MADRID, lunes 26 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El matrimonio se ha convertido en el mejor antídoto contra la violencia en la pareja, según un estudio del Instituto de Política Familiar publicado la semana pasada, que analiza datos de los últimos ocho años en España.
Según el estudio, el matrimonio es la forma de convivencia en la que se producen menos homicidios. Concretamente, por cada homicidio que se produce en un matrimonio, se producen más de 12 homicidios en las relaciones sentimentales.
El matrimonio también es, con gran diferencia, donde se producen menos órdenes de protección. Por cada una que se produce en un matrimonio, se producen más de diez en los otros tipos de relaciones.
Cinco de cada nueve órdenes de protección del año 2008 se produjeron en parejas de hecho.
Las parejas de hecho han crecido espectacularmente en España desde el año 2001 al 2008; concretamente un 121%, superando ya las 1.220.000 parejas, que representa un 11% del total.
Sin embargo, los matrimonios continúan siendo mayoritarios, llegando a representar el 89% del total de parejas y ascendiendo a 10,2 millones de parejas.
Entre las conclusiones del estudio, se encuentra la que afirma que la violencia de las parejas tiene una gran incidencia en las parejas rotas, llegando al 34%.
En este sentido, uno de cada tres homicidios se produce en parejas que han roto la relación y sobre todo en las exparejas con relaciones sentimentales, y dos de cada tres muertes en parejas rotas se producen en las exrelaciones sentimentales.
En 2008, por cada homicidio que se produjo en un matrimonio, se produjeron más de 12 en relaciones sentimentales.
“Mientras se produce 1 homicidio cada 311.000 matrimonios, sin embargo se produce 1 homicidio cada 25.500 relaciones sentimentales”, destaca el estudio.
El informe indica que en 2008 existían en España 11,5 millones de parejas, 2 millones más que en el año 2001, lo que representa un incremento del 21% de parejas en ese periodo.
También constata el crecimiento de la violencia en la pareja, que afecta cada vez a más personas.
Sólo en 2008, se produjeron 102.363 denuncias de malos tratos (74.000 físicos y 24.000 psíquicos), se ralizaron 109.906 atestados policiales, se dictaron 41.439 Órdenes de Protección y se produjeron 81 homicidios, frente a los 51 del año 2001.
Otra de las conclusiones del estudio es que la violencia afecta cada vez más a las parejas con extranjeros. 4 de cada 10 víctimas fueron extranjeras, y por cada agresor español, hay 5 agresores extranjeros.
Respecto a los agresores, el informe indica que 1 de cada 4 agresores intentó suicidarse después de la agresión, y 1 de cada 5, consumó el suicidio tras la agresión.
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La objeción de conciencia de los farmacéuticos: problema abiertoDebate sobre la PDD en el congreso de farmacéuticos católicos italianos
ROMA, lunes 26 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Los farmacéuticos deberían tener garantizada la objeción de conciencia respecto a un producto como la llamada “Píldora del día después” (PDD).
El tema se debatió este viernes en la casa “Bonus Pastor” de Roma, durante el congreso “La objeción de conciencia de los farmacéuticos. Entre el derecho y el deber”, organizado por la Unión Católica de Farmacéuticos Italianos (UCFI).
Tras el discurso inaugural del secretario general dela Conferencia Episcopal Italiana, monseñor Mariano Crociata, intervinieron estudiosos, juristas y representantes del sector farmacéutico, y todos apoyaron la objeción de conciencia.
La objeción es un derecho garantizado en la Constitución Italiana, cuyo artículo 2 tutela “los derechos fundamentales del hombre”, y por tanto también el derecho a la vida, destacó el presidente emérito del Tribunal Constitucional, Antonio Baldassare.
Es necesario, sin embargo, “una intervención del legislador ordinario que se adecúe a la Constitución”, dijo.
Baldassarre enunció los argumentos esgrimidos contra el derecho a la objeción: “En primer lugar, se afirma que proporcionar la píldora del día después constituye un deber que los farmacéuticos no pueden eludir; esa afirmación es inconsistente porque la objeción se aplica propiamente contra un deber”.
“Se afirma, además -prosiguió- que el farmacéutico no puede conocer el destino del uso del producto que vende. También esta argumentación es falaz, desde el momento en el que la píldora del día después se ha lanzado al mercado con una sola finalidad”: que un posible embarazo no siga adelante.
“La OMS ha afirmado que el inicio de la gestación se produce en el momento de la implantación del embrión en el útero. Se trata, sin embargo de un formalismo exagerado que, por otra parte, no tiene en cuenta que la vida (como afirma la ley 40) empieza en el momento de la concepción”, concluyó Baldassarre.
Giacomo Rocchi, juez de instrucción del Tribunal de Florencia, destacó en primer lugar la situación paradójica de una objeción de conciencia negada a los farmacéuticos pero garantizada “a los estudiantes vegetarianos de las escuelas de hostelería, que pueden negarse a seguir las lecciones que explican cómo preparar un asado”.
Según el juez Rocchi, el derecho a la objeción de conciencia estaría ya tutelado por la misma ley 194, que cita al “personal sanitario”, que comprende, por tanto, también a los farmacéuticos.
“El TAR [Tribunal Administrativo Regional italiano], en una sentencia del 2001, afirmó que no es posible establecer con certeza el inicio de la vida humana; sin embargo, esa duda podría aplicarse también a los enfermos de Alzheimer o terminales”, concluyó el magistrado.
El profesor de Bioética y Filosofía del Derecho en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y en la Universidad Europea de Roma Mario Palmaro ofreció una reflexión ético-filosófica.
“La objeción de conciencia tiene raíces muy lejanas en el tiempo; podríamos decir que el primer objetor de conciencia fue Sócrates, que afirmó: el peor mal es matar a un hombre inocente”, dijo Palmaro.
Por otra parte, el derecho a la objeción no tiene nada que ver con una ética relativista en la que triunfa la lógica del “según yo”.
“El objetor no es un 'subversivo', ni las acciones que realiza van contra el orden constituido -afirmó-. En el caso del aborto, el médico o el farmacéutico se mueven entre el sentido profundo de su profesión y sus propios principios.
“No son ellos, por tanto, los que constituyen la excepción, sino el legislador que ha realizado una anomalía, o una norma injusta”, añadió.
“El aspecto más importante del rechazo a vender la píldora abortiva se encuentra en la explicación de las razones de esa negativa”, observó Palmaro, auspiciando que los farmacéuticos objetores elaboren un decálogo común para explicar los motivos de su decisión.
Después, tuvo lugar una mesa redonda, durante la cual los ponentes reflexionaron sobre los posibles instrumentos legislativos y administrativos a poner en marcha en el ámbito de la tutela de la objeción de conciencia.
Anna Rosa Racca, presidenta de Federfarma, y Giovanni Gerosa, miembro del comité central de la Federación de las asociaciones de farmacéuticos italianos, destacaron la necesidad de una ley que tutele al farmacéutico objetor y, al mismo tiempo, al consumidor.
Stefano de Lillo, miembro de la Comisión de Sanidad del Senado, recordó al respecto que la objeción está tutelada por la ley 194 y que, en tiempos recientes, también el Comité Nacional de Bioética ha expresado una opinión favorable.
“Lo que necesitamos es en primer lugar una ley para la interpretación auténtica del ya presente derecho a la objeción - afirmó De Lillo-. Las mismas asociaciones profesionales, sin embargo, deben hacer su parte y luchar por la protección de la objeción, sin esperar que intervenga el Parlamento”.
Assunta Morresi, profesora de Química física en la Universidad de Perugia y miembro del Comité Nacional de Bioética, también se refirió a las asociaciones profesionales, destacando la necesidad de un código deontológico compartido.
“En primer lugar, hay que señalar el desacuerdo existente en la categoría: esto es ya un punto a favor de la objeción”, constató.
En la clausura del congreso, el presidente de la UCFI, Piero Uroda, recordó que la batalla por la objeción de conciencia es ante todo una cuestión ética, civil y cultural.
“La píldora del día después es una forma de secundar las pasiones más bajas de la persona, en particular de los jóvenes -declaró-. Estas pasiones, sin embargo, no podrán nunca pasar por encima de nuestra identidad cristiana. Nosotros, farmacéuticos, tenemos delante un desafío y tendremos que ser testigos auténticos para superarlo”.
[Por Luca Marcolivio, traducción del original en italiano por Patricia Navas]
Friday, October 30, 2009
Sunday, October 25, 2009
El comienzo de la vida humana. La anticoncepción
Publicado en el nº 94 de la revista Arbil.
Entrevista con las opiniones personales de Bernardo Ebrí Torné sobre algunas cuestiones éticas del control de la natalidad derivados de los aspectos científicos de los inicios de la vida humana.
Uno de los problemas más importantes que se dan en genética es saber cuando un embrión alcanza su individualidad. ¿Quién asegura que esta "materia protoplasmática" no se la deje evolucionar y adquiera su substrato nervioso indispensable para conseguir su individuación?Dado, además, que para tratar estas enfermedades se pueden también coger células nerviosas directamente (además de mediante cultivo) que se desarrollan tarde en el embrión después del 14 día, o esperar a que se formen órganos mucho más tarde. Debo decir que nuestro país la Comisión Nacional sobre reprodución asistida, se plantea el tema de admitir este tipo de investigación en embriones de menos de 14 días y no rechaza totalmente la clonación no reproductiva, es decir, cuándo puede ser considerado como un ser humano.Saber con certeza cuando ocurre la individuación de un embrión facilitaría la solución de aquellos casos difíciles donde existe un conflicto de conciencia o de deberes, como ocurre en el caso de la FIV (fecundación in vitro), ya que tienen que ser empleados varios embriones para ser implantados en el útero de madre, perdiéndose alguno, y quedando algunos sobrantes que no son utilizados directamente en la técnica, y que según algunos "moralistas", siempre por debajo de los 14 días, podrían ser utilizados, según una ética de mínimos, para, mediante cultivo de sus células, obtener células pluripotentes no diferenciadas y tejidos para realizar futuros transplantes contra diversas enfermedades. Otra técnica de ética muy dudosa es la llamada clonación no reproductiva, mediante la cual pueden originarse cigotos "artificiales" al transferirse, en el laboratorio, a un óvulo, el núcleo de células somáticas ya diferenciadas del propio individuo del que se crea el clon. Este cigoto se utilizaría no para constituir un ser humano copia de él (clonación reproductiva), sino para obtener tejidos, y quizá en un futuro órganos para realizar autotransplantes (en el propio individuo del que se ha obtenido el núcleo de la célula para obtener el clon), por ejemplo, para tratar la enfermedad de Parkinson u otras patologías cerebrales. También pueden obtenerse hoy día para transplante células primordiales de fetos abortados. Parece claro, no obstante, tal como ha indicado la Comisión de Reproducción Humana Asistida de nuestro país, en su informe de 1998, así como el Informe del Instituto de Bioética de la Fundación de Ciencias de la Salud, que sobre la utilización de embriones clonados, debe darse preferencia a las posibilidades abiertas mediante el desarrollo de las llamadas celulas troncales o células madre (stem-cells), presentes en los organismos ya desarrollados, y que al no estar diferenciadas puede conseguirse a partir de ellas, de forma análoga a la clonación no reproductiva de los embriones, la diferenciación de tejidos y quizá un día hasta incluso de órganos, que pueden ser transplantados al mismo individuo del que se tomaron las células troncales (autotransplante) sin que se produzca rechazo inmunológico, ya que poseen la misma dotación genética que el futuro receptor. Esta técnica sí es moralmente admisible, dado que se toma como punto de partida unas células humanas somáticas y no engendra dudas como en el caso del embrión humano clónico, al no formarse a partir de ellas ningún posible individuo.D. ¿No es un ser humano el cigoto formado en el momento de la fecundación?.Dr. Con ésto que estamos diciendo, no se justifica en modo alguno que podamos manipular sin más un embrión antes del 14 día, y que pueda ser abortado. Desde el momento de la fecundación el nuevo cigoto posee la clave genética de un ser humano, una clave irrepetible de cualquier otro ser (la posibilidad de que se encuentre el mismo código genético, el mismo "código de barras" es inferior a un billón, según Jeffreys), y si no existen factores que interrumpan su desarrollo llegará a desarrollar el cortex cerebral.Según muchos embriológos y "moralistas", Hëring entre ellos, no puede hablarse de ser humano hasta que se consigue la individuación, y ésta necesita de un substrato material como es el cortex (la corteza cerebral) admitida como el órgano central de todas las manifestaciones y actividades personales.Al 14 día aparece la cresta neural que dará lugar al sistema nervioso del individuo, coincidiendo este hecho con la finalización del procesa de anidación, de la implantación consumada del blastocisto (cigoto) en el útero de la madre. Entre el 15 al 40 día comienza a desarrollarse la corteza cerebral aunque no esté todavía desplegada. La madre de manera espontánea rechaza un embrión cuando es anencéfalo, únicamente lo acepta en uno de cada mil casos que se produce este evento. Por debajo del 14 día pueden producirse fusiones de blastocistos, de dos embriones en uno sólo (quimerismo); de igual manera el embrión puede dividirse espontáneamente, originando los gemelos idénticos monocigóticos, dotados de la misma clave genética. Estos hechos embriólogicos nos muestran que como mínimo antes del 14 día no puede hablarse de una individuación del embrión, de una vida con el substrato nervioso individual, aunque todavía no desplegado pero en potencia donde pueda afirmarse que se está ante una auténtica vida humana (no biológica que lo es) con posibilidad de trascendencia. De ahí que la experimentación con óvulos fecundados no sería ontogénesis de un ser humano, sino meramente presencia de materia protoplasmática.Hoy día como luego abordaremos, puede hacerse cultivo de células vivas del cuerpo y dividirse en el laboratorio; hay clave genética total de la persona, pero no individuación, no hay vida personal aunque haya un "centro biológico" sin el cual las células no podrían vivir y desarrollarse. En estos aproximadamente 14 primeros días, el nuevo ser no tiene definida su individualidad (Gafo), y no es, refiere el mismo autor, como escribe Lacadena, "ni uno ni único". También Alonso Bedate y Cefalo subrayan que la incipiente realidad humana tiene lo "necesario", pero no lo "suficiente" para dar origen al