Actividad Científica del Dr. Bernardo Ebrí

Los interesados en poder descargar publicaciones médicas científicas del Dr. Bernardo Ebrí Torné, pueden hacer "clic" en

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Para descargar el programa informático para el cálculo de la Edad ósea en niños, guía explicativa como usarlo, sobre la radiografía de mano izquierda, y luego poder predecir la talla adulta del niño (niños de 0,5 años a 20); específicos programas para niños de 0 a 4 años a través de la radiografía de mano y de pie) (En español y lengua inglesa),publicaciones a este respecto, libro sobre Maduración Esquelética etc.,.., introducirse en la siguiente web: www.comz.org/maduracion-osea
Se abrirá el portal al hacer "clic" y allí, se encuentra toda la información, con posibilidad de descarga.
El método esta siendo utilizado por pediatras, radiólogos, de España, Italia, México, Venezuela...
Comentarios en https://sites.google.com/site/doctorbernardoebri/prueba


Salmos 91:4 y 46:1. El amor de Dios

Salmos 91:4 y  46:1. El amor de Dios
"Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será nuestro escudo y tu baluarte". "Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia"

Saturday, January 24, 2009

La Otra Cara de la Medicina: ¿Hacia donde vamos?


La Otra Cara de la Medicina:
¿Hacia donde vamos?


INDICE
Pág
PREFACIO……………………………….…………………………………………………… 8
PROLOGO……………………………………………………………………….…….…...…. 9
INTRODUCCIÓN…………….………………….……...……………………………………10
CAPITULO I. LA DESHUMANIZACION ACTUAL ES UNA CRISIS DE
VALORES ESPIRITUALES………………………..………………………………………... 29
CAPITULO II. DISCRIMINACION DE LA MUJER. LA CRISIS EDUCACIONAL….…. 60
CAPITULO III. EL COMIENZO DE LA VIDA HUMANA. LA ANTICONCEPCION…... 67
CAPITULO IV. EL ABORTO Y LA EUTANASIA SON EL REFLEJO DE UNA
CRISIS ETICO-MORAL. VALORACION MEDICO, ETICA, SOCIAL………………….… 74
CAPITULO V. EL DIAGNOSTICO PRENATAL. ASPECTOS MEDICOS DE LAS
TECNICAS DE MANIPULACION GENETICA: LA REPRODUCCION ASISTIDA,
LA CLONACION Y OTRAS TECNICAS………………………………………………..… 103
CAPITULO VI. BIOTECNOLOGIA Y MEJORA GENETICA: EL PROYECTO
GENOMA HUMANO (SU DECODIFICACION). LA TERAPIA GENICA, FARMA-
COGENETICA Y FARMACOGENOMICA. GENOMICA ESTRUCTURAL DE LAS
PROTEINAS. LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS. LA TECNICA DEL ADN
RECOMBINANTE………………………………………………………………………….. 128
CAPITULO VII. VALORACION ETICA DE LAS TECNICAS DE MANIPULACIÓN
GENETICA………………………………………………………………………………….. 155
CAPITULO VIII. LOS FACTORES HISTORICO RELIGIOSOS SOCIO CULTURA-
LES POLITICOS DEL MODERNISMO-POSTMODERNISMO HAN CONDUCIDO A
UN CAMBIO (METAMORFOSIS) RELIGIOSO. ……………………………………….… 165
CAPITULO IX. RAICES SOCIOCULTURALES DE ESTA MUTACION RELIGIOSA.
LA CRISIS RELIGIOSA Y DE LAS INSTITUCIONES. EL DECLIVE DE LAS
PRACTICAS DE CULTO Y DE LA FE EN LAS INSTITUCIONES……………………… 176
CAPITULO X. CLERICALISMO Y CONFLICTIVIDAD DENTRO DEL SENO DE
LA IGLESIA. DESIMPLANTACION ECLESIAL EN LA SOCIEDAD Y EN LA
CULTURA. SECULARIZACION DE LA VIDA COTIDIANA. REACCIONES ANTE
LA DESIMPLANTACION………………………………………………………………….. 184
CAPITULO XI. LA IGNORANCIA RELIGIOSA. LA CRITICA BIBLICA Y EL
DESFASE CULTURAL CON LA TEOLOGIA. LAS FALSAS IMAGENES DE DIOS.
CONSECUENCIAS EN LA ESPIRITUALIDAD. LA MUERTE Y EL SILENCIO DE
DIOS. EL FENOMENO DE LA INCREENCIA/INDIFERENCIA. El ATEISMO Y
AGNOSTICISMO HUMANISTAS. ……………………………………………………...… 194
CAPITULO XII. CAUSAS DE LA INCREENCIA. RECONFIGURACION DE LA
CREENCIA. HERMENEUTIZACION DE LA FE. SURGE UNA NUEVA RELIGIO-
SIDAD. LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS. CONSECUENCIAS DEL
PLURALISMO SOCIO-CULTURAL-RELIGIOSO. LO ESPECIFICO DEL CRISTIA-
NISMO. EL FUTURO DE ESTE. ……………………………………………………….….. 212
CAPITULO XIII. LA DESHUMANIZACION EN LA MEDICINA. VALORACION
MEDICA DE ESTA ENCRUCIJADA: DESDE HIPOCRATES A LA MEDICINA
ACTUAL. LA MEDICINA INTERNA Y LAS SUPERESPECIALIDADES
MEDICAS………………………………………………………….……………………..…. 227
CAPITULO XIV. EL MEDICO EN CONFLICTO CON SU ENTORNO Y CON SU
PROPIA CONCIENCIA…………………………………………………………………..… 244
CAPITULO XV. LA OPTIMIZACION DE LOS RECURSOS: EL MEDICO COMO
GESTOR. LA MEDICINA SOCIALIZADA PONE A PRUEBA EL CARACTER
PROFESIONAL DEL MEDICO. LAS ORGANIZACIONES PROFESIONALES………… 270
CAPITULO XVI. LA DESMOTIVACION PROFESIONAL DEL MEDICO.
CONSECUENCIAS NEGATIVAS DEL SISTEMA SANITARIO ACTUAL. LA
DOCUMENTACION CLINICA Y EL DERECHO A LA CONFIDENCIALIDAD.
ESPERANZA DE VIDA Y DE CAPACIDAD EN ESPAÑA…………………………….... 285
CAPITULO XVII. ES NECESARIO UN CAMBIO EDUCACIONAL Y DE TOLE-
RANCIA EN LA SOCIEDAD Y LA CULTURA QUE DESDE LA EXPERIENCIA
CRISTIANA POSIBILITE UNA NUEVA CONCIENCIA ECOLOGICA,
LIBERADORA Y REHABILITADORA DEL SER HUMANO……………………………. 300
CAPITULO XVIII. LA MUJER TAMBIEN MUESTRA EL ROSTRO DE DIOS.
HAY QUE REORIENTAR LA PASTORAL DE LOS JOVENES. LA PATERNIDAD
RESPONSABLE COMO ALTERNATIVA A LA CORRIENTE HEDONISTA
ACTUAL. …………………………………………………………………………………… 319
CAPITULO XIX. HACIA UN NUEVO PLANTEAMIENTO ECLESIAL.
