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El Siervo de Dios veía en Fátima un puente con el
Islam |
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¿Se convertirán los musulmanes a través de
la Virgen de Fátima? Una profecía de Fulton Sheen |
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El obispo Fulton Sheen, en proceso
de beatificación, fue un gran predicador televisivo y
radiofónico.
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El Siervo
de Dios Fulton J. Sheen, obispo de Rochester (EEUU) y gran predicador
radiofónico y televisivo que murió en 1979 (su programa de TV en los años 50
tenía unos 30 millones de espectadores semanales) escribió en 1952 un artículo
titulado “María y los Musulmanes”, reimprimido en
octubre de 2001 por la Fundación Cardenal Mindszenty en Mindszenty Report (y
traducido al español por
Corazones.org aquí). El obispo
consideraba que la Virgen María, especialmente a través de la advocación
de Fátima, sería la llave para la conversión de muchos
musulmanes. El
obispo Sheen señalaba, para empezar, que el Islam ha sido uno de los más
pedregosos y estériles terrenos de evangelización y una peculiaridad
histórica. Una herejía que no
disminuye “Si el Islam es una herejía, tal y como lo cree
Hilaire Belloc, entonces sería la única herejía que nunca disminuyó.
Otras han tenido su momento de vigor para luego entrar en un decaimiento
doctrinal al morir su líder, y finalmente evaporarse en un vago movimiento
social. El mahometanismo, por el contrario, solo ha experimentado su primera
fase. Nunca hubo tiempo en que disminuyera, ni es su números ni en la devoción
de sus fieles”, señala. “Los esfuerzos misioneros de la Iglesia para con este grupo han
sido, al menos en la superficie, un fracaso, ya que los musulmanes, son
hasta ahora, inconvertibles. La razón es que, para un seguidor de
Mahoma convertirse al cristianismo, sería como para un cristiano convertirse en
judío. Los musulmanes creen que ellos tienen la final y definitiva
revelación de Dios para el mundo, y que Cristo solo fue un profeta que
anunciaba a Mahoma, el último de los verdaderos profetas de Dios”, añade el
obispo, que escribe en 1952. María, venerada en el
Islam Después explica que María es una figura venerada y respetada en
el Corán, como madre del Profeta Jesús (al que engendra y pare milagrosamente),
y símbolo de pureza y obediencia a Dios. Sólo hay otra mujer
que podría rivalizar en grandeza con ella: la hija de Mahoma, Fátima. Y sin
embargo, María es mayor incluso que Fátima. “María, entonces, es para los musulmanes la verdadera
Sayyida o Señora. El único posible serio rival en su credo sería
la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero después
de la muerte de Fátima, Mahoma escribió: "Tú serás la mas bendita
entre todas las mujeres del paraíso, después de María". En una
variante del texto, Fátima dice: "Sobrepaso a toda mujer excepto a
María".
La María de
Fátima, PortugalA continuación, Fulton Sheen plantea la pregunta sobre la Virgen María
de Fátima, aparecida en el pueblecito de ese nombre en
Portugal. “¿Por
qué la Santa Madre, en el siglo XX, se reveló en la pequeña aldea de Fátima,
para que todas las futuras generaciones la conocieran como "Nuestra Señora de
Fátima"? Ya que nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de
detalle. Creo que la Santísima Virgen escogió ser conocida como "Nuestra
Señora de Fátima", como promesa y signo de esperanza para el pueblo
musulmán, y como asegurándoles que ellos, que le manifiestan tanto
respeto, un día aceptarán también a su Divino Hijo.” “Evidencia para respaldar estas opiniones se encuentra en el hecho
histórico de que los musulmanes ocuparon Portugal durante siglos. Cuando al fin
los echaron fuera, el último jefe musulmán tenía una hermosa hija llamada
Fátima. Un joven católico se enamoró de ella y por él, ella no solo se quedó
cuando se retiraron los musulmanes, sino que también abrazó la Fe. El
joven esposo estaba tan enamorado de ella que le cambió el nombre al pueblo
donde vivía por el de Fátima. Por lo tanto, el lugar donde la Virgen
apareció en 1917 tiene una conexión histórica con Fátima, la hija de Mahoma (y
con la conversión de los musulmanes)”.
La Virgen
de Fátima y los musulmanes... en los 50 “La última prueba de la relación de Fátima y los musulmanes es la
entusiasta recepción que los musulmanes en Africa, la India y otros lugares
dieron a la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima. Los
musulmanes asistieron a servicios de la Iglesia en honor a Nuestra
Señora y permitieron procesiones religiosas, y hasta oraciones frente a
sus mezquitas. En Mozambique, los musulmanes que no se convirtieron comenzaron a
ser cristianos después que la imagen de Nuestra Señora de Fátima fue
erigida”, Y desde su atalaya a principio de los años 50, el obispo Sheen
formula un vaticinio: “Los misioneros del futuro van, cada vez más, a ver que
su apostolado entre los musulmanes será exitoso en la medida en que
proclamen a Nuestra Señora de Fátima; María es el adviento de Cristo,
que trae Cristo al pueblo antes de que Cristo naciese. En el trabajo
apologético, es siempre mejor comenzar con lo que la gente ya acepta. Ya que los
musulmanes tienen devoción a la Virgen, nuestros misioneros deberán sentirse
satisfechos con el solo hecho de aumentar y desarrollar esa devoción con la
plena realización de que Nuestra Señora llevará a los musulmanes el
resto del camino hasta su divino Hijo... Igual que aquellos que pierden
la devoción a la Virgen pierden la fe en la divinidad de Cristo, aquellos que
intensifican la devoción a ella, gradualmente adquieren fe en la divinidad de
Cristo”. “Muchos de nuestros grandes misioneros en África han logrado
quebrantar el odio amargo y los prejuicios de los musulmanes para con los
cristianos por medio de sus actos de caridad, escuelas y hospitales. Ahora nos
queda tomar otro camino: Tomar el capítulo 41 del Corán y demostrarles
que fueron sacados del Evangelio de Lucas, que María no podría ser, aún
para ellos "La Más Bendita entre todas las mujeres del cielo, si no hubiera
también dado a luz al Salvador del mundo”. “Si Judit y Ester,
del Antiguo Testamento, prefiguraban a María, entonces podría ser que
Fátima era una figura posterior de María. Los musulmanes deberán de
estar preparados para reconocer que, si Fátima cede paso en honor a La Santísima
Madre, es porque ella es diferente a todas las madres del mundo, y que
sin Cristo, ella nada sería”.
Y 60 años después,
¿qué? Pasados 60 años desde este artículo, ¿hasta qué punto se ha
podido cumplir esta previsión? Cuando Fulton Sheen escribía en 1952, no había en África ni 20
millones de católicos; hoy hay en el continente negro 160 millones de
católicos, 8 veces más que en 1960, pero sólo un 15% del total de la
población africana. El catolicismo ha crecido en África y –en menor medida- en
Asia… pero también lo ha hecho el Islam. En
los años 60 y 70 se independizaron todos los países africanos
colonizados por potencias europeas. En los años 80 el islamismo radical
creció ligado al chiísmo iraní; en los 90, al
salafismo y el islamismo radical argelino; más tarde, al
yihadismo. Y, de hecho, Arabia Saudí fomentó la expansión del
Islam wahabista, especialmente en África, con la ayuda del
petróleo que empezó a explotar ya en los años 40. Y millones de musulmanes viven
en Europa y Estados Unidos. Eso
ha sucedido sin menoscabo de que la devoción a la Virgen de Fátima haya crecido
en África y Asia, pero más allá de casos puntuales, no parece que se
haya dado ese “puente” cultural que esperaba Fulton Sheen.
¿Y en el
futuro?Por otra
parte, la era de Internet y un mundo más globalizado hace que la propuesta
cristiana pueda llegar a lugares donde nunca antes se había podido formular.
Quizá lo que Sheen preveía aún pueda
suceder.
El pasado 6 de marzo
de 2014 una comisión médica dictaminó la curación científicamente inexplicable
de un bebé recién nacido que en 2010, en un hospital, durante 61 minutos no
había mostrado signos de vida. Su familia había orado pidiendo la intercesión
del Siervo de Dios Fulton Sheen. El bebé hoy tiene 4 años y está sano. Esta
curación podría ser el milagro para beatificar al obispo. La web con su causa de
beatificación es: www.archbishopsheencause.org
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