niño que nacerá. Por otra parte autores como Shettles, Rorvik comparten la opinión del genetista francés Leyeune: "Una vez concebido, un hombre es un hombre". Estos autores afirman que : "La concepción confiere a la vida y torna aquella vida única dentro de su género".S. Si desde el momento de la fecundación posee una clave genética distinta, ya es un ser individual.Dr. Posee esa clave, esa potencia de desarrollo según esa clave irrepetible, pero no es seguro que esa potencia biológica llegue a desarrollarse en todos los casos y adquiera la individuación. Sin sistema nervioso no existe ésta.Considerar además que en torno al 70% de los huevos o cigotos fecundados se pierden espontáneamente antes de la implantación por anomalías incompatibles con la vida del embrión (Gafo) incluso de un 10 a un 20% se pierden antes del nacimiento. ¿Se cree de verdad que se malogran tantos seres humanos (no materia protoplasmática biológica potencialmente humana), con todo lo que hemos dicho?.Debe de reconocerse, por otra parte, la razón de la postura católica, que afirma la continuidad del desarrollo embrionario desde la fecundación y la exigencia de aplicar a la incipiente realidad humana el "beneficio de la duda": ¿Y si realmente fuera un ser humano desde el momento de la fecundación?.El interrogante que surge es, si las obligaciones que tenemos hacia el embrión, antes de su anidación, son perfectas. Confiesa Gafo que después de haber estado presente en el debate sobre el estatuto del embrión humano en sus primeras fases desde hace 25 años, fue el tema de su tesis doctoral, se atreve a afirmar que este problema sigue sometido hoy a la misma polémica, y que sigue sin darse la claridad que postula la Iglesia. "Con la ética de máximos, que defiende la postura católica, difícilmente pueden calificarse las obligaciones hacia el embrión previo a la implantación como perfectas".De todas las formas son cuestiones muy espinosas y que obligan a valorar éticamente todos los casos, y desde la moral católica al existir "el beneficio de la duda" obligan a hilar muy fino y a tomar una decisión en conciencia, cuando se plantee sobre todo esta cuestión como es el caso de la fecundación in vitro (fiv) en parejas que no pueden tener hijos de forma natural.El papa Juan Pablo II, en su discurso Genoma Humano: Personalidad humana y sociedad del futuro, se ha pronunciado en los siguientes términos: "En el momento actual hay una grave desproporción entre las posibilidades diagnósticas y las escasas posibilidades terapeúticas; este hecho plantea graves problemas éticos a las familias, que tienen necesidad de ser apoyadas en la acogida de la vida naciente aun cuando resultase afectada por cualquier defecto o malformación".Insistiremos en esta técnica de la fiv así como de otras de interés en Bioética, al comentar las técnicas de manipulación genética.M. ¿Qué es una ética de máximos y de mínimos?Dr. Antes de contestar a la pregunta quiero hacer unas aclaraciones.La Comisión Nacional para la protección de las personas objeto de experimentación biomédica en Estados Unidos en 1974, publicó en 1978 el famoso Informe Belmont, que formula tres principios básicos éticos que debe de respetar el investigador médico:Autonomía. Respeto a la voluntad del paciente o en su defecto de sus padres. Evidentemente ni el niño ni mucho menos el embrión o el feto pueden ejercer este principio, son los padres. El Derecho reconoce absoluta prioridad a la salvaguarda de la vida frente a cualquier otro bien o interés. Si nos cargamos la vida de un ser humano ya no existe otro derecho.Beneficiencia. Se trata de la búsqueda del mayor bien para el paciente. Este principio incluye el de no maleficencia o evitar cualquier daño al paciente.Justicia. En este apartado se incluyen los Derechos del Niño, cuyo texto fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de Noviembre de 1959 y ratificados treinta años después en la Convención de las Naciones Unidas.Este documento comprende aspectos tan complejos como el establecimiento del derecho intrínsico a la vida, protección contra toda forma de violencia, protección contra toda clase de tipo de explotación o abuso.Los principios éticos son intemporales y se basan en la ética natural, cuyos objetivos fundamentales son la dignidad personal, la libertad y el respeto a la vida humana, así como la autodeterminación de la persona.Toda vida humana tiene un valor fundamentalmente igual, posee la misma dignidad y se hace acreedora a la misma protección (M Bueno).En el contexto de nuestras sociedades plurales debe de reconocerse la necesidad de articular unas exigencias éticas mínimas, fundamentalmente las que están en el transfondo de los derechos humanos. Son las llamadas obligaciones perfectas, las que cada individuo se debe exigir y los demás y la sociedad pueden exigir a todos los ciudadanos, incluso de forma coactiva. Esto no niega el valor de las éticas religiosas, que presentan un modelo de vida buena y articulan una ética de máximos, que también es fundamental en la convivencia humana. Pero las exigencias éticas que proponen son las propias de las obligaciones imperfectas que una persona se puede exigir pero que la sociedad no puede imponer de una forma general.Como dice Adela Cortina, a las propuestas que intentan mostrar cómo ser feliz, y cúal es el sentido de la vida y de la muerte, le parece adecuado denominarlas "ética de máximos", mientras que la "ética de mínimos" no se pronunciaría sobre cuestiones de felicidad y de sentido de la vida y de la muerte, sino sobre cuestiones de justicia, exigibles a todos los ciudadanos.En el primer caso, refiere Gafo, nos encontramos ante una ética exhortativa, que debe de ser gestionada privadamente, pero que no puede ser impuesta coactivamente, incluso con sanciones penales. Ahí estaría, según Cortina, la "fórmula mágica del pluralismo", que consiste en compartir unos mínimos de justicia y respetar activamente unos máximos de felicidad y de sentido.Bajo esta visión de las cosas en Bioética puede aplicarse un tipo de ética o de otro, valorando en cada actuación médica los principios comentados, teniendo en cuenta los derechos de los pacientes, y que las soluciones o determinaciones no son fáciles, pues pueden existir colisión de derechos, sobre todo cuando se atenta al derecho de la vida de alguien que como el embrión o el feto no pueden "decirnos" cual es su opinión. Por ello es comprensible y loable la preocupación de la moral católica por el respeto a la vida humana en general, así como en particular del embrión y del feto, basándose como os he dicho antes en el "beneficio de la duda": ¿Antes de la formación de la corteza cerebral típicamente humana, existe un centro biológico de vida privada, de un substrato de vida personal?. Cómo no puede demostrarse sin ninguna duda que no sea vida humana, la postura de la Iglesia Católica es respetar esa vida desde el momento de fecundación.[1]En la I conferencia internacional sobre el aborto celebrada en Washington y en la que estaban presentes médicos, juristas, biólogos, sociólogos y demógrafos, no se pudo encontrar ningún punto entre la concepción y el nacimiento en que se pudiera decir que esa vida no era humana. Es una valoración ética de máximos.D. ¿Qué se quiere decir al citar la palabra ontogénesis?Dr. Hay que diferenciar la filogénesis de la ontogénesis.La filogénesis representa un salto en las especies completamente extraordinario e inesperado, preparado por una larga historia dispuesta por Dios (Hëring). Hay diferencias entre hominización e individuación.[2] Ver : "La Otra Cara de la Medicina. ¿Qué es el hombre?.Mediante la evolución de las especies, llega un momento que se produce el "salto cualitativo" y se adquiere la capacidad de desarrollo de un sustrato material, capaz de poder asentar o ser un receptor de la conciencia: de la capacidad que posee el hombre de preguntarse qué hace en este mundo y transcender la materia.Esta capacidad está asentada en los cromosomas humanos (23 parejas y aproximadamente 80.000 genes y cerca de tres mil millones de bases que forman el genoma humano). Las instrucciones del ADN humano se diferencian únicamente en un 1,5% de las del chimpancé y en un 20% de las del ratón; ¡pero existen!, y son las que posibilitan la conciencia humana. Se ha conseguido la hominización en el desarrollo evolutivo.La individuación está inmersa en la ontogénesis, que representa la evolución del individuo de la misma especie.Tras la fecundación va desarrollándose el embrión, y cuando se desarrolla por la actividad de los genes el substrato capaz de "asentar" la conciencia que es el sistema nervioso: la corteza cerebral, se produce la individuación, que es la individualización de un nuevo ser que aunque desde el momento de la fecundación tenía su clave genética humana y distinta de otro ser humano, no disponía todavía de esa capacidad evolutiva (ontogénesis) que permite que en un momento evolutivo dado (¿14 día del embrión) se forme el substrato material de la corteza humana, aunque no esté desplegada todavía, pues seguirá desarrollándose a lo largo de la gestación, incluso durante la infancia (conexiones nerviosas que facilitan la aparición de la edad de la razón del niño, y en realidad durante toda la vida, pues un ser humano puede madurar psíquicamente, en su conciencia durante toda su vida).Ese 14 día representa el "mínimo substrato cerebral posible" realmente humano, que permitirá el desarrollo a lo largo de la evolución del embrión, de esa capacidad conseguida en la filogénesis, de esa conciencia. Para muchos teólogos y metafísicos este sería el momento en que la energía divina se singulariza en cada hombre (alma humana) de tal forma que se produce la creación de un ser humano único en su triple vertiente física-psíquica y espiritual.Algunos moralistas basados en estos criterios y en una moral de mínimos, posibilitarían en caso de conflicto de derechos, como ocurre en el caso de padres que no pueden tener hijos, la utilización de la técnica de la fecundación in vitro, aunque se perdiesen en el intento de implantación algunos cigotos (suelen transferirse al tercer día de la fecundación in vitro, en el tubo de ensayo).El problema para mí viene dado por los embriones sobrantes, aquellos que no se implantan: ¿qué hacer con ellos?. ¿Qué hacer con los que se encuentran anomalías? Suelen ser destruidos o empleados en investigación.Hëring "moralista de reconocida fama mundial" y estudioso de la biología, ya fallecido, comentaba que antes del 25-40 día, el embrión no es una persona humana, aunque este argumento no proporciona un valor absoluto para privar al embrión del derecho básico a la vida; pero si se admite esta hipótesis, contribuiría poderosamente en la "solución" de estos casos difíciles donde hay "conflicto" de conciencia o de deberes (conflicto ético).Si una pareja toma esta decisión en conciencia, estimo que tiene que decir a su ginecologo que le transfiera todos los embriones, no deje sobrantes, al menos (es coincidencia de algunos "moralistas"), todos los implantados tienen la misma oportunidad de consumar este proceso. Ya se sabe que tras estas técnicas es frecuente que se produzcan embarazos gemelares. En algunas ocasiones se congelan los sobrantes por si no habido éxito en el primer intento.S. ¿Qué métodos hay de anticoncepción?Dr. Desde un enfoque ético la anticoncepción hay que contemplarla dentro dentro de la paternidad responsable.La anticoncepción "rabiosa", es decir el oponerse una pareja de manera permanente a la posibilidad de tener hijos, de cerrarse a la vida, sin que exista una justificación que contemplada desde la ética sea apropiada, se revela como una manifestación más de la filosofía antivida, de la que el aborto y la eutanasia son el mayor exponente.Muchas parejas ponen toda clase de medios para no tener hijos, sin ninguna justificación seria moral, incluso empleando métodos de anticoncepción que no pueden descartarse que sean abortivos, y si éstos fallan y el embarazo se produce acaban en el aborto. Hasta un 40% de los embarazos de mujeres menores de 20 años acaban en aborto voluntario.Se contemplan para regular la natalidad métodos naturales que observan el ritmo y la continencia, y métodos no naturales o artificiales que siempre que por sí mismos no sean abortivos y con una justificación moral pueden ser empleados de forma lícita, con tal que reflejen una conciencia bien formada de los esposos y una decidida disposición a que una vez desaparecidos los obstáculos que les impiden abrirse a la vida, lo hagan generosamente. Esta actitud de la pareja planteada desde la paternidad responsable no es egoísta y además no se cierra a la vida de forma permanente.Entre los métodos naturales tenemos el de la temperatura. Uno o dos días antes de la ovulación existe un pequeño aumento de temperatura que generalmente no llega a 38º para una vez producida ésta descender. Como margen de seguridad se admiten siete días antes y siete días después como margen de seguridad para no realizar durante estos días relaciones sexuales dada la probabilidad de producirse un embarazo. El nivel de fracasos es del 3,1 al 19,3%.El cálculo de probabilidades efectuado por Ogino sobre estudios estadísticos de los ciclos de millares de mujeres basados en el método de medición de la temperatura, varía según sea el ciclo de la mujer largo, por ejemplo de 31 días o corto, por ejemplo de 27 días. Para una mujer con los ciclos más cortos y más largos de esas fechas, su época de fertilidad será del 8 al 21 días (al ciclo corto de 27 días se le resta 19, y al largo de 31 días se resta 10 días). El nivel de fracasos es del 14,4 al 34,5% si la mujer hace sus cuentas según este método sin verificar la temperatura.El método de Billings revela que cuando la mujer va a ovular las características del moco cervical uterino cambian, de un moco opaco y denso pasa a ser un moco transparente y filante que puede incluso estirarse. Mientras el moco permanezca con estas características hay que abstenerse de relaciones, ya que los espermatozoides encontrarían un camino fácil a través de este moco para penetrar en el interior del útero e ir a buscar la trompa para fecundar al óvulo (de una hora a tres, hasta 24 horas después del coito, el pronúcleo masculino del espermatozoide puede unirse con el pronúcleo femenino del óvulo en el tercio externo de la trompa uterina). Se da un margen también de más/menos siete días de seguridad de continencia.Otros síntomas de la mujer pueden anunciar que se ha ovulado como pesadez en los senos, pequeña hemorragia ovulatoria... No en todos los casos pueden seguirse los métodos naturales. Hay mujeres con gran irregularidad de los ciclos; maridos que no colaboran o interrumpen la continencia o la interrumpen al azar dando lugar a un embarazo sorpresa. Estos métodos requieren pues colaboración mutua de los esposos y un cierto nivel cultural, además de cierta vigilancia en la higiene personal como en el método del moco. En estos casos y en opinión de muchos "moralistas" de fuera y de dentro de nuestro país, entre ellos Hëring, Gafo, Forcano, Marciano Vidal...., pueden utilizarse como solución no ideal pero moralmente aceptable otros métodos no naturales.Cualquier método que no sea abortivo puede utilizarse. No hay un método que que por sí sea moralmente ilicito. Todo depende de su correcta indicación que habrá que ajustar según el método a las particularidades de cada pareja, así como hábitos de ésta: mujer fumadora, edad, antecedentes patológicos de enfermedad, posibles síntomas adversos por su uso etc.Una pareja que se cerrara por sistema a tener hijos, y que al ser una mujer muy regular usaran los métodos naturales y les funcionaran muy bien, sería moralmente ilícito, porque no se trata de que los métodos naturales per se sean morales y los otros no lo sean, sino que depende de la intención de paternidad definitiva que tengan los esposos.Los anticonceptivos no son deseables en mujeres de más de treinta años, además si son fumadoras, o tienen antecedentes de tromboembolismo, tomboflebitis, generalmente en las venas de las extremidades inferiores, ya que indica una tendencia a la hipercoagubilidad que podría agravarse por las hormonas que posee el anticonceptivo.Así mismo mujeres con transtornos inflamatorios hepáticos, también desaconseja su uso. Si durante su administración la mujer siente dolores fuertes de cabeza, sobre todo si antes no los tenía, o aparece cualquier signo de focalidad neurológica tiene que suspenderlos inmediatamente, a efectos de evitar trombosis.No es cierto sin embargo que los anticonceptivos actuales, que llevan mínimas dosis de estrógenos (minipildora) sean abortivos. Sí lo es la llamada Píldora Ru-486, hormona sintética que bloquea a la progesterona, hormona natural indispensable para el mantenimiento del embarazo. Actúa después de la fecundación del óvulo impidiendo su fijación en las paredes del útero y posterior desarrollo, provocando su expulsión. Actúa en las primeras 9 semanas de embarazo o antes de que pasen 63 días desde el comienzo del último período menstrual. Pasado ese tiempo, la mujer produce tanta progesterona que la píldora deja de hacer su efecto.El DIU, dispositivo intrauterino de cobre que la mujer lleva anclado a su útero, funciona como espermicida, pero también como abortivo, ya que origina una endometritis química (inflamación de la mucosa de las paredes del útero), de tal manera que el cigoto cuando sobre el séptimo día intenta implantarse en el útero, es materialmente rechazado por éste, ya que la mucosa inflamada no es una buena "tierra" donde la "semilla" pueda implantarse.Otros métodos actúan como de barrera, evitando el paso de los espermatozoides como son el diafragma vaginal o el propio preservativo del varón.Pueden combinarse estos métodos con otros como los lavados vaginales postcoito realizados con líquidos espermicidas, o los óvulos que la mujer deposita en su vagina como unos quince a media hora antes del coito. También se ha utilizado el llamado "coitus interruptus" o marcha atrás o eyaculaciones fuera de la vagina. Es comprensible que no hay un método ideal, y hay que adaptarlo a cada pareja, ya que cualquiera de ellos incluido los métodos naturales pueden restar espontaneidad al acto sexual y producir insatisfacción que a la larga puede producir complicaciones en la convivencia de la pareja. La situación de su uso, tendría que ser siempre temporal.En casos especiales y sobre todo cuando no es aconsejable ya un embarazo como decisión definitiva, por ejemplo: casáreas repetidas, enfermedad crónica de la mujer a la que un embarazo pudiera agravar su estado, incluso de índole psíquica en enfermedades mentales serias como la llamada neurosis del embarazo, o con fines eugenésicos a efectos de evitar transmitir enfermedades a la prole que pueden ser muy graves o producirse abortos espontáneos repetidos, podría realizarse métodos de esterilización como son la ligadura de trompas de la mujer o la vasectomía en el hombre (ésta puede ser reversible), al aplicarse el principio de la totalidad a la comunidad sexual del matrimonio (Forcano).Una indicación muy corriente de utilización de los métodos ordinarios, especialmente los anticonceptivos, lo son durante el tiempo de lactancia a efectos de distanciar los hijos y dar un reposo al organismo. Así mismo para defenderse de una maternidad involuntaria e indebida, como es en caso de peligro de violación (guerras, lugares de misión), incluso para defenderse del proceder abusivo de un marido violento.
Bernardo Ebrí Torné
Entrevista con las opiniones personales de Bernardo Ebrí Torné sobre algunas cuestiones éticas del control de la natalidad derivados de los aspectos científicos de los inicios de la vida humana.
Uno de los problemas más importantes que se dan en genética es saber cuando un embrión alcanza su individualidad. ¿Quién asegura que esta "materia protoplasmática" no se la deje evolucionar y adquiera su substrato nervioso indispensable para conseguir su individuación?Dado, además, que para tratar estas enfermedades se pueden también coger células nerviosas directamente (además de mediante cultivo) que se desarrollan tarde en el embrión después del 14 día, o esperar a que se formen órganos mucho más tarde. Debo decir que nuestro país la Comisión Nacional sobre reprodución asistida, se plantea el tema de admitir este tipo de investigación en embriones de menos de 14 días y no rechaza totalmente la clonación no reproductiva, es decir, cuándo puede ser considerado como un ser humano.Saber con certeza cuando ocurre la individuación de un embrión facilitaría la solución de aquellos casos difíciles donde existe un conflicto de conciencia o de deberes, como ocurre en el caso de la FIV (fecundación in vitro), ya que tienen que ser empleados varios embriones para ser implantados en el útero de madre, perdiéndose alguno, y quedando algunos sobrantes que no son utilizados directamente en la técnica, y que según algunos "moralistas", siempre por debajo de los 14 días, podrían ser utilizados, según una ética de mínimos, para, mediante cultivo de sus células, obtener células pluripotentes no diferenciadas y tejidos para realizar futuros transplantes contra diversas enfermedades. Otra técnica de ética muy dudosa es la llamada clonación no reproductiva, mediante la cual pueden originarse cigotos "artificiales" al transferirse, en el laboratorio, a un óvulo, el núcleo de células somáticas ya diferenciadas del propio individuo del que se crea el clon. Este cigoto se utilizaría no para constituir un ser humano copia de él (clonación reproductiva), sino para obtener tejidos, y quizá en un futuro órganos para realizar autotransplantes (en el propio individuo del que se ha obtenido el núcleo de la célula para obtener el clon), por ejemplo, para tratar la enfermedad de Parkinson u otras patologías cerebrales. También pueden obtenerse hoy día para transplante células primordiales de fetos abortados. Parece claro, no obstante, tal como ha indicado la Comisión de Reproducción Humana Asistida de nuestro país, en su informe de 1998, así como el Informe del Instituto de Bioética de la Fundación de Ciencias de la Salud, que sobre la utilización de embriones clonados, debe darse preferencia a las posibilidades abiertas mediante el desarrollo de las llamadas celulas troncales o células madre (stem-cells), presentes en los organismos ya desarrollados, y que al no estar diferenciadas puede conseguirse a partir de ellas, de forma análoga a la clonación no reproductiva de los embriones, la diferenciación de tejidos y quizá un día hasta incluso de órganos, que pueden ser transplantados al mismo individuo del que se tomaron las células troncales (autotransplante) sin que se produzca rechazo inmunológico, ya que poseen la misma dotación genética que el futuro receptor. Esta técnica sí es moralmente admisible, dado que se toma como punto de partida unas células humanas somáticas y no engendra dudas como en el caso del embrión humano clónico, al no formarse a partir de ellas ningún posible individuo.D. ¿No es un ser humano el cigoto formado en el momento de la fecundación?.Dr. Con ésto que estamos diciendo, no se justifica en modo alguno que podamos manipular sin más un embrión antes del 14 día, y que pueda ser abortado. Desde el momento de la fecundación el nuevo cigoto posee la clave genética de un ser humano, una clave irrepetible de cualquier otro ser (la posibilidad de que se encuentre el mismo código genético, el mismo "código de barras" es inferior a un billón, según Jeffreys), y si no existen factores que interrumpan su desarrollo llegará a desarrollar el cortex cerebral.Según muchos embriológos y "moralistas", Hëring entre ellos, no puede hablarse de ser humano hasta que se consigue la individuación, y ésta necesita de un substrato material como es el cortex (la corteza cerebral) admitida como el órgano central de todas las manifestaciones y actividades personales.Al 14 día aparece la cresta neural que dará lugar al sistema nervioso del individuo, coincidiendo este hecho con la finalización del procesa de anidación, de la implantación consumada del blastocisto (cigoto) en el útero de la madre. Entre el 15 al 40 día comienza a desarrollarse la corteza cerebral aunque no esté todavía desplegada. La madre de manera espontánea rechaza un embrión cuando es anencéfalo, únicamente lo acepta en uno de cada mil casos que se produce este evento. Por debajo del 14 día pueden producirse fusiones de blastocistos, de dos embriones en uno sólo (quimerismo); de igual manera el embrión puede dividirse espontáneamente, originando los gemelos idénticos monocigóticos, dotados de la misma clave genética. Estos hechos embriólogicos nos muestran que como mínimo antes del 14 día no puede hablarse de una individuación del embrión, de una vida con el substrato nervioso individual, aunque todavía no desplegado pero en potencia donde pueda afirmarse que se está ante una auténtica vida humana (no biológica que lo es) con posibilidad de trascendencia. De ahí que la experimentación con óvulos fecundados no sería ontogénesis de un ser humano, sino meramente presencia de materia protoplasmática.Hoy día como luego abordaremos, puede hacerse cultivo de células vivas del cuerpo y dividirse en el laboratorio; hay clave genética total de la persona, pero no individuación, no hay vida personal aunque haya un "centro biológico" sin el cual las células no podrían vivir y desarrollarse. En estos aproximadamente 14 primeros días, el nuevo ser no tiene definida su individualidad (Gafo), y no es, refiere el mismo autor, como escribe Lacadena, "ni uno ni único". También Alonso Bedate y Cefalo subrayan que la incipiente realidad humana tiene lo "necesario", pero no lo "suficiente" para dar origen al niño que nacerá. Por otra parte autores como Shettles, Rorvik comparten la opinión del genetista francés Leyeune: "Una vez concebido, un hombre es un hombre". Estos autores afirman que : "La concepción confiere a la vida y torna aquella vida única dentro de su género".S. Si desde el momento de la fecundación posee una clave genética distinta, ya es un ser individual.Dr. Posee esa clave, esa potencia de desarrollo según esa clave irrepetible, pero no es seguro que esa potencia biológica llegue a desarrollarse en todos los casos y adquiera la individuación. Sin sistema nervioso no existe ésta.Considerar además que en torno al 70% de los huevos o cigotos fecundados se pierden espontáneamente antes de la implantación por anomalías incompatibles con la vida del embrión (Gafo) incluso de un 10 a un 20% se pierden antes del nacimiento. ¿Se cree de verdad que se malogran tantos seres humanos (no materia protoplasmática biológica potencialmente humana), con todo lo que hemos dicho?.Debe de reconocerse, por otra parte, la razón de la postura católica, que afirma la continuidad del desarrollo embrionario desde la fecundación y la exigencia de aplicar a la incipiente realidad humana el "beneficio de la duda": ¿Y si realmente fuera un ser humano desde el momento de la fecundación?.El interrogante que surge es, si las obligaciones que tenemos hacia el embrión, antes de su anidación, son perfectas. Confiesa Gafo que después de haber estado presente en el debate sobre el estatuto del embrión humano en sus primeras fases desde hace 25 años, fue el tema de su tesis doctoral, se atreve a afirmar que este problema sigue sometido hoy a la misma polémica, y que sigue sin darse la claridad que postula la Iglesia. "Con la ética de máximos, que defiende la postura católica, difícilmente pueden calificarse las obligaciones hacia el embrión previo a la implantación como perfectas".De todas las formas son cuestiones muy espinosas y que obligan a valorar éticamente todos los casos, y desde la moral católica al existir "el beneficio de la duda" obligan a hilar muy fino y a tomar una decisión en conciencia, cuando se plantee sobre todo esta cuestión como es el caso de la fecundación in vitro (fiv) en parejas que no pueden tener hijos de forma natural.El papa Juan Pablo II, en su discurso Genoma Humano: Personalidad humana y sociedad del futuro, se ha pronunciado en los siguientes términos: "En el momento actual hay una grave desproporción entre las posibilidades diagnósticas y las escasas posibilidades terapeúticas; este hecho plantea graves problemas éticos a las familias, que tienen necesidad de ser apoyadas en la acogida de la vida naciente aun cuando resultase afectada por cualquier defecto o malformación".Insistiremos en esta técnica de la fiv así como de otras de interés en Bioética, al comentar las técnicas de manipulación genética.M. ¿Qué es una ética de máximos y de mínimos?Dr. Antes de contestar a la pregunta quiero hacer unas aclaraciones.La Comisión Nacional para la protección de las personas objeto de experimentación biomédica en Estados Unidos en 1974, publicó en 1978 el famoso Informe Belmont, que formula tres principios básicos éticos que debe de respetar el investigador médico:Autonomía. Respeto a la voluntad del paciente o en su defecto de sus padres. Evidentemente ni el niño ni mucho menos el embrión o el feto pueden ejercer este principio, son los padres. El Derecho reconoce absoluta prioridad a la salvaguarda de la vida frente a cualquier otro bien o interés. Si nos cargamos la vida de un ser humano ya no existe otro derecho.Beneficiencia. Se trata de la búsqueda del mayor bien para el paciente. Este principio incluye el de no maleficencia o evitar cualquier daño al paciente.Justicia. En este apartado se incluyen los Derechos del Niño, cuyo texto fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de Noviembre de 1959 y ratificados treinta años después en la Convención de las Naciones Unidas.Este documento comprende aspectos tan complejos como el establecimiento del derecho intrínsico a la vida, protección contra toda forma de violencia, protección contra toda clase de tipo de explotación o abuso.Los principios éticos son intemporales y se basan en la ética natural, cuyos objetivos fundamentales son la dignidad personal, la libertad y el respeto a la vida humana, así como la autodeterminación de la persona.Toda vida humana tiene un valor fundamentalmente igual, posee la misma dignidad y se hace acreedora a la misma protección (M Bueno).En el contexto de nuestras sociedades plurales debe de reconocerse la necesidad de articular unas exigencias éticas mínimas, fundamentalmente las que están en el transfondo de los derechos humanos. Son las llamadas obligaciones perfectas, las que cada individuo se debe exigir y los demás y la sociedad pueden exigir a todos los ciudadanos, incluso de forma coactiva. Esto no niega el valor de las éticas religiosas, que presentan un modelo de vida buena y articulan una ética de máximos, que también es fundamental en la convivencia humana. Pero las exigencias éticas que proponen son las propias de las obligaciones imperfectas que una persona se puede exigir pero que la sociedad no puede imponer de una forma general.Como dice Adela Cortina, a las propuestas que intentan mostrar cómo ser feliz, y cúal es el sentido de la vida y de la muerte, le parece adecuado denominarlas "ética de máximos", mientras que la "ética de mínimos" no se pronunciaría sobre cuestiones de felicidad y de sentido de la vida y de la muerte, sino sobre cuestiones de justicia, exigibles a todos los ciudadanos.En el primer caso, refiere Gafo, nos encontramos ante una ética exhortativa, que debe de ser gestionada privadamente, pero que no puede ser impuesta coactivamente, incluso con sanciones penales. Ahí estaría, según Cortina, la "fórmula mágica del pluralismo", que consiste en compartir unos mínimos de justicia y respetar activamente unos máximos de felicidad y de sentido.Bajo esta visión de las cosas en Bioética puede aplicarse un tipo de ética o de otro, valorando en cada actuación médica los principios comentados, teniendo en cuenta los derechos de los pacientes, y que las soluciones o determinaciones no son fáciles, pues pueden existir colisión de derechos, sobre todo cuando se atenta al derecho de la vida de alguien que como el embrión o el feto no pueden "decirnos" cual es su opinión. Por ello es comprensible y loable la preocupación de la moral católica por el respeto a la vida humana en general, así como en particular del embrión y del feto, basándose como os he dicho antes en el "beneficio de la duda": ¿Antes de la formación de la corteza cerebral típicamente humana, existe un centro biológico de vida privada, de un substrato de vida personal?. Cómo no puede demostrarse sin ninguna duda que no sea vida humana, la postura de la Iglesia Católica es respetar esa vida desde el momento de fecundación.[1]En la I conferencia internacional sobre el aborto celebrada en Washington y en la que estaban presentes médicos, juristas, biólogos, sociólogos y demógrafos, no se pudo encontrar ningún punto entre la concepción y el nacimiento en que se pudiera decir que esa vida no era humana. Es una valoración ética de máximos.D. ¿Qué se quiere decir al citar la palabra ontogénesis?Dr. Hay que diferenciar la filogénesis de la ontogénesis.La filogénesis representa un salto en las especies completamente extraordinario e inesperado, preparado por una larga historia dispuesta por Dios (Hëring). Hay diferencias entre hominización e individuación.[2] Ver : "La Otra Cara de la Medicina. ¿Qué es el hombre?.Mediante la evolución de las especies, llega un momento que se produce el "salto cualitativo" y se adquiere la capacidad de desarrollo de un sustrato material, capaz de poder asentar o ser un receptor de la conciencia: de la capacidad que posee el hombre de preguntarse qué hace en este mundo y transcender la materia.Esta capacidad está asentada en los cromosomas humanos (23 parejas y aproximadamente 80.000 genes y cerca de tres mil millones de bases que forman el genoma humano). Las instrucciones del ADN humano se diferencian únicamente en un 1,5% de las del chimpancé y en un 20% de las del ratón; ¡pero existen!, y son las que posibilitan la conciencia humana. Se ha conseguido la hominización en el desarrollo evolutivo.La individuación está inmersa en la ontogénesis, que representa la evolución del individuo de la misma especie.Tras la fecundación va desarrollándose el embrión, y cuando se desarrolla por la actividad de los genes el substrato capaz de "asentar" la conciencia que es el sistema nervioso: la corteza cerebral, se produce la individuación, que es la individualización de un nuevo ser que aunque desde el momento de la fecundación tenía su clave genética humana y distinta de otro ser humano, no disponía todavía de esa capacidad evolutiva (ontogénesis) que permite que en un momento evolutivo dado (¿14 día del embrión) se forme el substrato material de la corteza humana, aunque no esté desplegada todavía, pues seguirá desarrollándose a lo largo de la gestación, incluso durante la infancia (conexiones nerviosas que facilitan la aparición de la edad de la razón del niño, y en realidad durante toda la vida, pues un ser humano puede madurar psíquicamente, en su conciencia durante toda su vida).Ese 14 día representa el "mínimo substrato cerebral posible" realmente humano, que permitirá el desarrollo a lo largo de la evolución del embrión, de esa capacidad conseguida en la filogénesis, de esa conciencia. Para muchos teólogos y metafísicos este sería el momento en que la energía divina se singulariza en cada hombre (alma humana) de tal forma que se produce la creación de un ser humano único en su triple vertiente física-psíquica y espiritual.Algunos moralistas basados en estos criterios y en una moral de mínimos, posibilitarían en caso de conflicto de derechos, como ocurre en el caso de padres que no pueden tener hijos, la utilización de la técnica de la fecundación in vitro, aunque se perdiesen en el intento de implantación algunos cigotos (suelen transferirse al tercer día de la fecundación in vitro, en el tubo de ensayo).El problema para mí viene dado por los embriones sobrantes, aquellos que no se implantan: ¿qué hacer con ellos?. ¿Qué hacer con los que se encuentran anomalías? Suelen ser destruidos o empleados en investigación.Hëring "moralista de reconocida fama mundial" y estudioso de la biología, ya fallecido, comentaba que antes del 25-40 día, el embrión no es una persona humana, aunque este argumento no proporciona un valor absoluto para privar al embrión del derecho básico a la vida; pero si se admite esta hipótesis, contribuiría poderosamente en la "solución" de estos casos difíciles donde hay "conflicto" de conciencia o de deberes (conflicto ético).Si una pareja toma esta decisión en conciencia, estimo que tiene que decir a su ginecologo que le transfiera todos los embriones, no deje sobrantes, al menos (es coincidencia de algunos "moralistas"), todos los implantados tienen la misma oportunidad de consumar este proceso. Ya se sabe que tras estas técnicas es frecuente que se produzcan embarazos gemelares. En algunas ocasiones se congelan los sobrantes por si no habido éxito en el primer intento.S. ¿Qué métodos hay de anticoncepción?Dr. Desde un enfoque ético la anticoncepción hay que contemplarla dentro dentro de la paternidad responsable.La anticoncepción "rabiosa", es decir el oponerse una pareja de manera permanente a la posibilidad de tener hijos, de cerrarse a la vida, sin que exista una justificación que contemplada desde la ética sea apropiada, se revela como una manifestación más de la filosofía antivida, de la que el aborto y la eutanasia son el mayor exponente.Muchas parejas ponen toda clase de medios para no tener hijos, sin ninguna justificación seria moral, incluso empleando métodos de anticoncepción que no pueden descartarse que sean abortivos, y si éstos fallan y el embarazo se produce acaban en el aborto. Hasta un 40% de los embarazos de mujeres menores de 20 años acaban en aborto voluntario.Se contemplan para regular la natalidad métodos naturales que observan el ritmo y la continencia, y métodos no naturales o artificiales que siempre que por sí mismos no sean abortivos y con una justificación moral pueden ser empleados de forma lícita, con tal que reflejen una conciencia bien formada de los esposos y una decidida disposición a que una vez desaparecidos los obstáculos que les impiden abrirse a la vida, lo hagan generosamente. Esta actitud de la pareja planteada desde la paternidad responsable no es egoísta y además no se cierra a la vida de forma permanente.Entre los métodos naturales tenemos el de la temperatura. Uno o dos días antes de la ovulación existe un pequeño aumento de temperatura que generalmente no llega a 38º para una vez producida ésta descender. Como margen de seguridad se admiten siete días antes y siete días después como margen de seguridad para no realizar durante estos días relaciones sexuales dada la probabilidad de producirse un embarazo. El nivel de fracasos es del 3,1 al 19,3%.El cálculo de probabilidades efectuado por Ogino sobre estudios estadísticos de los ciclos de millares de mujeres basados en el método de medición de la temperatura, varía según sea el ciclo de la mujer largo, por ejemplo de 31 días o corto, por ejemplo de 27 días. Para una mujer con los ciclos más cortos y más largos de esas fechas, su época de fertilidad será del 8 al 21 días (al ciclo corto de 27 días se le resta 19, y al largo de 31 días se resta 10 días). El nivel de fracasos es del 14,4 al 34,5% si la mujer hace sus cuentas según este método sin verificar la temperatura.El método de Billings revela que cuando la mujer va a ovular las características del moco cervical uterino cambian, de un moco opaco y denso pasa a ser un moco transparente y filante que puede incluso estirarse. Mientras el moco permanezca con estas características hay que abstenerse de relaciones, ya que los espermatozoides encontrarían un camino fácil a través de este moco para penetrar en el interior del útero e ir a buscar la trompa para fecundar al óvulo (de una hora a tres, hasta 24 horas después del coito, el pronúcleo masculino del espermatozoide puede unirse con el pronúcleo femenino del óvulo en el tercio externo de la trompa uterina). Se da un margen también de más/menos siete días de seguridad de continencia.Otros síntomas de la mujer pueden anunciar que se ha ovulado como pesadez en los senos, pequeña hemorragia ovulatoria... No en todos los casos pueden seguirse los métodos naturales. Hay mujeres con gran irregularidad de los ciclos; maridos que no colaboran o interrumpen la continencia o la interrumpen al azar dando lugar a un embarazo sorpresa. Estos métodos requieren pues colaboración mutua de los esposos y un cierto nivel cultural, además de cierta vigilancia en la higiene personal como en el método del moco. En estos casos y en opinión de muchos "moralistas" de fuera y de dentro de nuestro país, entre ellos Hëring, Gafo, Forcano, Marciano Vidal...., pueden utilizarse como solución no ideal pero moralmente aceptable otros métodos no naturales.Cualquier método que no sea abortivo puede utilizarse. No hay un método que que por sí sea moralmente ilicito. Todo depende de su correcta indicación que habrá que ajustar según el método a las particularidades de cada pareja, así como hábitos de ésta: mujer fumadora, edad, antecedentes patológicos de enfermedad, posibles síntomas adversos por su uso etc.Una pareja que se cerrara por sistema a tener hijos, y que al ser una mujer muy regular usaran los métodos naturales y les funcionaran muy bien, sería moralmente ilícito, porque no se trata de que los métodos naturales per se sean morales y los otros no lo sean, sino que depende de la intención de paternidad definitiva que tengan los esposos.Los anticonceptivos no son deseables en mujeres de más de treinta años, además si son fumadoras, o tienen antecedentes de tromboembolismo, tomboflebitis, generalmente en las venas de las extremidades inferiores, ya que indica una tendencia a la hipercoagubilidad que podría agravarse por las hormonas que posee el anticonceptivo.Así mismo mujeres con transtornos inflamatorios hepáticos, también desaconseja su uso. Si durante su administración la mujer siente dolores fuertes de cabeza, sobre todo si antes no los tenía, o aparece cualquier signo de focalidad neurológica tiene que suspenderlos inmediatamente, a efectos de evitar trombosis.No es cierto sin embargo que los anticonceptivos actuales, que llevan mínimas dosis de estrógenos (minipildora) sean abortivos. Sí lo es la llamada Píldora Ru-486, hormona sintética que bloquea a la progesterona, hormona natural indispensable para el mantenimiento del embarazo. Actúa después de la fecundación del óvulo impidiendo su fijación en las paredes del útero y posterior desarrollo, provocando su expulsión. Actúa en las primeras 9 semanas de embarazo o antes de que pasen 63 días desde el comienzo del último período menstrual. Pasado ese tiempo, la mujer produce tanta progesterona que la píldora deja de hacer su efecto.El DIU, dispositivo intrauterino de cobre que la mujer lleva anclado a su útero, funciona como espermicida, pero también como abortivo, ya que origina una endometritis química (inflamación de la mucosa de las paredes del útero), de tal manera que el cigoto cuando sobre el séptimo día intenta implantarse en el útero, es materialmente rechazado por éste, ya que la mucosa inflamada no es una buena "tierra" donde la "semilla" pueda implantarse.Otros métodos actúan como de barrera, evitando el paso de los espermatozoides como son el diafragma vaginal o el propio preservativo del varón.Pueden combinarse estos métodos con otros como los lavados vaginales postcoito realizados con líquidos espermicidas, o los óvulos que la mujer deposita en su vagina como unos quince a media hora antes del coito. También se ha utilizado el llamado "coitus interruptus" o marcha atrás o eyaculaciones fuera de la vagina. Es comprensible que no hay un método ideal, y hay que adaptarlo a cada pareja, ya que cualquiera de ellos incluido los métodos naturales pueden restar espontaneidad al acto sexual y producir insatisfacción que a la larga puede producir complicaciones en la convivencia de la pareja. La situación de su uso, tendría que ser siempre temporal.En casos especiales y sobre todo cuando no es aconsejable ya un embarazo como decisión definitiva, por ejemplo: casáreas repetidas, enfermedad crónica de la mujer a la que un embarazo pudiera agravar su estado, incluso de índole psíquica en enfermedades mentales serias como la llamada neurosis del embarazo, o con fines eugenésicos a efectos de evitar transmitir enfermedades a la prole que pueden ser muy graves o producirse abortos espontáneos repetidos, podría realizarse métodos de esterilización como son la ligadura de trompas de la mujer o la vasectomía en el hombre (ésta puede ser reversible), al aplicarse el principio de la totalidad a la comunidad sexual del matrimonio (Forcano).Una indicación muy corriente de utilización de los métodos ordinarios, especialmente los anticonceptivos, lo son durante el tiempo de lactancia a efectos de distanciar los hijos y dar un reposo al organismo. Así mismo para defenderse de una maternidad involuntaria e indebida, como es en caso de peligro de violación (guerras, lugares de misión), incluso para defenderse del proceder abusivo de un marido violento.
Bernardo Ebrí Torné
Saturday, October 24, 2009
Evangelio del domingo: Como gritos de parto
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, obispo de Huesca y de Jaca
Salen de Jericó, una bellísima ciudad, fértil y amable, acaso también tentadora para quedarse allí y ahorrarse así la tragedia que a Jesús le esperaba si continuaba su viaje hacia Jerusalén. Pero aquella belleza ni siquiera constituía una tentación al ciego Bartimeo. Sus ojos cerrados le tenían allí postrado al borde del camino pidiendo limosna. Invidente y mendicante, sin luz y sin hacienda, orillado en el sendero. Debió escuchar más jaleo del usual y preguntando qué pasaba o quién pasaba, le respondieron que era Jesús. Entonces él comenzó a gritar: "Hijo de David, ten compasión de mí". Debió hacerlo con tanta fuerza e insistencia que llegó a molestar a algunos del cortejo de Jesús.
Bartimeo, que no podía andar a causa de su ceguera física y que le tenía allí postrado y limosnero, tenía más luz interior que bastantes de los que acompañaban al Señor. Un ciego que no puede andar y unos viandantes con ceguera en el corazón. No se debe censurar el grito de la vida. Es el grito de quien sabe que ha nacido para ver y para andar, y no acepta una resignación imperativa de tener que contentarse con limosnas inmóviles.
La creación entera grita gemidos de parto, dice la carta a los Romanos, indicando que en la historia de los hombres no todo es bello, ni bueno, ni justo, ni verdadero. Y entonces la misma creación se resiente, se rebela, y de mil modos grita a través de los hambrientos de todas las hambres, a través de los invidentes de tantas cegueras y a través de quienes sufren ataduras en su libertad o en su corazón. Todos estos gritos desafinan, molestan, crean conmoción. La tentación siempre es la de acallarlos, la de censurarlos en algún sentido. ¿Quién tuviera los oídos de Dios para escuchar tantos gritos y responderlos adecuadamente?
En el camino de Jericó, porque pasaba Jesús, Bartimeo no dejó de gritar, y cada vez más fuerte, como quien dice a su modo urgente e intempestivo que lo suyo no debe perpetuarse, que no ha nacido para eso. La vida amordazada, acorralada, mutilada o censurada... no dejará de gritar y de gritarse. "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi", es la oración de todos los pobres y sencillos que han querido alguna vez levantarse de sus cegueras y de sus forzosas prostraciones. Jesús le curó alabando su fe y Bartimeo se levantó y lo siguió como discípulo. Había encontrado la Luz y abandonó su ceguera; había hallado el Tesoro y dejó de pedir limosna; había encontrado el sentido de la vida, y se puso a caminarlo, abrazado a Aquel que es Camino y con nosotros Caminante.
Salen de Jericó, una bellísima ciudad, fértil y amable, acaso también tentadora para quedarse allí y ahorrarse así la tragedia que a Jesús le esperaba si continuaba su viaje hacia Jerusalén. Pero aquella belleza ni siquiera constituía una tentación al ciego Bartimeo. Sus ojos cerrados le tenían allí postrado al borde del camino pidiendo limosna. Invidente y mendicante, sin luz y sin hacienda, orillado en el sendero. Debió escuchar más jaleo del usual y preguntando qué pasaba o quién pasaba, le respondieron que era Jesús. Entonces él comenzó a gritar: "Hijo de David, ten compasión de mí". Debió hacerlo con tanta fuerza e insistencia que llegó a molestar a algunos del cortejo de Jesús.
Bartimeo, que no podía andar a causa de su ceguera física y que le tenía allí postrado y limosnero, tenía más luz interior que bastantes de los que acompañaban al Señor. Un ciego que no puede andar y unos viandantes con ceguera en el corazón. No se debe censurar el grito de la vida. Es el grito de quien sabe que ha nacido para ver y para andar, y no acepta una resignación imperativa de tener que contentarse con limosnas inmóviles.
La creación entera grita gemidos de parto, dice la carta a los Romanos, indicando que en la historia de los hombres no todo es bello, ni bueno, ni justo, ni verdadero. Y entonces la misma creación se resiente, se rebela, y de mil modos grita a través de los hambrientos de todas las hambres, a través de los invidentes de tantas cegueras y a través de quienes sufren ataduras en su libertad o en su corazón. Todos estos gritos desafinan, molestan, crean conmoción. La tentación siempre es la de acallarlos, la de censurarlos en algún sentido. ¿Quién tuviera los oídos de Dios para escuchar tantos gritos y responderlos adecuadamente?
En el camino de Jericó, porque pasaba Jesús, Bartimeo no dejó de gritar, y cada vez más fuerte, como quien dice a su modo urgente e intempestivo que lo suyo no debe perpetuarse, que no ha nacido para eso. La vida amordazada, acorralada, mutilada o censurada... no dejará de gritar y de gritarse. "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi", es la oración de todos los pobres y sencillos que han querido alguna vez levantarse de sus cegueras y de sus forzosas prostraciones. Jesús le curó alabando su fe y Bartimeo se levantó y lo siguió como discípulo. Había encontrado la Luz y abandonó su ceguera; había hallado el Tesoro y dejó de pedir limosna; había encontrado el sentido de la vida, y se puso a caminarlo, abrazado a Aquel que es Camino y con nosotros Caminante.
El rezo del Rosario
Es una plegaria que ha salvado vidas incluso de la bomba atómica y ha convertido a comunistas anticlericales. En el mes de octubre, la Iglesia nos invita a contemplar con más devoción los principales episodios de la vida de Cristo a través de las 50 avemarías de un rosario.Arma poderosa, cada día rezan el rosario miles de personas en todo el mundo, sobre todo en octubre, aunque también en mayo, mes de María. El 7 de octubre de 1571, el Papa san Pío V atribuyó la victoria de Lepanto a la intercesión de María a través de esta oración, cuando la cristiandad era amenazada por lo turcos musulmanes. Por eso instituyó esta fecha como el día de la Virgen del Rosario.
Sobrevivir a Hiroshima
Desde entonces no son pocas las personas que afirman deberle la vida a esta poderosa oración: el Padre jesuita Hubert Schiffer, sobreviviente de la bomba atómica de Hiroshima, aseguró que la Virgen le salvó de la masacre. Schiffer fue examinado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros jesuitas habían sobrevivido sin daños estando su casa en medio de la explosión. “En esa casa hubo una sola cosa diferente: rezábamos el rosario diariamente”, explicó en varias ocasiones.
Y como el Padre Schiffer hay muchos más que hacen del rosario una devoción diaria. Por ejemplo, el escritor Miguel Aranguren, que lo reza “porque es costumbre de cristiano viejo, porque lo ha pedido la Virgen con insistencia y porque en sus cuentas deposito todas mis inquietudes con enorme confianza”.
El magistrado José Luis Requero lo hace “por la misma razón por la que quiero a mi mujer, a mis hijos, a mi madre…; por la misma razón por la que se habla con la gente a la que se quiere y por razones tan humanas como pedir ayuda, por las de los demás, etc. La vida de piedad es algo muy humano -es una relación con Alguien que se quiere y que te quiere- y a la vez muy divino”.
Otra escritora, María Vallejo Nágera, asegura que el rosario se ha convertido en un arma poderosísima en su vida. “Es el bastión que soporta mis cruces y desalientos. Cada vez que oro con él siento casi físicamente un inmenso amor sobrenatural en mi interior, me acerca a Dios, me sana. Siento que a Él le gusta que nos acerquemos a su corazón de esa manera. Sé que todo un Dios abre los oídos a mi súplica cuando rezo con el rosario.”
El productor del programa radiofónico El Larguero, Carlos Bustillo, reza siempre el que le regaló su mujer: “Lo llevo en el dedo. Me lo mandó hacer a medida en una joyería, hace un montón de años, cuando éramos novios. Procuro rezarlo todos los días. Alguna vez que el Real Madrid ha ganado en el último minuto, De la Morena ha dicho: “Ése ha sido Bustillo, que estaba con las cuentas del rosario, dándole, dándole”.
El actor Jim Caviezel comenzó a rezarlo a diario cuando preparaba su papel como Jesucristo en La Pasión y el médico Jesús Poveda, lo hace porque le “va bien; lo rezaba con mis padres y hermanos; en Fátima y en Lourdes la Virgen lo pidió a los videntes; sé que a las mujeres les gusta que las ronden contándoles cosas bonitas; los santos han rezado mucho y bien el rosario”.
Su origenLa palabra rosario viene del latín rosarium, “corona de rosas”, flores utilizadas en la Edad Media para adornar imágenes de María. La tradición de la Iglesia atribuye esta devoción a Santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos. La Virgen se le apareció en 1208 cuando le suplicaba ayuda para frenar una herejía de la época. Ella le mostró una bella guirnalda de rosas, pidiéndole que rezara diariamente el rosario y que enseñara a la gente a rezarlo.
Sobrevivir a Hiroshima
Desde entonces no son pocas las personas que afirman deberle la vida a esta poderosa oración: el Padre jesuita Hubert Schiffer, sobreviviente de la bomba atómica de Hiroshima, aseguró que la Virgen le salvó de la masacre. Schiffer fue examinado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros jesuitas habían sobrevivido sin daños estando su casa en medio de la explosión. “En esa casa hubo una sola cosa diferente: rezábamos el rosario diariamente”, explicó en varias ocasiones.
Y como el Padre Schiffer hay muchos más que hacen del rosario una devoción diaria. Por ejemplo, el escritor Miguel Aranguren, que lo reza “porque es costumbre de cristiano viejo, porque lo ha pedido la Virgen con insistencia y porque en sus cuentas deposito todas mis inquietudes con enorme confianza”.
El magistrado José Luis Requero lo hace “por la misma razón por la que quiero a mi mujer, a mis hijos, a mi madre…; por la misma razón por la que se habla con la gente a la que se quiere y por razones tan humanas como pedir ayuda, por las de los demás, etc. La vida de piedad es algo muy humano -es una relación con Alguien que se quiere y que te quiere- y a la vez muy divino”.
Otra escritora, María Vallejo Nágera, asegura que el rosario se ha convertido en un arma poderosísima en su vida. “Es el bastión que soporta mis cruces y desalientos. Cada vez que oro con él siento casi físicamente un inmenso amor sobrenatural en mi interior, me acerca a Dios, me sana. Siento que a Él le gusta que nos acerquemos a su corazón de esa manera. Sé que todo un Dios abre los oídos a mi súplica cuando rezo con el rosario.”
El productor del programa radiofónico El Larguero, Carlos Bustillo, reza siempre el que le regaló su mujer: “Lo llevo en el dedo. Me lo mandó hacer a medida en una joyería, hace un montón de años, cuando éramos novios. Procuro rezarlo todos los días. Alguna vez que el Real Madrid ha ganado en el último minuto, De la Morena ha dicho: “Ése ha sido Bustillo, que estaba con las cuentas del rosario, dándole, dándole”.
El actor Jim Caviezel comenzó a rezarlo a diario cuando preparaba su papel como Jesucristo en La Pasión y el médico Jesús Poveda, lo hace porque le “va bien; lo rezaba con mis padres y hermanos; en Fátima y en Lourdes la Virgen lo pidió a los videntes; sé que a las mujeres les gusta que las ronden contándoles cosas bonitas; los santos han rezado mucho y bien el rosario”.
Su origenLa palabra rosario viene del latín rosarium, “corona de rosas”, flores utilizadas en la Edad Media para adornar imágenes de María. La tradición de la Iglesia atribuye esta devoción a Santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos. La Virgen se le apareció en 1208 cuando le suplicaba ayuda para frenar una herejía de la época. Ella le mostró una bella guirnalda de rosas, pidiéndole que rezara diariamente el rosario y que enseñara a la gente a rezarlo.
24/10/2009 Marta Santín .Alba
Friday, October 16, 2009
Importante adhesión internacional a la manifestación contra el aborto en Madrid
Más de 60 asociaciones de 23 países se unen a protesta
MADRID, viernes, 16 octubre 2009 (ZENIT.org).- Organizaciones en defensa de la vida de América Latina y de todo el mundo, en total más de 60 de 23 países, han manifestado su adhesión a la manifestación que se realiza este sábado 17 de octubre en Madrid, España, y algunas han organizado protestas paralelas.
En Colombia, Red Futuro Colombia y Red Antoquía Pro-Vida convocaron a los ciudadanos a concentrarse este sábado en la Gran Marcha por la Vida, la Mujer y la Familia, en solidaridad con el 17-O de Madrid, en el Parque Explora de Medellín.
Los manifestantes cuentan con una página web para fomentar la participación.
El actor mexicano Eduardo Verástegui se unió a los organizadores de la marcha “Por la vida, la Mujer y la Familia” de Medellín con un video en apoyo de la protesta que se puede ver en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=cG4HrZ8wa-c.
Los organizadores de la marcha tienen previsto manifestarse también contra la llamada “Clínica de la Mujer”, un proyecto pro aborto que la alcaldía pretende construir con ocho millones de dólares.
Así mismo los miembros de la Red Futuro Colombia y Red Antioquia Provida presentaron el “Manifiesto de Medellín” en el que, dirigiéndose a “todas las autoridades, municipales, departamentales y nacionales” expresan su rechazo a “todo tipo de colonialismo ideológico que amenace la dignidad del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, que niegue el valor de la familia natural, constituida por la unión entre un hombre y una mujer, y que pretenda desconocer el derecho de los padres de transmitir los valores y a elegir la educación de sus hijos”.
El manifiesto se puede leer en: http://www.marchemosporlavida.org/2009/10/manifiesto.html
En Chile, el mismo sábado 17 de octubre se celebrará una manifestación frente a la embajada de España de Santiago de Chile. Los manifestantes entregarán una carta en la embajada para solidarizarse con la marcha que se realiza en Madrid.
La web oficial que han creado es: http://www.derechoavivir.cl/ donde están disponibles logos, el afiche y todo lo necesario para difundir la marcha.
Diversas organizaciones que trabajan por la mujer, la vida y la familia en Costa Rica se reunieron frente a la embajada de España en el país este viernes para manifestar su adhesión a la manifestación de Madrid y defender “el derecho a vivir y a ser madre”.
Según informa el comunicado de prensa, entre las diversas organizaciones que se reunieron desde el mediodía se encuentran: el Instituto Dignitas, el Observatorio Ciudadano por la Vida y la Familia, la Asociación Por la Vida, CIBEFAM, la Pastoral Familiar de San José, la Asociación de Madres de Familia de Costa Rica, y la Editorial Promesa; entre otras.
Los manifestantes recordaron que “toda ley del aborto es una terrible hipocresía contra las mujeres, además de una atroz injusticia para con los niños a los que desprotege”.
“Por ello, la marcha en España ha sido convocada para exigir que las leyes españolas protejan el derecho a vivir y a ser madre, amparando la vida en todo momento y circunstancia y ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto pueda generarles”, añaden.
Por su parte, Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, manifestó su satisfacción por la adhesión a la manifestación de más de 60 asociaciones internacionales además de otras 44 asociaciones de carácter nacional, aparte de las convocantes.
Bajo el lema “Cada vida importa” un total de cuatro continentes, 23 nacionalidades y 61 asociaciones de todo el mundo se han involucrado a favor de la vida y la mujer. África, América, Asia y Europa son los continentes de procedencia de las asociaciones.
Del continente africano se han adherido asociaciones de Costa de Marfil y República Democrática del Congo.
De América han llegado adhesiones desde Argentina (6), Canadá (2), Chile (2), Colombia (1), Ecuador (4), Estados Unidos (13) --el país que más adhesiones ha mandado hasta la fecha-, México (2), Perú (2), Trinidad (1), Uruguay (1).
Asia también ha hecho su aportación a la defensa de la vida y de la India han llegado dos adhesiones.
Por su parte, Europa ha mandado adhesiones desde Alemania (3), Francia (2), Holanda (1), Irlanda (1), Italia (1), Luxemburgo (1), Polonia (3), Rumanía (8) y Suecia (1).
Además, un total de 44 asociaciones de carácter civil españolas han enviado su apoyo y adhesión al evento del 17 de octubre en Madrid, sumándose así a las 44 asociaciones de la convocatoria de la manifestación.
[Por Nieves San Martín]
MADRID, viernes, 16 octubre 2009 (ZENIT.org).- Organizaciones en defensa de la vida de América Latina y de todo el mundo, en total más de 60 de 23 países, han manifestado su adhesión a la manifestación que se realiza este sábado 17 de octubre en Madrid, España, y algunas han organizado protestas paralelas.
En Colombia, Red Futuro Colombia y Red Antoquía Pro-Vida convocaron a los ciudadanos a concentrarse este sábado en la Gran Marcha por la Vida, la Mujer y la Familia, en solidaridad con el 17-O de Madrid, en el Parque Explora de Medellín.
Los manifestantes cuentan con una página web para fomentar la participación.
El actor mexicano Eduardo Verástegui se unió a los organizadores de la marcha “Por la vida, la Mujer y la Familia” de Medellín con un video en apoyo de la protesta que se puede ver en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=cG4HrZ8wa-c.
Los organizadores de la marcha tienen previsto manifestarse también contra la llamada “Clínica de la Mujer”, un proyecto pro aborto que la alcaldía pretende construir con ocho millones de dólares.
Así mismo los miembros de la Red Futuro Colombia y Red Antioquia Provida presentaron el “Manifiesto de Medellín” en el que, dirigiéndose a “todas las autoridades, municipales, departamentales y nacionales” expresan su rechazo a “todo tipo de colonialismo ideológico que amenace la dignidad del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, que niegue el valor de la familia natural, constituida por la unión entre un hombre y una mujer, y que pretenda desconocer el derecho de los padres de transmitir los valores y a elegir la educación de sus hijos”.
El manifiesto se puede leer en: http://www.marchemosporlavida.org/2009/10/manifiesto.html
En Chile, el mismo sábado 17 de octubre se celebrará una manifestación frente a la embajada de España de Santiago de Chile. Los manifestantes entregarán una carta en la embajada para solidarizarse con la marcha que se realiza en Madrid.
La web oficial que han creado es: http://www.derechoavivir.cl/ donde están disponibles logos, el afiche y todo lo necesario para difundir la marcha.
Diversas organizaciones que trabajan por la mujer, la vida y la familia en Costa Rica se reunieron frente a la embajada de España en el país este viernes para manifestar su adhesión a la manifestación de Madrid y defender “el derecho a vivir y a ser madre”.
Según informa el comunicado de prensa, entre las diversas organizaciones que se reunieron desde el mediodía se encuentran: el Instituto Dignitas, el Observatorio Ciudadano por la Vida y la Familia, la Asociación Por la Vida, CIBEFAM, la Pastoral Familiar de San José, la Asociación de Madres de Familia de Costa Rica, y la Editorial Promesa; entre otras.
Los manifestantes recordaron que “toda ley del aborto es una terrible hipocresía contra las mujeres, además de una atroz injusticia para con los niños a los que desprotege”.
“Por ello, la marcha en España ha sido convocada para exigir que las leyes españolas protejan el derecho a vivir y a ser madre, amparando la vida en todo momento y circunstancia y ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto pueda generarles”, añaden.
Por su parte, Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, manifestó su satisfacción por la adhesión a la manifestación de más de 60 asociaciones internacionales además de otras 44 asociaciones de carácter nacional, aparte de las convocantes.
Bajo el lema “Cada vida importa” un total de cuatro continentes, 23 nacionalidades y 61 asociaciones de todo el mundo se han involucrado a favor de la vida y la mujer. África, América, Asia y Europa son los continentes de procedencia de las asociaciones.
Del continente africano se han adherido asociaciones de Costa de Marfil y República Democrática del Congo.
De América han llegado adhesiones desde Argentina (6), Canadá (2), Chile (2), Colombia (1), Ecuador (4), Estados Unidos (13) --el país que más adhesiones ha mandado hasta la fecha-, México (2), Perú (2), Trinidad (1), Uruguay (1).
Asia también ha hecho su aportación a la defensa de la vida y de la India han llegado dos adhesiones.
Por su parte, Europa ha mandado adhesiones desde Alemania (3), Francia (2), Holanda (1), Irlanda (1), Italia (1), Luxemburgo (1), Polonia (3), Rumanía (8) y Suecia (1).
Además, un total de 44 asociaciones de carácter civil españolas han enviado su apoyo y adhesión al evento del 17 de octubre en Madrid, sumándose así a las 44 asociaciones de la convocatoria de la manifestación.
[Por Nieves San Martín]
Sunday, October 11, 2009
Las confesiones de un sacerdote gitano, Juan Muñoz Cortés
BARCELONA, domingo 11 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Ni los cachetes de su padre, ni las burlas de sus amigos, ni la discriminación por parte de algunos compañeros en el seminario ni un grave cáncer han podido apartar a este joven gitano de su anhelada vocación sacerdotal.
Nacido hace 35 años en el barrio marginal de La Mina, en Barcelona, Juan Muñoz Cortés sintió desde los doce años la vocación al sacerdocio, una llamada en la que han intervenido personas concretas que ocupan un lugar preferente en su corazón, pero también fuertes experiencias espirituales.
Lo explica en la siguiente entrevista con ZENIT, que, en el Año Sacerdotal, ofrece las "confesiones" de cardenales, obispos y sacerdotes sobre su vocación. La serie fue abierta por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI.
--¿Cuándo empezó a sentir la llamada a la vida sacerdotal?
--Juan Muñoz: En el colegio descubrí una sensación por la figura de Jesús de Nazaret y empecé a interesarme por ella, gracias a la profesora de religión, una monja Hija de la Caridad, con quien tuve una charla.
A los doce años, una noche, me vino como una luz, una imagen de Cristo, que lloraba constantemente; y empecé a llorar.
Eran las tres de la mañana. Estaba en mi habitación, al lado de mi hermano. Mis padres se levantaron y me preguntaron: "¿Qué te pasa?, ¿qué te duele?".
Y respondí: "Lloro de alegría porque en mi cabeza se me ha representado un señor con barba y con lágrimas, llevaba una corona".
Poco a poco fui descubriendo mi vocación, hasta que un día, un sacerdote me preguntó, intuitivamente: "¿Por qué no eres sacerdote? ¿Te has planteado alguna vez la vida sacerdotal, de servicio a la comunidad?".
Yo no le había comentado nada antes por vergüenza y, en aquel momento, me sonrojé y no supe qué contestar. A partir de ahí, todo evolucionó.
El acompañamiento personal es muy importante para que la persona, el joven, descubra su vocación. A través de los testimonios de sacerdotes, monjas y laicos, podemos ver la vocación.
--¿Cómo reaccionó su familia?
--Juan Muñoz: Cuando les dije que quería ser sacerdote, se sintieron muy mal. Me dieron que no, que me tenía que casar y tener hijos.
Yo soy del pueblo gitano y, para mi familia, que un hijo no se case y no tenga descendencia resulta un poco chocante.
El hecho de que mi familia no aceptara mi vocación me hizo entrar en crisis. Estuvieron algún tiempo sin hablarme, incluso recibí algún cachete de mi padre. Él no aceptó mi vocación hasta el momento de su muerte.
Pero entonces, en la UCI, después de pedir la extrema unción y confesarse, me pidió perdón y me dijo: "Me voy con Dios y voy a rezar por ti, para que seas sacerdote; desde el cielo te ayudaré".
Yo sólo le dije que le perdonaba y que se fuera en paz con Dios. Me parece que Dios me quiso dar este gran testimonio de mi padre antes de morir. Fue muy bonito. La muerte de mi padre me marcó muchísimo.
Y ahora, gracias a Dios, la cosa va muy bien. Mi madre y mis dos hermanos están muy contentos.
--¿En su camino hacia el sacerdocio, sintió dudas?
--Juan Muñoz: Toda mi vida, desde los doce años, he querido ser sacerdote, pero ha habido muchísimas dificultades, evidentemente.
Por ejemplo, me escondía para ir a Misa porque mis amigos se reían de mí. Incluso dejé de ir a la iglesia durante dos años porque pensaba que la llamada a ser sacerdote era una obsesión mía.
En ese tiempo, salí con una chica. Le advertí que yo tenía vocación para ser sacerdote, pero estaba en duda. Ella respondió que lo respetaba, aunque no lo compartía.
Pero llegó un momento en que tuve que decirle: "Lo siento mucho, pero no puedo más: hay como un agujero entre tú y yo, y lo único que me puede llenar en mi vida es servir a los demás, a los más necesitados, y seguir el camino por el que Dios me ha ido llevando desde hace años, que es ser sacerdote, que es estar con él muy intensamente".
Ella se sintió mal, incluso pasó una depresión, pero salió de ella y ahora nos llevamos muy bien. Está casada, tiene hijos y, gracias a Dios, todo ha evolucionado bien.
--¿Qué otras dificultades tuvo que afrontar en el seminario?
--Juan Muñoz: El hecho de que mis amigos no me aceptaran al entrar en el seminario me ha marcado muchísimo y me ha afectado en mi vocación.
Por otra parte, yo soy gitano, y por ello me he sentido marginado por compañeros del seminario, e incluso por algunos sacerdotes que no me aceptaban.
Me decían que vamos siempre sucios, lo típico. Alguien llegó a decirme que me tenía que ir a la Iglesia evangélica por ser gitano.
Pero yo, con la ayuda de Dios, con mi oración directa con Él, que siempre me ha ayudado, que me decía en mi interior: "no te preocupes, tú continúa adelante, a pesar de las crisis, a pesar de los momentos difíciles, estoy contigo", mira hasta dónde he llegado.
Aunque creo que poder llegar a ser sacerdote ha sido obra de Dios.
Me ordenaron sacerdote en la Basílica de Santa María del Mar, con dos compañeros más. Asistieron 1.600 personas y unos 140 sacerdotes.
Y ahora soy la persona más feliz. Vivo el sacerdocio con mucha plenitud, como si esto lo buscara desde siempre.
--¿Qué ha sido lo más duro, en este proceso?
--Juan Muñoz: Lo más duro fue que, cuando ya era diácono, los médicos me diagnosticaron un cáncer. Me chocó muchísimo y entré en una crisis.
Realmente, la enfermedad la descubrí en sueños. En ellos, mi padre, que ya había fallecido y estaba junto a una señora que iluminaba, aunque yo no le veía la cara a ella, me avisaba: "Ve al médico".
Se lo expliqué a mi madre, que también me animó a visitar al médico. Y al tercer día de tener estos sueños, sentí un dolor fuerte, que me asustó. Entonces sí fui al médico y me lo detectaron.
Se trataba de un cáncer muy agresivo. El médico me advirtió que debían operarme, aunque podía haber mucha metástasis y a lo mejor no salía del quirófano.
Me rebelé contra Dios. Le pregunté por qué cuando llegaba a mi plenitud, a lo que más había soñado, a ser sacerdote, me llegaba un cáncer, del que quizás no iba a salir.
Entonces le dije a mi director espiritual que quería ir a Lourdes y me encomendé al doctor Pere Tarrés.
Fuimos a Lourdes, dormimos en una posada pasando mucho frío, y a la mañana siguiente, celebramos la Misa en la Gruta y fuimos a las piscinas.
En las piscinas, sólo estábamos él y yo. Cuando me tocó a mí meterme en el agua, sentí una sensación muy rara y empecé a llorar.
Uno de los voluntarios me preguntó qué me pasaba. Le conté el problema que tenía, le dije que no quería morir, que tenía miedo. Y él me respondió: "Ya verás como la Virgen te va a curar; tú reza aquí".
Me bañó y después empecé a llorar otra vez. Me quedé allí unos minutos rezando ante la imagen de Lourdes. Y salí de allí transformado.
Entonces le dije a mi director espiritual: "La Virgen me ha curado, siento mucha paz en mi interior". Se quedó sorprendido.
Al volver a Barcelona, incluso los amigos que me venían a ver me preguntaban qué me pasaba, y me decían: "Estás cambiado, estás como iluminado".
Cuando los médicos me abrieron, vieron que no había metástasis. Y no me han aplicado quimioterapia ni radioterapia, ni tomo ninguna medicación, aunque sí me van realizando controles. Para mí, fue un milagro.
--¿Qué experiencias, positivas y negativas, le han sorprendido en el año y medio que lleva como sacerdote?
--Juan Muñoz: Yo pensaba encontrar más respeto, amor y entrega entre los compañeros sacerdotes, pero me he llevado un poco de decepción al sentir como una desunión entre los sacerdotes, no sé si es como una soledad por el hecho de que los sacerdotes diocesanos viven solos.
Pero a la vez he conocido a gente estupenda que me ha apoyado en todo; personas de todo tipo, de toda cultura, de toda raza, jóvenes y ancianos, de los que he aprendido muchísimo.
Realmente he visto el rostro de Dios en esas personas. No me llegaba a imaginar cómo puede hablar Dios a través de las personas.
Algunas personas, curiosamente sobre todo mujeres, me han marcado mucho y me han proporcionado ayuda de todo tipo -espiritual, económica,...- para llegar a ser sacerdote.
Pienso en la relación de María Magdalena con Jesús, supongo que ella le consoló muchas veces y le ayudó con sus palabras, cuando se sentía incomprendido, desprotegido e incluso solo, a sacar fuerzas y pedirle a Dios que se hiciera su voluntad.
Recuerdo por ejemplo un gran amigo, que ahora trabaja en el obispado, con el que compartí las vísperas de mi ordenación sacerdotal.
Yo no podía dormir. Nos abrazamos, lloramos juntos y estuvimos hablando de Dios, de la entrega total que iba a hacer, al consagrar toda mi vida a Dios y a los más necesitados.
Y lo más maravilloso ha sido llegar a la plenitud de ser sacerdote. Lo vivo con muchísima intensidad. A veces las palabras no bastan.
Vivo con mucha pasión la entrega de la Eucaristía. A veces me emociono al cantar el prefacio.
--¿Y qué ha sido lo más impactante, de su vida sacerdotal?
--Juan Muñoz: El tanatorio. Estoy colaborando en los servicios funerarios de Barcelona y me ha impresionado muchísimo el dolor de las personas, y poder transmitir una esperanza, una fe en la otra vida a personas que sufren el dolor de la muerte de un ser querido, que se sienten solas, que se sienten abandonadas por Dios.
Que entren llorando amargamente y salgan con fe, dándote las gracias porque has transmitido un testimonio y un mensaje de Cristo vivo y una esperanza en la otra vida, a mí es lo que más me ha impresionado.
Incluso he casado a personas que he conocido en el tanatorio y he hecho muchos amigos que se han empezado a confesar conmigo y les estoy haciendo como de guía espiritual.
Si el sacerdote es una persona que reza y se entega a los demás, es la personas más feliz.
[Por Patricia Navas]
Nacido hace 35 años en el barrio marginal de La Mina, en Barcelona, Juan Muñoz Cortés sintió desde los doce años la vocación al sacerdocio, una llamada en la que han intervenido personas concretas que ocupan un lugar preferente en su corazón, pero también fuertes experiencias espirituales.
Lo explica en la siguiente entrevista con ZENIT, que, en el Año Sacerdotal, ofrece las "confesiones" de cardenales, obispos y sacerdotes sobre su vocación. La serie fue abierta por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI.
--¿Cuándo empezó a sentir la llamada a la vida sacerdotal?
--Juan Muñoz: En el colegio descubrí una sensación por la figura de Jesús de Nazaret y empecé a interesarme por ella, gracias a la profesora de religión, una monja Hija de la Caridad, con quien tuve una charla.
A los doce años, una noche, me vino como una luz, una imagen de Cristo, que lloraba constantemente; y empecé a llorar.
Eran las tres de la mañana. Estaba en mi habitación, al lado de mi hermano. Mis padres se levantaron y me preguntaron: "¿Qué te pasa?, ¿qué te duele?".
Y respondí: "Lloro de alegría porque en mi cabeza se me ha representado un señor con barba y con lágrimas, llevaba una corona".
Poco a poco fui descubriendo mi vocación, hasta que un día, un sacerdote me preguntó, intuitivamente: "¿Por qué no eres sacerdote? ¿Te has planteado alguna vez la vida sacerdotal, de servicio a la comunidad?".
Yo no le había comentado nada antes por vergüenza y, en aquel momento, me sonrojé y no supe qué contestar. A partir de ahí, todo evolucionó.
El acompañamiento personal es muy importante para que la persona, el joven, descubra su vocación. A través de los testimonios de sacerdotes, monjas y laicos, podemos ver la vocación.
--¿Cómo reaccionó su familia?
--Juan Muñoz: Cuando les dije que quería ser sacerdote, se sintieron muy mal. Me dieron que no, que me tenía que casar y tener hijos.
Yo soy del pueblo gitano y, para mi familia, que un hijo no se case y no tenga descendencia resulta un poco chocante.
El hecho de que mi familia no aceptara mi vocación me hizo entrar en crisis. Estuvieron algún tiempo sin hablarme, incluso recibí algún cachete de mi padre. Él no aceptó mi vocación hasta el momento de su muerte.
Pero entonces, en la UCI, después de pedir la extrema unción y confesarse, me pidió perdón y me dijo: "Me voy con Dios y voy a rezar por ti, para que seas sacerdote; desde el cielo te ayudaré".
Yo sólo le dije que le perdonaba y que se fuera en paz con Dios. Me parece que Dios me quiso dar este gran testimonio de mi padre antes de morir. Fue muy bonito. La muerte de mi padre me marcó muchísimo.
Y ahora, gracias a Dios, la cosa va muy bien. Mi madre y mis dos hermanos están muy contentos.
--¿En su camino hacia el sacerdocio, sintió dudas?
--Juan Muñoz: Toda mi vida, desde los doce años, he querido ser sacerdote, pero ha habido muchísimas dificultades, evidentemente.
Por ejemplo, me escondía para ir a Misa porque mis amigos se reían de mí. Incluso dejé de ir a la iglesia durante dos años porque pensaba que la llamada a ser sacerdote era una obsesión mía.
En ese tiempo, salí con una chica. Le advertí que yo tenía vocación para ser sacerdote, pero estaba en duda. Ella respondió que lo respetaba, aunque no lo compartía.
Pero llegó un momento en que tuve que decirle: "Lo siento mucho, pero no puedo más: hay como un agujero entre tú y yo, y lo único que me puede llenar en mi vida es servir a los demás, a los más necesitados, y seguir el camino por el que Dios me ha ido llevando desde hace años, que es ser sacerdote, que es estar con él muy intensamente".
Ella se sintió mal, incluso pasó una depresión, pero salió de ella y ahora nos llevamos muy bien. Está casada, tiene hijos y, gracias a Dios, todo ha evolucionado bien.
--¿Qué otras dificultades tuvo que afrontar en el seminario?
--Juan Muñoz: El hecho de que mis amigos no me aceptaran al entrar en el seminario me ha marcado muchísimo y me ha afectado en mi vocación.
Por otra parte, yo soy gitano, y por ello me he sentido marginado por compañeros del seminario, e incluso por algunos sacerdotes que no me aceptaban.
Me decían que vamos siempre sucios, lo típico. Alguien llegó a decirme que me tenía que ir a la Iglesia evangélica por ser gitano.
Pero yo, con la ayuda de Dios, con mi oración directa con Él, que siempre me ha ayudado, que me decía en mi interior: "no te preocupes, tú continúa adelante, a pesar de las crisis, a pesar de los momentos difíciles, estoy contigo", mira hasta dónde he llegado.
Aunque creo que poder llegar a ser sacerdote ha sido obra de Dios.
Me ordenaron sacerdote en la Basílica de Santa María del Mar, con dos compañeros más. Asistieron 1.600 personas y unos 140 sacerdotes.
Y ahora soy la persona más feliz. Vivo el sacerdocio con mucha plenitud, como si esto lo buscara desde siempre.
--¿Qué ha sido lo más duro, en este proceso?
--Juan Muñoz: Lo más duro fue que, cuando ya era diácono, los médicos me diagnosticaron un cáncer. Me chocó muchísimo y entré en una crisis.
Realmente, la enfermedad la descubrí en sueños. En ellos, mi padre, que ya había fallecido y estaba junto a una señora que iluminaba, aunque yo no le veía la cara a ella, me avisaba: "Ve al médico".
Se lo expliqué a mi madre, que también me animó a visitar al médico. Y al tercer día de tener estos sueños, sentí un dolor fuerte, que me asustó. Entonces sí fui al médico y me lo detectaron.
Se trataba de un cáncer muy agresivo. El médico me advirtió que debían operarme, aunque podía haber mucha metástasis y a lo mejor no salía del quirófano.
Me rebelé contra Dios. Le pregunté por qué cuando llegaba a mi plenitud, a lo que más había soñado, a ser sacerdote, me llegaba un cáncer, del que quizás no iba a salir.
Entonces le dije a mi director espiritual que quería ir a Lourdes y me encomendé al doctor Pere Tarrés.
Fuimos a Lourdes, dormimos en una posada pasando mucho frío, y a la mañana siguiente, celebramos la Misa en la Gruta y fuimos a las piscinas.
En las piscinas, sólo estábamos él y yo. Cuando me tocó a mí meterme en el agua, sentí una sensación muy rara y empecé a llorar.
Uno de los voluntarios me preguntó qué me pasaba. Le conté el problema que tenía, le dije que no quería morir, que tenía miedo. Y él me respondió: "Ya verás como la Virgen te va a curar; tú reza aquí".
Me bañó y después empecé a llorar otra vez. Me quedé allí unos minutos rezando ante la imagen de Lourdes. Y salí de allí transformado.
Entonces le dije a mi director espiritual: "La Virgen me ha curado, siento mucha paz en mi interior". Se quedó sorprendido.
Al volver a Barcelona, incluso los amigos que me venían a ver me preguntaban qué me pasaba, y me decían: "Estás cambiado, estás como iluminado".
Cuando los médicos me abrieron, vieron que no había metástasis. Y no me han aplicado quimioterapia ni radioterapia, ni tomo ninguna medicación, aunque sí me van realizando controles. Para mí, fue un milagro.
--¿Qué experiencias, positivas y negativas, le han sorprendido en el año y medio que lleva como sacerdote?
--Juan Muñoz: Yo pensaba encontrar más respeto, amor y entrega entre los compañeros sacerdotes, pero me he llevado un poco de decepción al sentir como una desunión entre los sacerdotes, no sé si es como una soledad por el hecho de que los sacerdotes diocesanos viven solos.
Pero a la vez he conocido a gente estupenda que me ha apoyado en todo; personas de todo tipo, de toda cultura, de toda raza, jóvenes y ancianos, de los que he aprendido muchísimo.
Realmente he visto el rostro de Dios en esas personas. No me llegaba a imaginar cómo puede hablar Dios a través de las personas.
Algunas personas, curiosamente sobre todo mujeres, me han marcado mucho y me han proporcionado ayuda de todo tipo -espiritual, económica,...- para llegar a ser sacerdote.
Pienso en la relación de María Magdalena con Jesús, supongo que ella le consoló muchas veces y le ayudó con sus palabras, cuando se sentía incomprendido, desprotegido e incluso solo, a sacar fuerzas y pedirle a Dios que se hiciera su voluntad.
Recuerdo por ejemplo un gran amigo, que ahora trabaja en el obispado, con el que compartí las vísperas de mi ordenación sacerdotal.
Yo no podía dormir. Nos abrazamos, lloramos juntos y estuvimos hablando de Dios, de la entrega total que iba a hacer, al consagrar toda mi vida a Dios y a los más necesitados.
Y lo más maravilloso ha sido llegar a la plenitud de ser sacerdote. Lo vivo con muchísima intensidad. A veces las palabras no bastan.
Vivo con mucha pasión la entrega de la Eucaristía. A veces me emociono al cantar el prefacio.
--¿Y qué ha sido lo más impactante, de su vida sacerdotal?
--Juan Muñoz: El tanatorio. Estoy colaborando en los servicios funerarios de Barcelona y me ha impresionado muchísimo el dolor de las personas, y poder transmitir una esperanza, una fe en la otra vida a personas que sufren el dolor de la muerte de un ser querido, que se sienten solas, que se sienten abandonadas por Dios.
Que entren llorando amargamente y salgan con fe, dándote las gracias porque has transmitido un testimonio y un mensaje de Cristo vivo y una esperanza en la otra vida, a mí es lo que más me ha impresionado.
Incluso he casado a personas que he conocido en el tanatorio y he hecho muchos amigos que se han empezado a confesar conmigo y les estoy haciendo como de guía espiritual.
Si el sacerdote es una persona que reza y se entega a los demás, es la personas más feliz.
[Por Patricia Navas]
Friday, October 9, 2009
Espiritualidad
HUESCA, viernes, 9 de octubre, de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio de este domingo XXVIII del tiempo ordinario, (Marcos 10,17-30), redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, obispo de Huesca y de Jaca.
* * *
"Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?". Estamos ante la pregunta religiosa del hombre de todos los tiempos: qué hacer para salvarse. Quien hace esa pregunta no es un cualquiera que se contenta con esas cuatro cosas que durante cuatro días que vivimos se pueden mantener y acrecentar.
Hasta aquí no había nada que objetar al preguntante, sino ensalzar una actitud tan honesta con las exigencias de su corazón, con sus preguntas infinitas e inmensas. Pero este hombre que busca a un Maestro Bueno, se encontrará con alguien insospechado que pondrá en crisis sus usos y costumbres. Jesús irá repasando lo que su interlocutor sabía: no matar, no cometer adulterio, no robar, no engañar ni estafar, honrar a los padres...
Suponemos la cara de satisfacción de aquel hombre ante su brillante currículum espiritual. Todo cuanto el Maestro Bueno iba enumerando... él lo cumplía, él lo sabía, ¡desde su más tierna infancia! ¿Estaría seguro de su entrada en la vida eterna? ¿tenía todos sus papeles en regla para merecer la salvación definitiva? ¿había pagado todos los plazos de su eternidad en moneda de mandamiento cumplido, ya desde pequeño?
Llegados a este punto el diálogo se queda suspendido en el aire. "Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: una cosa te falta". ¿Qué pensaría aquel hombre sobre ese requisito que le faltaba según el Maestro Bueno? ¿Algún nuevo mandamiento? Aquel buen hombre practicaba una especie de "consumismo religioso". Él era rico de tantas cosas, y también quería acumular su tesoro de virtud, su cofre de mandamientos y cumplimientos para no ser pobre en nada. ¿Cuánto hay que pagar? ¿Qué hace falta para tener también la vida eterna? La sorpresa es que Jesús no le dice "añade" esto que te falta en tu acopio, sino más bien deja lastre, abandona cosas, déjate a ti mismo... y sígueme, vente conmigo, comparte mi vida, anuncia mi Palabra, construye mi Reino.
Este era el nuevo mandamiento, el único mandamiento, la gran novedad: seguir al Maestro Bueno, dejando todo lo demás. La salvación no es fruto de nuestras conquistas, de nuestros pagos cumplidores y cumplimentadores, es un don, un regalo, una gracia, que Dios da en su Hijo: la salvación es encontrarse con Jesucristo. Seguirle e imitarle, ha sido lo que han hecho los que verdaderamente se han encontrado con Él. Un encuentro que no se ha quedado en intimismo privado, sino en una santidad que da gloria a Dios y que bendice a los hermanos fructificando en mil empresas de caridad, de humanización, de libertad, de justicia y de paz.
* * *
"Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?". Estamos ante la pregunta religiosa del hombre de todos los tiempos: qué hacer para salvarse. Quien hace esa pregunta no es un cualquiera que se contenta con esas cuatro cosas que durante cuatro días que vivimos se pueden mantener y acrecentar.
Hasta aquí no había nada que objetar al preguntante, sino ensalzar una actitud tan honesta con las exigencias de su corazón, con sus preguntas infinitas e inmensas. Pero este hombre que busca a un Maestro Bueno, se encontrará con alguien insospechado que pondrá en crisis sus usos y costumbres. Jesús irá repasando lo que su interlocutor sabía: no matar, no cometer adulterio, no robar, no engañar ni estafar, honrar a los padres...
Suponemos la cara de satisfacción de aquel hombre ante su brillante currículum espiritual. Todo cuanto el Maestro Bueno iba enumerando... él lo cumplía, él lo sabía, ¡desde su más tierna infancia! ¿Estaría seguro de su entrada en la vida eterna? ¿tenía todos sus papeles en regla para merecer la salvación definitiva? ¿había pagado todos los plazos de su eternidad en moneda de mandamiento cumplido, ya desde pequeño?
Llegados a este punto el diálogo se queda suspendido en el aire. "Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: una cosa te falta". ¿Qué pensaría aquel hombre sobre ese requisito que le faltaba según el Maestro Bueno? ¿Algún nuevo mandamiento? Aquel buen hombre practicaba una especie de "consumismo religioso". Él era rico de tantas cosas, y también quería acumular su tesoro de virtud, su cofre de mandamientos y cumplimientos para no ser pobre en nada. ¿Cuánto hay que pagar? ¿Qué hace falta para tener también la vida eterna? La sorpresa es que Jesús no le dice "añade" esto que te falta en tu acopio, sino más bien deja lastre, abandona cosas, déjate a ti mismo... y sígueme, vente conmigo, comparte mi vida, anuncia mi Palabra, construye mi Reino.
Este era el nuevo mandamiento, el único mandamiento, la gran novedad: seguir al Maestro Bueno, dejando todo lo demás. La salvación no es fruto de nuestras conquistas, de nuestros pagos cumplidores y cumplimentadores, es un don, un regalo, una gracia, que Dios da en su Hijo: la salvación es encontrarse con Jesucristo. Seguirle e imitarle, ha sido lo que han hecho los que verdaderamente se han encontrado con Él. Un encuentro que no se ha quedado en intimismo privado, sino en una santidad que da gloria a Dios y que bendice a los hermanos fructificando en mil empresas de caridad, de humanización, de libertad, de justicia y de paz.
Thursday, October 1, 2009
“Horrible, horrible, horrible”.
“Horrible, horrible, horrible”. Este es el adjetivo más pronunciado por mujeres que se han sometido a un aborto provocado. También repiten frases como “si pudiera volver atrás nunca lo habría hecho” o “yo no quería matar a mi hijo, pero nadie me daba ayuda”.
Sus testimonios evidencian no sólo que el síndrome post aborto existe -aunque los líderes del negocio abortista sigan negándolo- sino que el sufrimiento que provoca en la mujer es mucho mayor del que podría haberles supuesto seguir adelante con el embarazo.
Dejemos a un lado a la primera víctima del aborto -el no nacido- y centrémonos en la segunda víctima: la madre que se ve obligada a acabar con la vida de su hijo.
Seguramente existan, pero es difícil encontrar mujeres a las que el aborto no les haya supuesto más que “una molestia en la zona abdominal”. Sin embargo es fácil, muy fácil, encontrar desgarradores testimonios de quienes darían todo por poder volver atrás y escapar de aquella ‘clínica’ que les iba a ‘solucionar un problema’ y se convirtió en el principio de un infierno.
El que sigue es el de Rita, una mujer dominicana que vive en España y abortó a su segundo hijo hace siete años y a punto estuvo de abortar también al tercero.
“Todavía tengo pesadillas”
“Claro que existe el síndrome post aborto. Yo tenía -y todavía tengo- pesadillas. Me veía con una bata blanca llena de sangre y yo me estaba muriendo. Venía un loco, como si estuviera en un hospital psiquiátrico buscando la salida y nunca la encontraba, y todo lleno de gente en silla de ruedas que me perseguía. Me levantaba llorando y supernerviosa. Me refugié en el alcohol porque en mi cabeza no paraba de decirme ‘he matado a mi hijo, lo he matado, lo he matado’.
Desde que lo tienes dentro sabes que es tu hijo, no es, como te dicen ellos, una bolita de sangre. ¡Mentira! Sabes que es un niño y que te lo mataron. Es horrible todo lo que te pasa. Empecé a maltratar a mi otro hijo, yo misma me hacía daño, me daba asco. Intentas ir superándolo por tus hijos, pero es horrible, horrible, horrible”.
Siete años después del aborto, Rita se acuerda de cuando María -le recomendaron que pusiera nombre a su hijo no nacido para poder superar su pérdida- “cumple mes, cuando cumple un año, me acuerdo de todo. Tuve que ponerle un nombre y pensar que se me murió, aunque no fue así, fue que yo aborté. Voy a la iglesia, le enciendo velas, rezo y cuando cumple un año le hago una misa“. Se queda con la mirada perdida y vuelve a repetir: “Es horrible”.
Al igual que a Rita, la única solución que los servicios sociales -esta vez catalanes- dieron a Monserrat fue el aborto. “En la clínica dije que estaba muy nerviosa, que no sabía lo que iba a hacer… Me llamaron para hacerme la ecografía y me dijeron que estaba de siete semanas. Me puse a llorar y me dijeron que fuera a hablar con la psicóloga. Ella me dijo que lo mejor era el aborto, que no podía tirar con tres niños, y que no era la primera ni la última mujer que aborta. Me dio un tranquilizante. Mi hermana entró un segundo y me dijo que nos fuéramos, pero yo ya estaba con el efecto de la pastilla, así que me pasaron al quirófano. Eché de menos que en la clínica me dijeran que me marchase, o que me lo pensara”, dice Montserrat en una entrevista a Aciprensa.
“Es horrible. No saben lo que las mujeres llegamos a sufrir. Eso sólo lo sabe una madre. Están destrozando la vida de muchas mujeres. En vez de quitarme un problema, yo me he echado otro más grande a la espalda”. Pero de ese ‘problema más grande’, el Gobierno prefiere no hablar.
Sus testimonios evidencian no sólo que el síndrome post aborto existe -aunque los líderes del negocio abortista sigan negándolo- sino que el sufrimiento que provoca en la mujer es mucho mayor del que podría haberles supuesto seguir adelante con el embarazo.
Dejemos a un lado a la primera víctima del aborto -el no nacido- y centrémonos en la segunda víctima: la madre que se ve obligada a acabar con la vida de su hijo.
Seguramente existan, pero es difícil encontrar mujeres a las que el aborto no les haya supuesto más que “una molestia en la zona abdominal”. Sin embargo es fácil, muy fácil, encontrar desgarradores testimonios de quienes darían todo por poder volver atrás y escapar de aquella ‘clínica’ que les iba a ‘solucionar un problema’ y se convirtió en el principio de un infierno.
El que sigue es el de Rita, una mujer dominicana que vive en España y abortó a su segundo hijo hace siete años y a punto estuvo de abortar también al tercero.
“Todavía tengo pesadillas”
“Claro que existe el síndrome post aborto. Yo tenía -y todavía tengo- pesadillas. Me veía con una bata blanca llena de sangre y yo me estaba muriendo. Venía un loco, como si estuviera en un hospital psiquiátrico buscando la salida y nunca la encontraba, y todo lleno de gente en silla de ruedas que me perseguía. Me levantaba llorando y supernerviosa. Me refugié en el alcohol porque en mi cabeza no paraba de decirme ‘he matado a mi hijo, lo he matado, lo he matado’.
Desde que lo tienes dentro sabes que es tu hijo, no es, como te dicen ellos, una bolita de sangre. ¡Mentira! Sabes que es un niño y que te lo mataron. Es horrible todo lo que te pasa. Empecé a maltratar a mi otro hijo, yo misma me hacía daño, me daba asco. Intentas ir superándolo por tus hijos, pero es horrible, horrible, horrible”.
Siete años después del aborto, Rita se acuerda de cuando María -le recomendaron que pusiera nombre a su hijo no nacido para poder superar su pérdida- “cumple mes, cuando cumple un año, me acuerdo de todo. Tuve que ponerle un nombre y pensar que se me murió, aunque no fue así, fue que yo aborté. Voy a la iglesia, le enciendo velas, rezo y cuando cumple un año le hago una misa“. Se queda con la mirada perdida y vuelve a repetir: “Es horrible”.
Al igual que a Rita, la única solución que los servicios sociales -esta vez catalanes- dieron a Monserrat fue el aborto. “En la clínica dije que estaba muy nerviosa, que no sabía lo que iba a hacer… Me llamaron para hacerme la ecografía y me dijeron que estaba de siete semanas. Me puse a llorar y me dijeron que fuera a hablar con la psicóloga. Ella me dijo que lo mejor era el aborto, que no podía tirar con tres niños, y que no era la primera ni la última mujer que aborta. Me dio un tranquilizante. Mi hermana entró un segundo y me dijo que nos fuéramos, pero yo ya estaba con el efecto de la pastilla, así que me pasaron al quirófano. Eché de menos que en la clínica me dijeran que me marchase, o que me lo pensara”, dice Montserrat en una entrevista a Aciprensa.
“Es horrible. No saben lo que las mujeres llegamos a sufrir. Eso sólo lo sabe una madre. Están destrozando la vida de muchas mujeres. En vez de quitarme un problema, yo me he echado otro más grande a la espalda”. Pero de ese ‘problema más grande’, el Gobierno prefiere no hablar.
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