NECESIDAD DE REVELAR EL AUTÉNTICO ROSTRO DE DIOS. NECESIDAD
DE UN DISCERNIMIENTO CRISTIANO SOBRE LA NUEVA RELIGIOSIDAD………. 330
CAPITULO XX. EL ECUMENISMO (MOVIMIENTO ECUMÉNICO) DEBE DE
MOSTRARSE COMO UNA NUEVA MANERA DE CONCEBIR A DIOS Y
NUESTRA RELACION CON ÉL. EL DIALOGO (ENCUENTRO) ENTRE LAS
RELIGIONES. ………………………………………………………………………….…… 341
CAPITULO XXI. MAS ALLA DEL DIALOGO. RELIGIOSIDAD VIVIDA E
INTERPRETADA. ¿FIN DE LAS MISIONES O LA OTRA MISION? EL PANEN-
TEISMO Y LA VISION COSMOTEANDRICA. LA NUEVA EVANGELIZACION…….. 356
CAPITULO XXII. EL CRISTIANISMO DEL FUTURO ANTE LOS RETOS Y
PROBLEMATICA DE UNA SOCIEDAD PLURALISTA GLOBALIZADA. EL
ESPIRITU ES UNIVERSAL: CRISTO UNA OPCION PARA TODOS. CREER DE
OTRA MANERA: FE INTERIORIZADA Y VIVIDA DESDE LA EXPERIENCIA
PERSONAL. EL MODELO DE FRATERNIDAD. REDESCRUBIMIENTO
MISTICO DE LA VIDA CRISTIANA: SER CONTEMPLATIVOS EN LA ACCION……. 374
CAPITULO XXIII. LA MEDICINA DEL SIGLO XXI. HACIA UNA HUMANI-
ZACION DE LA MEDICINA. ES NECESARIO DESARROLLAR UNA MEDICINA
PERSONAL Y MEJORAR LA RELACION MEDICO-PACIENTE…………………...….. 391
CAPITULO XXIV. EVOLUCIONAR HACIA UNA MEJOR SANIDAD FAVORE-
CIENDO LA INTERCONEXION ENTRE SUS DIFERENTES NIVELES. LA
MEDICINA DE LA TOTALIDAD (INTEGRAL). LA MEDICINA BIOLOGICA
VERSION ACTUAL DE LA MEDICINA INTEGRAL. LA SALUD Y LA
ENFERMEDAD EN MEDICINA BIOLOGICA. LA FIGURA DEL MEDICO DE
FAMILIA HEREDERO DE ESTA MEDICINA TOTAL………………………………...… 412
CAPITULO XXV. EL DIAGNOSTICO CLINICO TRADICIONAL. LA INTELI-
GENCIA ARTIFICIAL EN MEDICINA AL SERVICIO DEL DIAGNOSTICO Y
TRATAMIENTO. LOS CONSULTORIOS MEDICOS EN INTERNET. LA
HISTORIA CLINICA CLASICA Y LA INFORMATIZADA…………………………….… 431
CAPITULO XXVI. EL TRATAMIENTO EN MEDICINA CONVENCIONAL Y
BIOLOGICA (PARTE PRIMERA) …………………………………………………...……. 458
CAPITULO XXVII. EL TRATAMIENTO EN MEDICINA BIOLOGICA Y
CONVENCIONAL (PARTE SEGUNDA) …………………………………………………. 490
CAPITULO XXVIII. LA ENSEÑANZA DE LA MEDICINA EN LAS FACUL-
TADES. FOMENTAR LAS ACTITUDES DOCENTES E INVESTIGADORAS DEL
MEDICO Y SU APERTURA A LA MEDICINA BIOLOGICA. LA CARRERA
PROFESIONAL DEL MEDICO Y SU FORMACION CONTINUADA……………………... 519
CAPITULO XXIX. LA INVESTIGACION EN MEDICINA………………...………….… 536
CAPITULO XXX. LA ETICA MEDICA TRADICIONAL Y LA BIOETICA
ACTUAL…………………………………………………………………………………….. 553
CAPITULO XXXI. EL MEDICO COMO SANADOR……………………………………. 573
BIBLIOGRAFIA. ………………………………………………………………………….. 594

PREFACIO

El lector de esta obra, encontrará en ella una síntesis de conceptos de las llamadas dos medicinas: Medicina oficial y Alternativa. No son dos medicinas, sino una única con aspectos complementarios.
No sólo el autor cita a lo largo de los tres volúmenes de esta obra diferentes terapias complementarias, sino que las reordena y agrupa según el esquema constitucional e integral del ser humano.
A lo largo de esta obra son expresados aspectos básicos del conocimiento existencial del hombre, aún teniendo en cuenta la dificultad que plantean cuestiones de este tipo.
El autor va siguiendo un hilo conductor que partiendo de la constitución y esencia del ser humano continua en las diferentes etapas de su crecimiento interior, tanto en la salud como en la enfermedad, analizando el fenómeno de la muerte humana y la esperanza en la Resurrección.
Se analiza la crisis humana y la hipertrofia técnica de la medicina actual. Se destaca el valor de la vida humana frente al Aborto y la Eutanasia.
La búsqueda de un sentido a esta vida y la esperanza en un más allá son abordados, así como el significado y valor de las crisis para la superación y maduración del hombre. El hallazgo de una razón existencial o motivación en el ser humano, son contempladas bajo la perspectiva de la Logoterapia de Víctor Frankl.
Se destaca especialmente, destinado a los alumnos de medicina, la importancia del diagnóstico y la relación médico enfermo. Se destacan así mismo el interés de la Docencia y la Investigación en Medicina.
El Dr. Ebrí ha abordado y asumido la confección de este libro desde su óptica existencial de buscador nato y estudioso de la Medicina Oficial y Alternativa.
Hombre profundamente religioso y humanista, integrante activo de Movimientos eclesiales, fue presidente del Movimiento de Cursillos de
Cristiandad de Zaragoza, va desgranando a lo largo de esta obra, citas evangélicas acordes al contenido científico que expone.
Fue felicitado fuera de nuestras fronteras por su campaña a favor de la vida del ser no nacido en nuestro país, por el Cardenal Arzobispo de New York O´Conhor.
El autor es de fácil palabra como lo acreditan sus numerosas conferencias de temas humanísticos y científicos. En esta obra expresa su concepción global de la medicina, con un abordaje integral del hombre, plasmando su particular experiencia.
El Dr. Ebrí ofrece al lector una síntesis esperanzada y trascendente de la existencia humana.

Francisco Martínez García
Vicario General de Zaragoza.


INTRODUCCIÓN

La deshumanización actual es una crisis de valores espirituales. Este proceso no solo se ha reflejado en el mundo de la medicina, sino que también lo hace en otros niveles como el religioso, espiritual, moral, educacional, familiar, demográfico, ecológico.
El mundo se ha convertido en una aldea global; procesos como la mundialización y globalismo que se explicitan en este libro han conducido a ello. Si bien aparentemente todo pueden aparecer ventajas, esto no sucede así, ya que se ha abierto una profunda brecha de desigualdad social entre el hemisferio norte y sur. Países enteros y extensas regiones de muchas naciones no participan de las ventajas y riqueza que la mass media anuncia. La pobreza más absoluta coexiste con el despilfarro ostentoso de muchos. Los teléfonos móviles y el Internet no constituyen un marcador de distribución justa de la riqueza.
El fenómeno de la increencia o la indiferencia religiosa se encuentran profundamente extendidas. La increencia es la negación de la creencia. En sus formas tradicionales, ateísmo y agnosticismo, guardan una correlación con los sistemas religiosos. Rechazan teórica y prácticamente la existencia de Dios, aunque la increencia humanista es también un sistema de creencias que niega las religiosas, pero afirma la dignidad del hombre, busca su emancipación y propone caminos para lograrla. Todos los sistemas de creencias, no obstante, han sido falseados históricamente en sus pretensiones humanistas, y en esto el ateísmo no es una excepción, puede llegar al fanatismo dogmático y generar violencia y odio, pudiendo llegar a engendrar no solo revoluciones culturales, sino baños en sangre.
También los sistemas de creencia religiosos han producido a lo largo de la historia odio y destrucción, y aun lo siguen haciendo hoy día. El fanatismo e integrismo religioso manipula a Dios, el hombre se cree enviado por El, pero los frutos de odio y de crimen son producidos por los hombres, y estas obras de falsedad acaban por delatar y desautorizar a sus autores.
En el mismo cristianismo se han escrito páginas de oprobio y de vergüenza, ¿dónde se encontraba el Espíritu de Jesús, cada vez que en su nombre se mataba a un hermano?.
El agnosticismo que responde mejor a nuestra cultura posmodernista, pone el acento en un humanismo desencantado, originando un creciente escepticismo y un cierto nihilismo existencial; apremia a que se aproveche la vida, ya que el tiempo es corto y no podemos dejar para un mañana inexistente las apremiantes tareas del presente histórico, ¡ A vivir que son dos días!, nos comentan en una conocida cadena de radio. La muerte es frontera última de la vida, no hay un más allá.
Existe un relativismo moral. Un rabioso huracán neoliberal ha dado lugar a un profundo materialismo práctico, no solo en el campo de la ciencia, que impregna nuestra sociedad.
El sistema capitalista actual de los países desarrollados ha convertido a una mayoría en seres conformistas, con ideales a ras de tierra, solo ávidos en consumir. El ciudadano medio busca saciar las numerosas necesidades artificiales que los medios publicitarios le ofertan. Con ello buscan ser más felices, aunque paradójicamente nunca haya existido como en la actualidad un clima tan profundo de insatisfacción.
El capitalismo se ha exportado a países subdesarrollados, contribuyendo a marcar grandes diferencias sociales, de tal manera que países enteros del tercer mundo, se han convertido en parcelas de muy pocos. Son situaciones sangrantes que provocan focos de inestabilidad social, gérmenes potenciales de conflictos armados.
Las multinacionales acaparan el 70% del comercio mundial. El interés de la deuda que el Tercer Mundo paga a los países industrializados es más del doble de la ayuda que recibe.
Los ingresos medios por habitante del mundo son 5000 dólares por año, mientras que mil trescientos millones de habitantes malviven con 365 dólares al año. La riqueza total de las 10 personas más ricas del mundo equivale a una vez y media los ingresos de todos los países menos desarrollados juntos.
360 personas acumulan tanta riqueza como la mitad de la población mundial. El 4% de sus ingresos resolvería los problemas de todos los pobres. La fortuna de tres personas es igual al PIB de los 48 países más pobres del planeta.1980 y 1993 las quinientas corporaciones más grandes del mundo suprimieron 4,4 millones de empleos, mientras multiplicaban sus ventas por 1,4, sus activos por 2,3 y los sueldos de los altos ejecutivos por 6,1.
En España hay 8 personas con una fortuna de más de 8 billones de personas, y 7000 con más de cinco mil millones. Raúl cobra mil millones de pesetas al año y no llega a marcar un gol por partido. En todo el mundo hay médicos que pueden operar tres o cuatro veces por día y vienen a ganar unos cinco millones por año. La plantilla del Barcelona vale unos 50.000 millones de pesetas. Si el gobierno reajustara los salarios de los funcionarios a la inflación que se ha disparado necesitaría para ello 30.000 millones.
Citando una autonomía rica como la catalana, tenemos que decir el índice de pobreza ha aumentado en más de tres puntos porcentuales, respecto a la población, mientras que en España bajó aproximadamente un 1,5%.
En España mueren cada día cinco personas de accidente laboral. España destina a protección social un 20% menos del PIB que la media de la Unión Europea.
El mundo gasta cada año 820 millones de dólares en armas. Hay en el mundo entre 65 y 110 millones de minas antipersonal, que matan a unos 26.000 seres humanos por año.
El 92% de la población mundial no tiene coche. En Estados Unidos hay un auto por cada 1,8 habitantes. En Europa uno por cada 2,8, en África hay un coche por cada 110 habitantes, en la India uno por cada 554, y en China uno por cada 1374.
Se ven flagrantes diferencias, así el 25% de la humanidad y el 30% del territorio acaparan más del 80% de los recursos; al otro 75% sólo le queda el 18%. La pobreza absoluta castiga a 1.300 millones de personas a vivir con un solo dólar al día. Quince millones de niños mueren antes de cumplir cinco días de vida, por hambre o por enfermedad. Se ha creado un Norte global constituido por las élites del Norte y las élites del Sur y un Sur global de mayorías pobres, junto a un número creciente de trabajadores y trabajadoras empobrecidos y excluidos del Norte, aumentando la brecha entre uno y otro. Es un tópico comparar los gastos de la carrera armamentista con la situación de miseria en la que se encuentran millones de personas en el mundo.
Se calcula que con el 1% del ingreso mundial, y no más del 2 al 3% del ingreso nacional en todos los países, salvo los más pobres, podría erradicarse la pobreza en el mundo.
Es imposible que todos los países del mundo puedan consumir como lo hacen los del Norte.
Masas de inmigrantes se han desplazado de sus lugares de origen a los países ricos, buscando un modo digno de vivir. Este hecho produce sin embargo focos de inestabilidad social y xenofobia que puede llegar hasta la violencia y derramamiento de sangre.
Recientemente en Ceuta han sido detenidos más de 300 inmigrantes que intentaban camuflarse en un camión. Han sido detenidas 7 personas por traficar con inmigrantes ilegales. Se ha hallado en un camión 21 ilegales, 10 de ellos niños. En España la inmigración supuso en 1999 el 80% del total del crecimiento vegetativo de la población.
Existe otra cuestión y es que los niños inmigrantes cuando llegan al país de acogida les produce una serie de traumas psíquicos que hace necesario que se les dedique atención médica. El niño antes de salir de su país, tenía una situación de equilibrio, una vida, un hogar, unos amigos y una cultura determinada. Llegado el momento de abandonar todo esto, la mayoría de las veces por obligación, se origina una desestructuración familiar que produce en los pequeños importantes traumas, estrés y sufrimiento. Además los niños inmigrantes y los adoptados experimentan una serie de problemas físicos, entre otros, alteraciones en el aporte de nutrientes que son necesarios para su desarrollo y que generan problemas de peso y altura.
Los focos migratorios tienen sus causas en los conflictos políticos; la incertidumbre ante el futuro, la escasez de oportunidades, la imagen de bienestar que ofrecen los países del Norte frente a los del Sur, son entre otros algunos de los factores que obligan a miles de personas a abandonarlo todo con la esperanza de vivir una vida mejor.
El sida y las guerras son el azote de los niños en el tercer mundo. Paludismo, infecciones respiratorias y patologías diarreicas causan cada año la muerte de once millones de niños menores de cinco años en países del tercer mundo. El informe Estado mundial de la infancia 2001, de UNICEF, alerta sobre la necesidad de invertir en los pequeños para que se desarrollen plenamente.
En el mundo hay 1.800 millones de niños menores de quince años. Alrededor de 485 millones no supera los tres años de edad y la mayoría se encuentra localizada en los países del Tercer Mundo. De ellos , al menos 100 millones jamás acuden a la escuela y uno de cada diez sufre algún tipo de discapacidad. Asia meridional posee las cifras más elevadas de población infantil entre o y tres años, con 132 millones. A continuación se sitúa Asia Oriental y el Pacífico con 127 millones, África del Sur y el Sahara con 84 millones, mientras que en América Latina y el Caribe registran 44 millones. Los Estados Bálticos contabilizan 25 millones de niños y el resto, los denominados países industrializados, 39 millones. El cuidado durante los primeros años de vida es esencial ( primeros 12 meses y primera infancia ) para el desarrollo del ser humano, por lo que los tres primeros años resultan cruciales. Según UNICEF cada año mueren en el mundo 11 millones de niños menores de cinco años por enfermedades evitables. En el mundo hay 170 millones de niños mal alimentados, la mayoría pertenecientes a países en vías de desarrollo.
El hedonismo y relativismo moral existente por el estilo de vida consumista y práctico han conducido a numerosas crisis en nuestra sociedad, de la que muchos matrimonios y familias no han escapado. Este proceso desintegrador ha sido potenciado por algunos medios de comunicación social que defendiendo intereses partidistas y capitalistas, propugnan un modelo neoliberal de vida, subjetivo y relativista. Se llega a hacer creer al ciudadano que puede hacer casi todo, incluso alardeando, aunque un análisis de la realidad más profundo descubre la quimera y la utopía de estos planteamientos.Lo importante no es ser, sino parecer.
El fenómeno de los nacionalismos disgregadores, ha originado en diversos países el fenómeno del terrorismo que ha ensangrentado y sigue haciéndolo a tantas familias.
Dentro de este marco social, no nos tiene que extrañar que amplios sectores de juventud (personas en formación) no encuentren rumbo, sin empleo definido, desmotivados, con una cultura y experiencia religiosas bajo mínimos, muchos, hijos de padres separados o divorciados, ociosos, atrapados en el tiempo libre, caen bajo los efectos de las drogas y el alcohol, en actitudes violentas que pueden llegar, afortunadamente todavía en una minoría, hasta la delincuencia e incluso el crimen; crímenes que en algunas ocasiones no son por móviles de robo, sino por extrañas ejecutorias surgidas de juegos de roll, o experiencias satánicas
.Las personas con empleos precarios son más proclives a la violencia según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cornell en Nueva York. El estrés asociado al hecho de vivir de ayudas públicas puede incrementar la violencia en la pareja. El abuso del alcohol también fomenta la hostilidad en la pareja.
Conducciones temerarias ensombrecen de muertos las carreteras, no nos queremos a nosotros mismos, ni queremos a los demás, ya que si no respetaríamos las normas para no hacer daño. Si a esto añadimos el clima de promiscuidad sexual de muchos jóvenes y menos jóvenes, nos podemos explicar como existe un caldo de cultivo apropiado en nuestra sociedad para que surja a la larga el hastío y la desesperanza.
No nos respetamos ni respetamos a los demás, todos y todo pueden ser objeto de precio y de consumo, incluso los propios valores religiosos, desacralizados, son habitualmente devaluados y vulgarmente maltratados.
Una nueva religiosidad surge como fenómeno de una mutación religiosa. Existe una profunda crisis vocacional en los países occidentales al sacerdocio católico y a la vida consagrada. Caen modelos de religiosidad tradicional como caducos.
Es la hora de la solidaridad expresada en nuestros días a través de las ONG. El 79% de ellas registradas en España son acofensionales. No tenemos nuestras manos soluciones para los problemas del mundo; pero, frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos.
Dentro de una sociedad donde los jóvenes son los “ cachorros “ de una sociedad consumista, que los educa en la doctrina del individualismo más feroz y hasta del egoísmo más despiadado; aquellos jóvenes voluntarios que se apuntan a las ONG han escapado de la jaula del individualismo afirmando su condición de pertenencia a una común humanidad cuyas carencias y sufrimientos no pueden serles ajenos. A este respecto, uno de estos jóvenes dijo: “Un día caí en la cuenta de que la vida me había hecho infinidad de regalos a los que ya no creía tener más derecho que todos estos muchachos que andan vagando por la calle. Les dediqué parte de mi tiempo. Ya no es fácil dejarlo “. Compañeros médicos se están ofreciendo como voluntarios a ONG, como Médicos sin Fronteras.
Esta organización ha sido Premio Novel de la Paz en 1999, con 28 años de experiencia, tiene dos millones de socios. Cada año envía a más 2ooo profesionales de 45 nacionalidades a escenarios de crisis. Se les puede encontrar en guerras, hambrunas o terremotos sin discriminación de la nacionalidad, raza o religión de los afectados. Nació en París, el 20 de Diciembre de 1971, aunque actualmente tiene su sede en Londres. Su presupuesto para 1999 fue de 1803 millones de pesetas. El 56,5% provenía de socios y de donativos. Su balance ha sido auditado y como en el caso de otras ONG está a disposición de sus socios y colaboradores. El teléfono de contacto con Médicos sin Fronteras es 902-250-902.
Otras ONG son por ejemplo Solidarios para el Desarrollo, vinculada A Madrid y a su Universidad Complutense. Tiene 3000 voluntarios y 13 años de existencia. Sus objetivos son el voluntariado social, la cooperación con los pueblos empobrecidos del Sur y la sensibilización de la sociedad en temas de justicia y solidaridad. Su teléfono de contacto es el 902-123-125.
El voluntariado tiene un corazón que no habla pero que adivina. Comienza por aprender a ver y por eso cultiva y tiene un corazón inteligente: es capaz de descubrir el dolor en el mundo, lo entiende y se deja afectar por él. El voluntario tiene un corazón solidario. Actuar con el corazón dejarse llevar por la locura de decidirse a obrar como si todo dependiera de nosotros con la conciencia de que nadie hará lo que nosotros no hagamos es dejarse llevar por la locura de decidirse a obrar como si todo dependiera de nosotros con la conciencia de que nadie hará lo que nosotros no hagamos.
La administración tendría que regular estas colaboraciones, de tal manera que facilitase excedencias para estos fines humanitarios, y una vez que finalizasen esta labor, pudiesen ser insertados de nuevo fácilmente en el trabajo habitual, o se les facilitase su inserción en la sociedad.
Con la entrada de la Modernidad se ha producido en efecto una situación peligrosamente dual. Mientras la cultura secular, espoleada por los descubrimientos de la ciencia, por la renovación de la filosofía y por inédito sentimiento de la libertad, la igualdad y la autonomía, avanzaba hacia nuevos horizontes, la cultura religiosa, sintiéndose custodia de una tradición secular y frenada por el peso de una institución sacralizada, tendió a mantenerse fiel a las formas del pasado. La novedad fue demasiadas veces sentida como amenaza, y los intentos de cambio como ataque a la pervivencia. Ha habido esfuerzos de renovación, he ahí el propio Concilio Vaticano II, pero por lo general ha prevalecido hasta nuestros días él el espíritu restaurador, es decir la vuelta a las soluciones del pasado
para responder a las preguntas del presente. Aún desde el avance logrado, existe casi siempre una enorme reticencia a hacerlo público, por temor al escándalo de los fieles, que reconozcámoslo por lo general poseen una escasísima formación religiosa. De tal forma esto es así, que cuando el Papa recientemente, por poner un ejemplo, habló que el infierno es un estado del hombre y no un lugar, no faltaron algunos que se vieron desencantados al no insistir en las clásicas llamas. El infierno es no amar, no poder amar, cuando estamos hechos para amar.
Comentaba Francisco Martínez, vicario general de Zaragoza, en una entrevista concedida al periódico Heraldo de Aragón, "que esta idea del infierno es imaginativa y fue un intento de ciertos sectores clericales, de presentarlo como un fuego inextinguible y atormentador. Ya en la Edad Media, el pueblo era creativo, imaginativo; necesitaba vivir su fe y suscitó devociones populares, como los belenes, los calvarios, las procesiones y ciertas representaciones imaginativas de las realidades religiosas. Entre ellas se afianzó una visión un tanto pintoresca y física del infierno, pero en teología, seriamente, ese planteamiento no existe desde la Edad Media".
El infierno como el cielo son estados del hombre. El cielo es la presencia de Dios en la vida de las personas, el amor y sus frutos de solidaridad con el prójimo, estado que alcanzaran su plenitud tras esta vida.
Este ejemplo, como otros más que podríamos poner, referentes sobre todo a como muchos relatos bíblicos no pretenden ser narración de hechos reales, sino alegóricos, como en importantes cuestiones los Evangelios no concuerdan entre sí, etc., producen un verdadero escándalo en personas piadosas pero muy mal formadas religiosamente, cuando datos que son pan cotidiano en los manuales de teología saltan a los periódicos como peligrosos descubrimientos para la fe.
Tal actitud, comenta el teólogo Torres Queiruga, puede parecer prudente y aun "piadosa", pero a la larga acaba siendo suicida para la fe. Porque la renovación cultural y su choque inevitable con muchas de las formas en que se expresa la fe no constituyen ya algo reservado a las minorías, sino que, por la escuela, los medios de comunicación y la misma ósmosis ambiental, comienzan a alcanzar a todas las capas de la población.¡ O creer de otra manera o exponerse a no poder creer!, Ese es el reto que tenemos todos. O somos más consecuentes con nuestro cristianismo, llevándolo a la calle, fermentando nuestros ambientes, con un nuevo talante que nos da una fe sobria, adulta o consecuente, o experimentaremos el desencanto progresivo que produce un cristianismo a medias tintas, con el peligro de que pueda conducirnos a una increencia ya agnóstica o incluso atea.
Urge un gran esfuerzo de renovación de nuestro lenguaje catequético, comenzando ya en las escuelas y colegios, con una formación adecuada de todo el pueblo de Dios, incluidos padres y profesores. Urge una renovación de nuestro pensamiento teológico y de nuestras ideas a cerca de Dios.
Toni de Mello solía decir que de Dios decimos tranquilamente cosas que no osaríamos afirmar de ninguna persona decente. A lo largo del Antiguo Testamento se ve en muchas ocasiones un Dios despótico, que es una proyección humana del escritor y que hay que saber interpretar adecuadamente.
La Constitución Dei Verbum, n. 12, sobre la Revelación Divina, del Concilio Vaticano II, afirma "Dios habla en la Escritura por medio de hombres y en lenguaje humano; por lo tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe de estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Para descubrir la intención del autor hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios. Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos o en otros géneros literarios. El intérprete indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y cultura, por medio de los géneros literarios propios de su época. Para comprender exactamente lo que el autor propone en sus escritos hay que tener muy en cuenta el modo de pensar, de expresarse, de narrar, que se usaba en el tiempo del escritor, y también las expresiones que entonces más se usaban en la conversación ordinaria".
Estamos en un profundo cambio desde el Renacimiento. Las críticas que se vierten sobre la Iglesia y sobre el mismo Dios, no tienen que asustarnos. En la propia iglesia ha habido una fuerte resistencia al cambio, que veía en toda crítica una amenaza. Por otra parte es cierto que ha habido y hay un fuerte ataque sectario hasta el ateísmo militante contra ella, llenando el espacio que debería estar habitado por la discusión serena y el diálogo, en búsqueda conjunta de la verdad.
El resultado, comenta Torres Queiruga, es que a nosotros nos llega un cristianismo inmerso en una auténtica revolución cultural, que además está cargada de espíritu polémico. El proceso de asimilación de lo nuevo lleva muchos años, quizá siglos de retraso, y no siempre ha sido asimilado dentro de la Iglesia, provocando incluso climas de discusión agresiva. Las fuerzas deben de ser canalizadas de manera positiva para asimilar el cambio.
La presente crisis religiosa actual es considerada por muchos, como una crisis purificativa, como unos signos de los tiempos, que dará paso a nuevas formulaciones teológicas de la fe, a nuevos modelos de religiosidad más adultos y consecuentes con el mundo contemporáneo, mundo que cada vez camina hacia una misma conciencia planetaria.
Estos cambios no solo se están produciendo en las iglesias cristianas, sino incluso en las restantes grandes religiones, sean o no monoteístas.
Uno de los fenómenos más significativos de finales de siglo es el de la subsistencia de las religiones, mientras que se produce una gradual y paulatina muerte de la búsqueda de Dios en la conciencia de Occidente. La religión subsiste en cuanto que responde a necesidades sociales: las de identidad y de cohesión de grupo, la asistencial y caritativa, la de heredera de tradiciones y folklores mayoritariamente aceptados, la de ofrecer rituales, ceremonias, para momentos importantes en la vida de los ciudadanos. Esta plurifuncionalidad de la religión es la que hace que participen en estos rituales, procesiones...., personas que no son practicantes, ni incluso creyentes, pero que mantienen su adhesión a tradiciones que forman parte de su identidad colectiva, sin que ello implique fe en Dios. La religión podríamos decir se integra cada vez más en el apartado de "cultura" que ofrecen los medios de comunicación social.
De esta forma se convierte en "religión civil", protegida por los Estados y tolerada por los grupos más progresistas de la sociedad, pese a que todavía existen atisbos de anticlericalismo o de denuncia de la posible confesionalidad de los Estados. Es utilizada como placebo que tranquiliza la conciencia individual y colectiva. El precio que hay que pagar es la verdad de su sistema de creencias y la pérdida de su ansia de Dios, que es el centro de la experiencia religiosa.
Nuestra sociedad la ha vaciado de sus contenidos fundamentales, reduciéndola a una mera creencia humanista, sin importar poco si hay una trascendencia. Se ha pasado a un agnosticismo más o menos humanista.
Existe también una confusión derivada de la mezcolanza de creencias y conceptos como consecuencia de la injerencia e influencia de otras religiones distintas a la cristiana, sobre todo las orientales (tema de la reencarnación, por ejemplo ). Todo este pluralismo axiológico de nuestras sociedades favorece la pluralidad de menús religiosos a la carta, la pluralidad de dioses cambiantes y rápidamente reemplazados cuando pierden su novedad, al escepticismo, a la indiferencia y en definitiva a la increencia y al agnosticismo.
El auge de las sectas, de los fundamentalismos, y de la nueva religiosidad no es más que un síntoma de esta crisis cultural, que pone al descubierto necesidades constitutivas del hombre para los que no tiene respuestas la razón. No es la pregunta teórica por Dios lo más esencial para la religión, comenta Juan Antonio Estrada, sino la búsqueda de una de una relación viva con la divinidad. Esta búsqueda de un Dios trascendente implica el rechazo a absolutizar cualquier realidad intrahistórica e intramundana como referente último dador de sentido. Se busca un sentido y una plenitud que no puede encontrarse en ninguna realidad de la vida, aunque ésta sea también una opción legítima para muchos. A la larga, esta opción desemboca en insatisfacción e inconformismo, por muy gratas que sean al principio las experiencias vitales intramundanas.
La negación cristiana del mundo no es "una fuga del mundo", sino una praxis transformadora. La fe no se puede reducir al ámbito interiorista e individualista al que tienden los propulsores de la privatización de la religión. La fe se tiene que hacer viva en el mundo a través de los creyentes en intento continuo de cambio y transformación evangélica de los ambientes. Esta fe cuestiona el pensamiento único neoliberal existente, así como su ideología de la globalización entendida como un mercado mundial, donde unos pocos negocian y se hacen ricos con el sudor y la explotación del resto.
Porque precisamente se espera más allá de la muerte, como indica Horkheimer, no se trata simplemente de cómo es posible creer en Dios después de Auswitz, sino de cómo es posible negar a Dios después de Auswitz sin que el verdugo triunfe sobre las víctimas.
La religión desaparece cuando únicamente en ella se atiende a un sentido inmanente (intramundano) y absoluto a la vida, de tal manera que no es necesario esperar nada de Dios. Las religiones son idolátricas cuando sustituyen el ansia de Dios por la aceptación únicamente de un sistema doctrinal y moral. Las instituciones que prefieren a los funcionarios eclesiásticos frente a los profetas y místicos, acaban oprimiendo las experiencias carismáticas de sus miembros que son fruto de la fe viva.
De ahí el carácter contradictorio y paradójico del creyente en una época de crisis. Cuanto más asuma una fe personal y dé razón a su fe, tanto más entrará en contradicción con una "religión sin Dios", como la que acepta la sociedad, y una religión doctrinal y moralista, la más integrable en la cultura, y la que frecuentemente se ofrece desde instancias institucionales.
Pese a que algunos agoreros, ante esta situación que conduce a una desimplantación eclesial en la sociedad y la cultura, lleguen a hablar de un futuro difícil para el cristianismo, ante el reto de las otras religiones, el creyente debe de pensar que todos los hombres estamos montados en la misma barca y que el dialogo entre todos los hombres de buena voluntad es necesario. La gran mayoría de seres humanos, se encuentra más o menos conscientemente buscando la verdad, y ésta como tal no es privativa de nadie, todos poseemos parte de ella. Cristo representa la plenitud de toda revelación bíblica o no bíblica. En definitiva al Espíritu no se le ha ido el mundo de las manos.
Esta fe desnuda, vivencial, en proceso de personalización inestable, que solo puede darse en el marco del respeto a la conciencia de cada uno, fruto de la experiencia de Dios en el corazón del hombre, es la única que puede asegurar el futuro del cristianismo.
El respeto a la vida humana es el fundamento básico del juramento Hipocrático de los médicos. Hoy día la vida humana se ve amenazada, no solo con la eutanasia directa sino desde el mismo movimiento de la concepción. La misma mujer que aborta experimenta no solo en su carne, sino en su conciencia el hecho del aborto: es mas fácil quitar un niño del vientre de su madre que de su pensamiento. Madre Teresa solía decir ante la pregunta que le hizo un día un periodista, que el ser mas desgraciado de este mundo es la mujer que ha abortado a su hijo. En este volumen intentamos realizar una valoración médico-ética y social de este mal, tan frecuente hoy en nuestra sociedad, verdadera plaga, ya que se calcula según la OMS, que son unos 45 millones de niños no nacidos en el planeta cada año.
¿Cuándo se produce la individuación del embrión o el comienzo de la vida humana?, ¿cómo se establece un diagnóstico prenatal?, ¿cuales son los aspectos médicos y éticos de manipulación genética, incluida la clonación?, ¿cómo se establece el diagnóstico prenatal?,
Ha sido un descubrimiento el del Genoma Humano comparable a los grandes hitos de la historia : ¿Qué es el proyecto genoma humano?¿ Qué nos deparará su descubrimiento? ¿Qué aplicaciones tiene para el hombre?
Estos aspectos y otros muchos mas referentes a la embriología y fetología son abordados en este libro.
¿Cuándo utilizar un medio anticonceptivo? ¿son éstos abortivos?. El aborto, paradójicamente puede ser utilizado como un medio de anticoncepción, dentro de una ética hedonista y materialista.
La píldora abortiva RU-486 se ha elegido como un remedio casero de regulación de la natalidad mediante el aborto realizado por la propia mujer en su domicilio. Las consecuencias están siendo evidentes, una disminución cada vez más acusada del índice de la natalidad, responsable del crecimiento O de los países desarrollados. España ya es el quinto país europeo con más personas mayores. Cada mes, 36.000 personas sobrepasan el umbral de los 65 años. Este colectivo se ha sextuplicado desde principios de siglo. Por comunidades Cataluña y Andalucía son las que tienen más personas mayores, aunque en porcentaje las más envejecidas son Castilla y León, Asturias y Galicia. Se prevé que en 2020 dos de cada diez españoles sean jubilados.
La paternidad responsable se constituye como una alternativa al aborto y a la anticoncepción rabiosa, ya que éstos forman junto a la eutanasia la filosofía antivida.
La Medicina en sus distintas vertientes, la clínica-asistencial, la tecnológica y la referente a la investigación básica, se halla sumida en un proceso de profundos progresos y transformaciones. En los últimos años se han producido importantes avances en la comprensión de la etiopatogenia de distintos procesos y en la identificación a nivel molecular de la base genética de diversas enfermedades o de la propensión a padecerlas. La irrupción progresivamente creciente de la alta tecnología en los procesos diagnósticos y terapéuticos ha representado un gran proceso científico-médico, pero al mismo tiempo ha producido complejos problemas en la organización asistencial. A su vez, en algunos casos los avances tecnológicos plantean difíciles problemas en el campo de la bioética, como puede ocurrir en el mantenimiento artificial de la vida en los enfermos irrecuperables o encarnizamiento terapeútico, en la posibilidad del transplante de órganos como única terapeútica posible, y en la compleja casuística medicolegal que puede plantear la fertilización in vitro.
Por otra parte se observa una creciente demanda y exigencia al sistema sanitario. La enfermedad y la muerte no se consideran en parte ligadas a la inevitable fragilidad de la naturaleza humana, sino que hay una tendencia en aumento a considerarlas un fracaso del médico y del sistema sanitario.
Frente a este extraordinario avance tecnológico, coexiste un profundo proceso de deshumanización. Esta crisis se debe a la pérdida de valores de la sociedad en los aspectos ya comentados. Si se unen las condiciones de masificación, con que actualmente desempeñan los médicos su profesión nos podemos explicar este hecho. Esto conlleva la practica de una medicina defensiva, donde el profesional intenta defenderse y prever posibles denuncias de mala praxis. Sin justificar algunos casos reales, la mayoría de ellas son injustificadas. El médico se ve acorralado en ocasiones por fuertes presiones sociales, así como por parte especialmente de los familiares del enfermo. El propio miedo a la muerte y la impotencia ante su venida generan tensiones familiares de todo tipo, de las que el médico no escapa. El médico es y ha sido a lo largo de la historia intermediario entre la vida y la muerte. Últimamente se están produciendo numerosas demandas judiciales de las que la mayoría sale absuelto, quedando demostrada su inocencia. En ocasiones el juez condena al médico, por hechos derivados de un sistema sanitario que no funciona adecuadamente, y del que el profesional es su representante.
La masificación del sistema social de salud, favorece el escaso tiempo que los médicos solemos estar en presencia de los enfermos. Trabajamos con sus datos clínicos, análisis, radiografías, pero permanecemos poco tiempo con él, con lo que la relación médico- paciente no es la adecuada. Esta circunstancia está llevando a un empobrecimiento de la calidad de la asistencia, pese a que paradójicamente existan cada vez más medios técnicos, entre los que se mueven los enfermos como números anónimos.
Sin tiempo adecuado no se pueden hacer buenas historias clínicas y éstas son básicas para el manejo del paciente.
La disponibilidad de recursos económicos para dar adecuada respuesta a las necesidades asistenciales en ciencias de la salud y a las de investigación en el campo de las ciencias biomédicas resulta claramente insuficiente, incluso en los países más desarrollados. Este problema, aparentemente insoluble, es motivo de continuos debates entre profesionales y autoridades sanitarias.
Es necesario en consecuencia controlar el gasto, aunque es preciso que se realice dentro de unos límites, pues anteponer esto a cualquier precio, puede conducir al médico aparte de una desmotivación profesional a que quede convertido en un técnico que administra rutina y esto no es bueno
El médico tiene que ser no sólo un técnico sino un sanador. Dentro de un sistema de medianías, aquellos profesionales que ponen énfasis en un trabajo vocacional y abnegado, pueden paradójicamente ser mal vistos, porque se apartan de un sistema de mediocridad establecida.
La propia administración puede convertirse en consecuencia en un elemento de presión sobre el profesional. Este hecho no beneficia a nadie, ya que puede repercutir en la práctica de un ejercicio médico defectuoso. Las etapas médicas del diagnóstico y tratamiento de los enfermos, necesitan en suma basarse en una buena recogida de datos, y para ello es preciso mantener una buena comunicación con cada paciente. Si ésta falla el médico puede prodigar un exceso de pruebas, no solo como medida defensiva, sino por procurarse un diagnóstico; estas medidas no benefician a nadie, ni al enfermo que se le cansa, ni a la administración porque se encarece el producto, ni al propio galeno que ve como su reputación profesional va disminuyendo paradójicamente al número de pruebas solicitadas.
nunca se debió perder el espíritu y el concepto del médico de cabecera, tanto para el médico de asistencia primaria, como para el del hospital.
Estas mismas ideas las expresa el propio exdirector general del Instituto de Salud Carlos III José Antonio Gutiérrez Fuentes: "El sistema es rígido, y exige al médico en ciertas ocasiones anteponer la "eficiencia" a la atención al paciente. La relación médico-paciente es la prestación más importante del sistema de salud y curiosamente es la que hace ejercer una mejor medicina y más económica. Y esto no sucede así, se recetan en ocasiones medicamentos, aún con el riesgo de graves iatrogenias, y se piden pruebas por pura medicina defensiva ante las demandas sociales. Este tipo de medicina tiene que saberlo la administración, es mucho más cara a la larga y produce más insatisfacción para todos en el sistema, que el gasto que ocasionaría aumentar el número de plantillas médicas".
Por otra parte una buena relación médico-paciente podría rebajar estas tensiones, sin miedo a las demandas, y ayudar a la práctica de una medicina más humana, más hipocrática e integral, medicina de la totalidad, medicina biológica que respeta los ritmos naturales del hombre, y que no es agresiva en su farmacopea. Este tipo de medicina es mucho más satisfactoria para todos, y no desmerece de la medicina técnica en conocimientos. Aún más, ambas con un tiempo adecuado podrían combinarse y complementarse, conduciendo a un gasto sanitario más reducido. La mejor medicina recordemos es el propio médico.
Es necesario mentalizar a toda la sociedad y a las instituciones de estos hechos. Esta labor de mentalización y de educación afín de prevenir los peligros de la deshumanización, deben de comenzar en las propias facultades de medicina, creando cátedras de ética, organizando cursos y seminarios, destinados tanto al alumno de pregrado como al de postgrado, así como al personal que trabaja en nuestras instituciones sanitarias.
Es paradójico que se encuentren tantos médicos en paro, y que sea cada vez más urgente la creación de nuevos puestos de trabajo para un correcto ejercicio profesional. Muchas de las plazas que quedan vacantes por jubilación son amortizadas o en el mejor de los casos cubiertas por interinos. Esta situación no sucede solo a los médicos sino al restante personal sanitario. Todos estos factores, unidos a la masificación del sistema han llevado a una disminución de la calidad de la medicina y a un nivel de insatisfacción general que los medios técnicos no pueden suplir.
El médico constata con impotencia esta situación: ha perdido reconocimiento social, nivel adquisitivo, experimenta una presión judicial creciente, y por si fuera poco no existe una carrera profesional que canalice adecuadamente sus esfuerzos y le proporcione el prestigio merecido. Alguien ha comentado que el médico necesita no solo el salario monetario sino también el emocional, sintiéndose contento y saber que sus desvelos y esfuerzo personal son correspondidos por el enfermo, familiares y por la propia administración.
Estas circunstancias producen tensiones que pueden afectar hasta la propia relación entre compañeros, favoreciendo un clima de rivalidad profesional, pródiga de celotipias y envidias.
Como todo ciudadano el propio médico debe de trabajar en un clima distendido y tener tiempo para adquirir una cultura humana y espiritual, y esto no ocurre así. Bastante tiene el profesional en su escaso tiempo libre, de intentar ponerse al día de los imparables avances científicos que le dejarían prontamente desfasado de no obrar así. "El médico que de medicina solo sabe ni medicina sabe, decía el pensador Letamendi.
Todo ello va sumiéndole en una desmotivación progresiva que hace que una mayoría ejerza su profesión con desencanto. Solo una medicina personal podría compensarle, pero tampoco el sistema se lo facilita, con lo que el profesional tiende a refugiarse en otras ocupaciones distintas a las estrictamente médicas, buscando con ello realizarse.
Los médicos son reflejo también de la sociedad en que están inmersos, y ésta ha experimentado profundos cambios, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX. Desde el punto de vista profesional hemos asistido a la creación de las superespecialidades médicas, dado el vertiginoso avance tecnológico y la dificultad que un mismo médico pueda adquirir todos los saberes y destreza técnica necesaria en todos los campos. El problema se ha desarrollado al no ir parejo a este avance tecnológico con el humano.
Muchos especialistas han desarrollado una rutina de su especialidad, olvidando que no hay enfermedades sino enfermos. Cada persona enferma de forma diferente, aunque tenga un mismo síndrome. El profesional debe de personalizar tanto el diagnóstico como el mismo tratamiento, no olvidando que la misión de un médico ante su enfermo es sobre todo aliviarle y consolarle, independientemente de que pueda curarle.
Se asiste hoy día a un aparente desfase patológico entre ciencia y humanismo. Como dice Santiago Loren el médico ha pasado del casi Dios de la Mitología Griega, de la propia Medicina Hipocrática al actual funcionario en el sistema de salud.¡ Cuantos formularios, hojas de protocolos, análisis...., rellenamos todos los días los médicos!, algunos de ellos son a efecto de evitar reclamaciones judiciales, en una pura medicina defensiva. El propio paciente tiene que firmar tras leer la información antes de sufrir una prueba complementaria o intervención quirúrgica. Tendría que valer una información verbal, pero no nos fiamos, debido a las numerosas demandas que sufrimos.El actuar del profesional basado en su leal saber y entender la medicina ha dado paso a esta medicina rígida y protocolizada, cuyo incumplimiento es base para que los jueces exijan reclamaciones legales.
La planificación sanitaria actual de la medicina, es más de hechos consumados que de tipo preventivo. Se "consume "salud y el ciudadano tiene derecho a ello. El enfermo por lo general, no suele responsabilizarse inteligentemente de su salud. Esta es un bien y el primero que tiene que buscarla es el propio enfermo, adoptando hábitos de vida higiénicos y sabiendo prescindir de otros que disminuyen su calidad de vida. La misión del médico es guiar, orientar a su paciente para que éste recupere su salud.
El verdadero protagonismo ante la enfermedad lo tiene el paciente y no el médico. Ante tanto avance tecnológico se hace muy difícil para el ciudadano pensar que un médico general pueda ejercer una buena medicina, sin necesidad de utilizar técnicas y aparatos muy sofisticados o medicinas muy costosas. Las propias multinacionales del medicamento contribuyen a ello, inundando el mercado de propaganda. Además sus costes son importantes para sostener las tasas de crecimiento del Producto Nacional Bruto, de tal manera que los intereses son mutuos.
La medicina natural o biológica respeta los ritmos del individuo, utilizando medicinas de tipo natural con escasos efectos secundarios, y es tan útil o más en muchas situaciones en que la medicina académica se encuentra "pegada", como en las enfermedades crónicas. Esta medicina es básicamente hipocrática ya que para su ejercicio es necesario historiar con precisión al paciente, dentro de un marco de relación personal con el enfermo. Esta práctica es a la larga más económica que el sistema actual rígido y autoritario, profundamente burocratizado y politizado (sin distinguir ningún credo político determinado) en que nos movemos.
¿Cómo pueden superarse todos estos conflictos, médicos y no médicos?.
Dado que la problemática médica es secundaria a la crisis de valores de la sociedad, es necesario adquirir una nueva conciencia holística que sepa entender al hombre en toda su integridad, no sólo física sino psíquica, emocional y espiritual. Así mismo no debe de descuidarse la relación del hombre con su entorno ecológico.
No existe un auténtico humanismo si despreciamos y "hacemos morir" a Dios en nuestra sociedad. Si "matamos" a Dios matamos al hombre, no hay un verdadero humanismo. De ahí los frutos que estamos experimentando en nuestras sociedades secularizadas: violencia, agresividad, terrorismo, desprecio del prójimo o indiferencia absoluta, entre otros. Soportamos con sorprendente indiferencia la muerte y aniquilación de millones de seres humanos en los países del tercer mundo sin una respuesta efectiva. El primer mundo se encuentra aburguesado y ha edificado un altar al Dios consumo del capitalismo.
Es necesario en consecuencia un discernimiento bíblico-cristiano en nuestra sociedad, una profundización en el modelo evangélico que es un estilo de vida más que una religión y crear espacios de oración y dialogo interconfesional entre todas las religiones.
El problema no es solo para los cristianos practicantes, todos tenemos que formarnos adecuadamente respecto a la religión. Formamos todos una misma familia.
Ya desde la escuela los niños deben de recibir una formación básica que favorezca la tolerancia con todos los que no piensan igual que nosotros.
Una tal formación no discrimina a nadie sino que aporta luz para que podamos elegir con libertad, sin prejuicios que nos distorsionen. En definitiva tenemos que vivir nuestra vida con coherencia desde la adultez.
El hombre de hoy debe de aprender a orar, sabiendo hacer silencio en el ruido de la sociedad en que vive, independientemente que saque luego tiempos específicos y concretos de silencio.
Estamos asistiendo en estas últimas décadas a una emancipación de la mujer, está consiguiendo parte de los derechos que la sociedad predominantemente de corte machista le negaba. El auténtico movimiento feminista no deshumaniza a la mujer ni la hace caer en los mismos defectos que ella denuncia en los hombres. No son incompatibles la vida familiar y maternidad de la mujer con la plena realización de sus derechos sociales. Son muy necesarias las mujeres, no solo biológicamente para perpetuar la especie sino que su feminidad está latente en todo, incluida la ecología. No olvidemos que las mujeres ayudan a descubrir el rostro de Dios. El es fundamentalmente madre.
El Movimiento Ecuménico tiene que mostrarse como una nueva manera de concebir a Dios como a un padre común, y ayudarnos a relacionarnos todos de una forma familiar, no con miedo y temor sino con amor de hermanos.
El panenteísmo se muestra como una alternativa al panteísmo: En Dios nos vivimos, nos movemos y somos (Act 11,28). Todo gira a su alrededor y es el centro del horizonte de todo marco existencial. El propio hombre es "Cuasi Dios", en frase de Ibn Aramí. El habita el corazón de cada hombre y forma parte de nuestro ser existencial (ser esencial) más que nosotros mismos, transcendiéndolo. No anula al hombre, éste no se fusiona con Dios como en el panteísmo, sino que conserva hasta en la otra vida el encuentro personal. Hay unión pero no fusión. Las criaturas, toda la creación reflejan a Dios, pero no son Dios, aunque su esencia permanece en todo. La nueva religiosidad tipo "New Age" diviniza al hombre, queriéndolo fusionar con la divinidad, pero niega el encuentro personal con El. Cristo no deja de ser un iluminado, un profeta, pero no el Hijo de Dios. Esta religiosidad ha nacido como una reacción ante la crisis que están teniendo las grandes religiones a nivel institucional eclesial.
El genio intuitivo de Teilhard de Chardin se adelantó a su época dando paso a una teología cosmoteándrica. El hombre forma parte de la creación, aunque no se fusiona con ella, es su centro, como el Dios hecho hombre, Cristo se constituye en cósmico, universal. El mundo es esa gran hostia que le transparenta, unas veces a un Cristo sangrante, incluso miserable, otras a un Cristo pentecostal, pero en esencia en toda la creación es visible el germen evolutivo y de redención del Hombre Dios. Su mismo cuerpo espiritual se encuentra presente y latente en toda ella. A través de una visión ecológica se llega contemplativamente a Dios.
El hombre no debe de dominar lo creado en el término de sometimiento, abuso y destrucción, sino que tiene que mantener una armonía con todas las criaturas. Debe de preocuparse de no tomar más de lo que necesita, no arruinando la gallina de los huevos de oro, y administrar bien todos los recursos, a efectos de que éstos lleguen a las generaciones futuras. Estas son las bases de una Ecología, donde ser centro no supone explotación, sino saber administrar bien los recursos, negociar bien los talentos (Mt 25).
Cristo se constituye en una opción para todo hombre de buena voluntad, independientemente de su credo y religión puntual. A Cristo no se le impone, El mismo se invita y se interioriza en cada hombre limpio de corazón. Hay que dejarle entrar. En cada espacio sociocultural concreto e histórico se ha encontrado presente y se encuentra en cada hombre, especialmente en el necesitado. El constituye la plenitud de toda la primitiva revelación, no solo la bíblica. En El converge todo, El es Alfa y Omega (Ap 1,8).
Lo novedoso del Evangelio frente a otras doctrinas es el Amor que El predicó, amor que se extiende hasta el no amigo.
Cristo transciende al hombre en el hombre que se convierte en liturgia viva, en misterio, en mística, en rostro de Dios. En cada tiempo fuerte del hombre, en cada sacramento de vida, es el propio Cristo quien nace, crece, efectua una opción de vida y muere, de tal forma que Cristo es universal.
La solidaridad que brindamos a cada hombre a Él se la prestamos.
Hay personas que solo "leerán" el Evangelio que otros puedan transmitir en sus vidas. La vivencia del Evangelio, un nuevo estilo de vida, hace superar el dogma como ente teórico, revelándolo como misterio vivo, que no necesita explicarse con el intelecto. El dogma se hace vida en la experiencia del hombre cristificado.
Se ha defendido convincentemente la denominación del cristianismo como una "religión mayor de edad" que lleva no sólo a la emancipación del hombre sino paradójicamente a la superación de la misma religión.
Hoy prácticamente todas las religiones han entrado en contacto. Las intuiciones cristianas están real y verdaderamente presentes en las demás religiones, igual que la de éstas lo están en el cristianismo.
En el movimiento profundo de la historia está aconteciendo ya un ecumenismo real de alcance incalculable. Se está produciendo una expansión real de las valencias universalistas presentes en cada revelación concreta. Algunos teólogos (Torres Queiruga, Smith, Panikkar) llegan a afirmar que a este respecto ni parece deseable una teología mundial o una sola religión mundial, ya que difícilmente escaparían a la tendencia uniformadora del poder, con su rígida jerarquización y su dogmatismo empobrecedor. También un pluralismo interactivo, la mutua y activa presencia de lo alcanzado en las diversas tradiciones, es ya ecumenismo en acto, universalidad efectiva, y vivido con generosidad y apertura tiene importantes ventajas, aunque permanezcan en camino.
Todo parece indicar que el encuentro entre las religiones está en una nueva fase. En una humanidad que se está haciendo aceleradamente planetaria y en una cultura muy escarmentada de los diversos etnocentrismos, pueden salir potencialidades inéditas que ahora ni siquiera podemos sospechar.
Nadie puede vivir más que una fe, si ésta es, el modo integral de relacionarse con lo Divino y vivir desde Él. Pero ese modo integral puede estar estructurado de muy diversas maneras. Una fe asumida se amplía o profundiza ella misma con elementos o perspectivas de otra. Si hay conflicto frontal, entre religiones, la vivencia real postula vivir desde una perspectiva rechazando la otra; un cristiano no podrá vivir su esperanza definitiva como nirvana impersonal; ni el budista hinayana, el nirvana como comunión personal. Si el conflicto entre religiones se refiere a un elemento central, o bien se toma sólo algún aspecto, reduciéndose a un enriquecimiento parcial, o bien se da el paso a la conversión: el budista se hace cristiano, o el cristiano budista (Torres Queiruga).
La teología tiene ya claro que un hindú o un budista, que se haga cristiano no debe de abandonar toda su cultura, aunque la modifique para hacerla vehículo de su nueva vivencia religiosa. ¿Por qué no ha de admitirse igualmente que tampoco tiene que abandonar toda su religión, aunque tendrá que modificarla y aun descentrarla para acoger la nueva riqueza?.
Un budista o un hindú si se hace cristiano, no por ello renegarán de todo lo que ha vivido ni dejará de ver las riquezas que su tradición le ha aportado, aunque en algunos aspectos la someterá a modificaciones más o menos profundas. La fe es siempre experiencia interpenetrada. La riqueza que se nos ha regalado en Cristo puede ser explorada, enriquecida y profundizada para nuestra asimilación y realización histórica, no sólo desde las perspectivas de las otras culturas, sino también desde las otras religiones. Ya hay intentos reales de vivir a fondo este tipo de experiencia.
Ya estamos muy lejos de aquel concilio de Florencia, donde se declaraba que fuera de la Iglesia católica no había salvación. Ha sido presentado durante mucho tiempo un Dios aparentemente sólo preocupado por un solo pueblo, el elegido, mientras que a los demás sólo les quedaba la esperanza de una larguísima "lista de espera" hasta que lleguen los misioneros (que para miles de millones nunca han llegado ni llegarán). Por fortuna, desde el concilio Vaticano II esta visión, esta siendo superada, aunque exista demasiada resistencia todavía a una revisión del concepto de revelación y a un generoso diálogo entre religiones (Torres Queiruga).
El diálogo entre las religiones es necesario hoy más que nunca. Si partimos de la afirmación de que todas las religiones como expresión de la relación salvífica del hombre con Dios, son verdaderas, el diálogo brota por sí mismo. Todas ellas experimentaron una revelación de Dios.
Todos sin actitudes prepotentes debemos buscar la plenitud de la verdad, que para el cristiano es Cristo, camino, verdad y vida (Jn 14,6).
En el diálogo entre confesiones debemos eliminar el esquema de que nosotros los cristianos estamos en la verdad y los otros en la falsedad.
Las obras de misericordia no tienen color, raza, religión o cultura. Cualquiera que las practica se las realiza al mismo Cristo, a ese Cristo universal que se identifica misteriosa pero realmente en todo hombre. De ello depende nuestro destino eterno (Mt 25).
Si desde nuestra perspectiva de cristianos nos atrevemos a afirmar que el cristianismo es una religión relativamente absoluta, con igual razón debemos proclamar que las demás religiones son relativas con valor absoluto.
Existe una presencia real, salvadora y reveladora de Dios en el corazón de los hombres de buena voluntad. Todas las grandes religiones tienen valor en sí mismas, basta verlas en su función dentro de la propia tradición.
Mientras a estas religiones no les llegue por los caminos de la Historia el anuncio del Evangelio, ellas son el único medio que tiene Dios para ayudar a las personas de ese ámbito a sentir explícitamente su presencia. De igual forma sucede en un cristiano mientras ese anuncio no sea acogido por el existencialmente. Por ello las demás grandes religiones poseen un valor absoluto en cuanto la relación profunda de esos hombres con Dios, desde ese marco cultural-religioso, y marca su destino eterno. De esta forma se expresa el concilio Vaticano II en su Constitución Lumen Gentium, sobre la Iglesia, n.16 :"Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios. Cuanto hay de bueno y verdadero entre ellos, la Iglesia lo juzga como una preparación del Evangelio y otorgado por quien ilumina a todos los hombres para que al fin tengan la vida".
La plenitud final a toda la historia del género humano la aportará Cristo. No se trata tanto de importar una determinada forma eclesial. Desde cada Iglesia puede vivirse la fecundidad de Cristo y su evangelio, en un clima de comunión, fraternidad y respeto. Toda la humanidad se encuentra en tensión hacia la Parusía, donde al final de los tiempos Cristo unificará el Cosmos, a todos los hombres, y recapitulándolo todo lo entregará al Padre (Ef. 1,10).
También el mundo médico necesita sanación. Es necesario desarrollar una medicina más personal mejorando la relación médico-enfermo. Si una medicina oficial, orgullosa, científica parece ser incapaz de inspirar confianza a miles y miles de personas, es que está carente de algún ingrediente sustancial o en alguna medida aquejada de cierta ceguera constitutiva (Albertos).
Que ciertas medicinas no calificadas todavía en el mundo occidental como "científicas" resulten ser capaces de resolver parcial o totalmente problemas médicos reportados de imposibles o sin tratamiento, o que simplemente ayuden allí donde ya no se está haciendo nada o se emplean medicinas agresivas que deterioran o acortan la vida del paciente, plantean interrogantes que es necesario saber responder y canalizar esas respuestas hacia el logro de una medicina más natural y biológica que sea integral, es decir que trate a todo el hombre en su unidad física, psíquica y espiritual como es la Medicina de la Totalidad. Esta medicina de base hipocrática necesita de un mayor tiempo de dedicación y de un soporte o marco relacional adecuado con el paciente. Si no se establece un marco afectivo entre el enfermo y su médico, es muy difícil desarrollar una medicina en la que el paciente se vea suficientemente atendido y satisfecho. Una correcta anamnesis e historial clínico son imprescindibles a efectos de que el enfermo se abra en su intimidad al profesional.
Los pacientes pueden experimentar en esta relación un cierto grado de regresión infantil. El abandono y confianza del enfermo bien canalizados por el médico pueden favorecer la curación. El debe de individualizar en cada enfermo tanto el diagnostico como el tratamiento. El verdadero protagonista en esta relación no es el profesional sino el enfermo que debe de responsabilizarse activamente de su salud. El galeno debe de orientar y guiarle adecuadamente, sabiedo integrar su nivel científico de conocimientos con el arte de sanar. Es como un director de orquesta que dirige, canaliza el acto terapeútico. Estas consideraciones nos conducen a la figura del del médico como sanador. En algunas ocasiones el médico curará, aliviará en la mayoría, pero sanar tendría que hacerlo siempre.
Se sana cuando el médico aplica una medicina integral que engloba no solo los aspectos físicos sino también los emocionales y las necesidades espirituales de su paciente. En este tipo de relación no hay enfermedades sino enfermos, y el médico se constituye en la principal medicina, ganándose el respeto de quienes lo conocen y lo buscan profesionalmente.
Esta medicina se revela como una experiencia totalizante y unificadora que defiende al médico del síndrome de desmotivación del profesional, síndrome producido por la práctica rutinaria de una medicina de tipo técnico, rígida, de tipo defensivo y fuertemente burocratizada, donde la preocupación por el gasto ocupa un primer lugar.
Se analiza en este libro otros aspectos del médico como sanador, incluidos los de otros profesionales no médicos que se denominan así. