogos de los personajes.
El nudo de las relaciones humanas
desarrollado por los personajes en la vida cotidiana del barco y en las
diferentes excursiones a la llegada a los puertos se acentuará de forma
extraordinaria en el desenlace final que sorprenderá al lector. Un canto a la
esperanza y al amor.
Dr. Bernardo Ebrí Torné
Algunas notas sobre el amor, la muerte y la
resurrección
Puede parecer
inicialmente una paradoja, pero la mayor parte de las religiones, que utilizan
la palabra -divina o humana, escrita o hablada- para transmitir sus principios
y normas, sin embargo necesitan de la música para expresar y compartir los
sentimientos y experiencias más profundas. Quizás porque sólo a través de la
música –sea audible o imaginada, y especialmente en unión con el verso como
sutil palabra sonora- se puede evocar el grado más alto de relación con la
divinidad, esa unión mística de la que se predica tan adecuadamente su carácter
“inefable”. Es decir, “indecible”, pero no incantable. Como magistralmente lo
perfila San Juan de la Cruz en su Cántico:
Mi amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silvo de los aires amorosos,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
Al calor de
ciertas tradiciones, el poder espiritual de la música llega incluso a ser
directamente hechizo, que no en vano se llama también “encantamiento”, y lo
sonoro se presenta como misteriosa medicina cuyas rituales vibraciones
mágicamente pueden curar tanto males físicos como psíquicos. Un poder que une
hombre, cielo y tierra, como resume Jorge Guillén en otro celebrado Cántico:
¡Oh música,
Suprema realidad!
Es el despliegue mismo
-Oíd- de un firmamento
-Lo veis- que nos recoge.
Reiteradamente
demostrada su aptitud para transmitir todo tipo de mensajes supramateriales,
sin embargo la música manifiesta su indiscutible excelencia al enfrentarse con
éxito a los tres misterios más profundos del espíritu humano: la necesidad del
amor, la inexorabilidad de la muerte y la esperanza de una más o menos completa
o concreta resurrección. Y desde luego que sobre los tres temas hay innumerables
ejemplos sonoros de excepcional calidad en todas las tradiciones y estilos.
Ejemplos que demuestran la capacidad de la música para, a partir de una acción
material y sensible, como es el sutil oficio de cantar un texto o tañer un
teclado, pueda llegar esa armonía a nuestros oídos y abrirnos a una experiencia
transcendente, como memorablemente lo describió Fray Luis de León en su célebre
Oda a Salinas:
El aire se serena
y
viste de hermosura y luz no usada,
Salinas cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primera exclarecida.
Ante la
imposible enumeración de incluso la más selectiva lista de obras musicales
dedicadas al omnipresente tema del amor en todas las épocas y estilos, y
forzosamente aceptando también la no menos inabarcable nómina de composiciones
relacionadas con la muerte, en sus tan distintas perspectivas y funciones
-religiosas o dramáticas-, sin embargo comparativamente
son muy pocos los ejemplos sonoros que
tratan ese vértigo esperanzado que surge tras el misterio de la muerte: la
Resurrección. Es muy significativo que
la mayor parte de las grandes musicalizaciones de la Misa de difuntos, que
conocemos mejor por la primera palabra con la que comienza el Introito, Requiem aeternam dona eis Domine… (Dales,
Señor, el descanso eterno…), incluso en aquellas partituras que gozan de
firmas egregias como las de Victoria, Mozart o Verdi, no incluyan la esperanzadora antífona In paradisum:
Que los ángeles te lleven al paraíso, que a
tu llegada te reciban los mártires y te conduzcan a la ciudad santa de
Jerusalem.
Invoquemos como
sensata justificación de tan memorables ausencias que, en efecto, esta dulce
remisión a la vida más allá de la muerte pertenece rigurosamente ya al rito
sepulcral cristiano, pues ha de cantarse mientras el cadáver sale del templo
camino de su enterramiento, pero ello no ha sido obstáculo para que tan bella
antífona haya sido incluida en algún Requiem
musical difundido e importante, como el que escribió Gabriel Fauré en las
postrimerías del siglo XIX.
Notoriamente,
sin embargo, quizás la más relevante de las menciones sonoras a una nueva vida
tras la muerte no está en la musicalización de una liturgia, sino en una
creación artística libre de toda atadura normativa externa, como sucede en la
segunda Sinfonía, en Do menor, de Gustav Mahler, precisamente titulada Auferstehung (en alemán,
Resurrección), por utilizar con ciertas variantes, en su quinto y último
movimiento, como vertebral texto para solistas y coro, el poema del mismo
nombre de Friedrich G. Klopstock. Allí,
poesía y música se unen en la esperanzadora culminación de una gigantesca
partitura sinfónico-coral cuyo inicio era otra no menos impresionante página
orquestal que evocaba, dramáticamente, la muerte entendida, en el conjunto de
la sinfonía, como doloroso paso obligado para el vivir eterno:
¡Resucitarán, sí, resucitarán
mis despojos, tras un breve descanso.
Quien te ha llamado te dará vida inmortal!
Mirada así, con
esa radical conciencia de transcendencia, esta gigantesca composición no podía
haber sido titulada “Muerte y Resurrección”, pues ello le hubiera otorgado un
repartido protagonismo a dos términos cuya importancia no puede ser equiparada.
Lo que metafóricamente sí se hizo cuando, en la gran tragedia del amor y de la
muerte escrita por Richard Wagner a partir de la leyenda medieval de Tristán e Isolda, el genial compositor
nos propone, tras el fallecimiento del caballero, que la única salida digna
para Isolda sea un morir de amor (Liebestod)
que, en la espiritualidad wagneriana, se tornará en una misteriosa y cósmica
“transfiguración” descrita mientras canta, por encima de un tortuoso océano
orquestal, con esos bellos versos finales:
En el fluctuante torrente, en la resonancia
armoniosa,
en el infinito hálito del alma universal,
en el gran Todo...
perderse, sumergirse, inconscientemente ...
¡supremo gozo!
Amor
transfigurado que atraviesa la muerte para perderse sin conciencia en un
poético panteísmo. Romántico final, sin duda, pero decepcionante a la postre
para quienes aspiran a más, incluyendo al propio Wagner que, algunos años
después, se atrevía a poner música, sin texto, al milagro del Santo Grial con
el que concluye su última creación, Parsifal,
un “festival escénico sacro” -como lo llamó su autor- por el que abandonaba
el anterior protagonismo de la mitología germánica del Anillo del Nibelungo para ofrecer una singular incursión final
–tras los precedentes de Lohengrin y Tannhäuser- en el universo cristiano
medieval de los caballeros germánicos.
Verdaderamente,
a pesar de tantas grandes y bellísimas composiciones acumuladas a lo largo de
tantos siglos, que incluso se han atrevido a veces con éxito a ponerle sonido a
la voz de la divinidad –en el inspirado canto gregoriano y algunas celebradas
polifonías, en las devotas cimas de las Pasiones
de J. S. Bach o la dureza contemporánea de la inconclusa ópera de A. Schoenberg
sobre Moises y Aarón-, sin embargo
aún está esperando la historia de la música al compositor –o compositora- capaz
de escribir algo que esté, verdaderamente, a la altura de esas misteriosas
palabras, transmitidas por el evangelista Juan en un excepcional pasaje donde
se aúna el amor –Mirad cómo le quería-
con la muerte y resurrección, cuando Jesús le dice a Marta, hermana del
fallecido Lázaro:
Yo soy la resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque muera, vivirá.
Y todo el que vive y cree
en mí, no morirá eternamente.
En una reciente
ópera compuesta por Cristóbal Halffter a partir de libreto de Juan Carlos
Marset, y titulada precisamente Lázaro
(estrenada en Kiel, Alemana, el 4 de mayo de 2008), resulta más que
significativo que la figura de Jesús no tenga su propio papel vocal, mientras
el muy humano protagonismo del resucitado hermano de Marta y María se apoya,
precisamente, en ese dramático haber vuelto a la vida –tendremos que vivir como si ya hubiéramos muerto…- que fue el
detonante de la detención -tu has traído
más escándalo a Jerusalem que el desgraciado del Bautista… canta Malco, el
jefe de los guardias- de su Salvador, como el evangelista Juan había señalado
al concluir el relato de ese tan singular milagro.
Habrá, por
tanto, que esperar esa hoy aún inimaginable musicalización... Mientras tanto,
seguirá el turno de las palabras. Palabras necesarias. Imprescindibles. En
verso o en prosa. Fruto de la obligación teológica o del impulso humanístico.
Humanismo
creyente tan variado como fructífero al que, en la ilustre tradición de tantos
médicos humanistas –iniciada por el cordobés Maimónides entre los hebreos
medievales, mientras la España moderna brilla con personalidades de la talla de
Gregorio Marañón o Pedro Laín Entralgo-, pertenece el Dr. Bernardo Ebrí Torné,
quien ha simultaneado desde hace muchos años su trabajo clínico con el
literario, uniendo –en perfil abierto por el médico y evangelista Lucas- la
formación científica con su inclinación espiritual y la vocación por la
escritura. Si se trata de hablar, con conocimiento y pasión -por encima de
compartir o no detalles o enfoques-, sobre el amor, la muerte y la
resurrección, quien como él conoce a fondo las complejas relaciones entre
afectos, mente y cuerpo, el delgado hilo del que pende la vida… ¿no ha de
ofrecer una aportación especialmente valiosa?
Álvaro Zaldívar Gracia, Catedrático de
Estética e Historia de la Música
Epílogo
El autor, que nos ha confiado el epílogo de este
libro, nació en Zaragoza, el 26 de octubre de 1949. Casado y con cinco hijos,
cursó Bachillerato en el Colegio de los Hermanos Maristas y Medicina en
Zaragoza, terminando en 1972. Doctor en Medicina y especialista en Medicina
Interna, ejerció como médico en el Hospital Miguel Servet, siendo también
profesor ayudante de Anatomía y Embriología y asociado médico de la Facultad de
Zaragoza, diplomado en Homotoxicología, académico correspondiente de la Real
Academia de Medicina de Zaragoza, socio de diversas agrupaciones y vocal de
alguna de ellas (Española y Aragonesa de Medicina, de Médicos naturistas, entre
otras).
Ha recibido numerosas distinciones, becas y
premios: el final de carrera, de la Academia General Militar de Zaragoza
(1972), extraordinario de licenciatura (1973), Inmortal Ciudad de
Zaragoza del Excmo. Ayuntamiento (1973), Beca de Investigación Geigy (1974-1975),
de la Dirección General de Universidades e Investigación, de la Excma.
Diputación General de Aragón, a la mejor tesis doctoral, de Licenciatura
(1975) y del Doctorado por la Real Academia Nacional de Medicina (1979), premio
de Investigación Médico-quirúrgica del Colegio de Médicos de Zaragoza y del
Banco Zaragozano (1988-1989) y otros premios por comunicaciones a congresos.
Es miembro de la New York Academy of Sciences.
Aspectos de su biografía aparecen en Who’s Who in the World (1998) y en
la Enciclopedia Aragonesa (apéndice V, 2007). Destaca el propio Dr. Ebrí
que fue felicitado por el cardenal arzobispo de Nueva York, O’Connor, por la
campaña desarrollada en España a favor de la vida (1990), es autor de temas
científicos, de investigación médica y humanitaria, habiendo publicado quince
libros y más de dos centenares de artículos en revistas nacionales y
extranjeras. Ha ampliado sus conocimientos con estudios teológicos en el
Instituto Diocesano para Seglares de Zaragoza (centro BERIT), con la confianza
de su director Francisco Martínez, vicario general de Arzobispado. Tiene
diploma elemental de música en la especialidad de piano y es socio de ASEMEYA
(Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas).
Un denominador común en todo lo que antecede es su
enorme voluntad, pues no se conforma con
éxitos profesionales y así conduce su obra literaria, aunque por su oficio
médico le es fácil y esta labor
extraprofesional le exige airear las galerías subterráneas del espíritu. Pero
no es sólo la cantidad, lo que aquí deseo destacar, sino también la cualidad de
la misma, por ser varios los aspectos de su personalidad médica o no, que se
traducen, como afirmo, en su obra. En esa noble pasión por ser, hay que incluir
su deseo de satisfacción íntima, el afán por la obra bien hecha, el no menos
noble afán por destacar, pero siempre en la línea de confluencia con su
personalidad. Insisto en incluir su tenacidad en asuntos de que trata, su
congruencia con sus ideas y conceptos humanos y profesionales, incluso en los
aspectos gramaticales de sus escritos.
También, hay que destacar su vocación de servicio y su
congruencia con sus creencias religiosas, siempre dentro de la ortodoxia.
Precisamente, en esa identidad hay que considerar su persona, con su producción
intelectual. Hay que citar esta obra desde su cartesiana concepción situada,
con diferencias no grandes entre los ocho protagonistas que conforman la trama,
en un crucero por el Mediterráneo. Con el mismo cuidado con que estudia sus
enfermos, trata así a sus personajes y describe, con minucia artesanal, incluso
los menús diferentes de los varios restaurantes del buque, en que se desarrolla
el crucero.
Buen énfasis ha dedicado Ebrí a referirse a las
profesiones de su personajes y a los caracteres de los mismos, en función de su
edad y los sucesivos diálogos de conformidad con el pensamiento del
respectivo cónyuge, y, acaso, buen mérito del autor sea no incurrir en olvidos
a la hora de describir acciones y pensamientos de cada personaje en la semana
de duración del crucero, favorecidas por la diversidad de alimentos y bebidas
con que aderezan su estancia. Hemos de recalcar nuestro reconocimiento
por no haberse aprovechado de temas sugestivos en un crucero de atracción por
las formas femeninas, más aún en ropa de baño, con los deseos insinuantes de
cambios de afectos. Podía haber destinado algún párrafo a la psicología
de camareros que han de soportar insulsas peticiones de los
embarcados; a veces, ciertos hechos y frases frecuentes en este tipo de
viaje; a los no usuarios, nos produce pena, de la que el autor podía haberse
hecho eco; pero en él predomina el deseo de feliz estancia, sin caer en el
servilismo, con que observamos, a veces, los servicios en la barra de un bar de
tierra adentro.
En resumen: ha sabido Ebrí dedicar la necesaria
atención a todos y las relaciones entre personalidades y caracteres. Incluso
podría decirse que son varios los protagonistas de profesión médica, pues no
hubiese venido mal a la jugosidad de la situación incluir una pareja de
comerciantes (que, para celebrar el éxito en el traspaso de su comercio, al
final de su vida activa, hubiera llevado a disfrutar en su jubilación al
matrimonio, con afán de reintegrar la enorme dedicación exhibida en los
pequeños negocios sostenidos, en particular por marido y mujer, acaso con
algunas leves ayudas familiares). Acaso, también me permito señalar que, en los
tiempos actuales de necesaria austeridad, las comidas realizadas pueden
provocar rechazo moral a algunos lectores, aunque el doctor Ebrí no insiste en
las alteraciones fisiopatológicas que pueden producir y que él ha estudiado
bien en sus enfermos y en sus conferencias sobre alimentación. Con el acúmulo
de soporte intelectual del ejercicio médico, ha determinado, en la mente del doctor
Ebrí, aquellos aspectos morales del mundo de hoy, con la absoluta
identificación de su pensamiento al ejercicio de su profesión, defendiendo
estas ideas. Ha querido ser transigente en algunas opiniones morales,
injertadas en el texto, aunque, en el respeto a la vida humana (aborto,
aspectos colindantes de la eutanasia), se mantiene firme, no se pueden admitir
trivialidades y tibiezas.
Hay un trasfondo psíquico, tal como Ebrí lo ha venido
entendiendo en el ejercicio de la profesión, de acuerdo con las ideas de Michel
Balint de que “el mejor medicamento que el médico puede recetar es él mismo”,
al que con gusto se ha venido sumando el autor de este epílogo en el ejercicio
de su oficio médico (y muchos médicos zaragozanos que así han pensado y han
sabido inculcar), por la enseñanza recibida de los catedráticos y excelentes
profesores adjuntos que tuvieron los estudiantes de Medicina de Zaragoza, entre
1950 y 1970, entre los cuales se encuentra Ebrí.
En resumen, un médico que escribe una novela para
airear las galerías subterráneas del espíritu, sabiendo aprovechar y adecuar
los conocimientos psíquicos que le brinda haber redactado centenares de
historias clínicas. El lector ansioso encontrará suficientes momentos gratos,
con sorprendente final, en el cual se refunde el contenido de la obra.
Fernando Solsona, académico
Presidente del Ateneo de Zaragoza
Resumen breve del Currículo Humanístico, Científico y Literario
-Casado, padre de cinco hijos. Nació
en Zaragoza, el 26 de Octubre de 1949.
Doctor en
Medicina. Médico Internista. Ex profesor de Anatomía y de Patología
Médica.
Entre diversos premios, se destacan:
-Premio Extraordinario de
Licenciatura por la Universidad de Zaragoza (1972).
-Premio Academia General Militar (Curso 1971-72).
-Premios de Licenciatura (1975) y del Doctorado por la Real Academia
Nacional de Medicina (1979).
-Premio de la Inmortal Ciudad de
Zaragoza (1973).
-Premio “Príncipe Fernando” por Radio Juventud de Zaragoza (1974)
-Premio “Institución Fernando el Católico” por la Excma. Diputación
Provincial de Zaragoza (1977). Mención Especial y accésits concedidos por la misma Institución (1979, 1980
y1982).
-Primer Premio de Investigación Médico-Quirúrgica otorgado en
1988 por el Ilustre Colegio de Médicos
de Zaragoza.
-Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza
(1988)
-Académico Correspondiente de la
Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza (2015)
-Escritor y autor de referencia de
temas de Humanidades, de Ciencia y de Investigación. Ha publicado 15 libros y 5 capítulos. Autor de más de
230 artículos en revistas nacionales y
extranjeras. Conferenciante en más de quinientos eventos de contenido humanístico
literario y científico. Así mismo referenciado en más de 120 citas bibliográficas por sus escritos
humanísticos- literarios y científicos.
-Caballero de Nuestra Señora del Pilar.
-Expresidente de Cursillos de Cristiandad de Zaragoza.
-Incluido en la Gran Enciclopedia Aragonesa 2007. Apéndice V, Pág. 245.
-Incluido en el Diccionario de Escritores Aragoneses
Contemporáneos: 1885-2005.
-Socio de número de la Asociación Aragonesa de
Escritores (A.A.E).
-Miembro del Ateneo de Zaragoza.
-Miembro socio de número de Asemeya (Asociación
Española de Médicos Escritores)
-Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español.
-Member of ResearchGate.
-Included in Biographical Record in Who’s Who in the
World, since 1998”. New Jersey(USA).
- Included in Biographical record in The International
Biographical Centre of Cambridge”, since
1998.
- Included in 2000 Outstanding Intellectuals of the 21
St Century, International Biographical
(Great
Britain) since 2008
-Tertuliano de Onda Zaragoza y en Voces Escritas.
-Articulista en Diarios Online: Arbil; Religión y Libertad; El Libre
Pensador…
-Colaborador literario en Centros Cívicos de Zaragoza.
-Participante como lector y autor de relatos en la Campana de los Perdidos.
-Imparte un Ciclo de conferencias en el Ateneo de Zaragoza sobre “El saber
comer. La
importancia de una sana alimentación”
desde Noviembre de 2013.
Dentro de su obra,
independientemente de su labor científica
y de investigación, figuran sus obras literarias de ensayo y de creación:
-Medicina y Música, obra médica aplicada a la ejecución pianística,
publicada por “Estudio de Música J.R. Santamaría, Gráficas Lou, 1996.
-Obras humanísticas de ensayo: “La Otra Cara de la Medicina”: trilogía que
consta de tres libros: 1: ¿Qué es el hombre?; 2: El hombre ante el dolor y la
muerte. ¿Hay algo después de la vida?; 3: ¿Hacia Dónde Vamos?
-“Morir nos interroga. Análisis General del fenómeno de la Muerte”.
- Novela: “Entre dos vidas”,
-Mística del día a día, obra de carácter espiritual, poética, y biográfica.
(Toda esta obra publicada por “Mira
Editores” desde 2000 hasta 2012.
- Presentó esta obra actual al Premio Planeta con el seudónimo “Tempus
Fugite”.
-Ha participado en numerosos Concursos Nacionales de Relatos Cortos y
Poesía.
-Accésit al I Concurso de Relatos de Tranvías de Zaragoza, con la obra:
“Aquel tranvía de mis recuerdos “. Zaragoza 24 de Enero de 2011.
-Publicadas por el Centro de Estudios Poéticos en “Palabras entre el
Centeno”, “Metáforas en el cielo”, “Puñal Desgarrador”, “Un Paseo entre
Versos”, “Viviendo entre Metáforas”, “Despedidme del Sol y de los trigos”, “La
Vida es verso”, “ Deshojando Sentimientos” “La Isla de las Palabras Perdidas”
sus poesías: “Gracias niña”, “Hallada en la Niebla del recuerdo”, “Vana
Quimera” “Sedienta de amor y fuego”, “Buscando en mi interior”. “Penas
Olvidadas”, “Mostrándoseme el Ser Esencial”, “Encuentro conmigo mismo”. “Poesía
eres tú. ¡Amada mía!”,
-Premiado en el XXXVI Concurso Internacional de Poesía y Narrativa: “La
Fuerza de la Palabra”, resuelto el 16 de Noviembre de 2013, en Buenos Aires
(Argentina) con el relato: ”Un descanso del Dr. Martínez tras la visita
hospitalaria”. Publicado en la Antología: La Fuerza de la Palabra.
-Premiado en la XVIII Muestra Poética Picarral de Zaragoza, con el poema:
“Transformación de mi alma”. 31 de Mayo de 2013.
-Publicado el relato: “Chancletas más que tacones” en la Revista Literaria
“Palabras Indiscretas”. Nº 10, páginas: 18 - 23. Edición de Octubre de 2013.
ISBN: 2172-7562.
-Publicada su poesía: “A mi nietecito Diego” en la Revista Literaria:
“Palabras Indiscretas” nº 11, página 10. Febrero 2014.
-Publicado en “Puntos de Vista” de la Revista Literaria : “Palabras
indiscretas” Nº 47. 15 de Mayo de 2014,
el ensayo: Diálogo Filosofal”.
-Publicado el relato: “Un rato con mi nieta” en
la Revista Literaria: “Palabras Indiscretas” nº 12, Junio 2014, pág: 22-24.
-Publicados los relatos: “Primavera en el
Otoño de la Vida” y “De todo se sale” en la Revista Literaria: “Palabas
Diversas” nº 49. 15 de Septiembre de 2014.
-Relato: “Caminando por
la vida” publicado en la Revista Literaria: “Palabras Diversas” nº50. 15 de
Noviembre de 2014.
-Relato: “Cuando yo me vaya” publicado en la Revista Literaria: “Palabras
Indiscretas” nº 14. Diciembre de 2014, pág: 24-6.
-Crítica Literaria de la Trilogía: “La otra Cara de la Medicina”. Revista
Literaria “Palabras Indiscretas”, número 14, pág.42-49.
-Referenciados sus Obras literarias en la Revista Palabras Indiscretas nº
10, pág: 38-39.
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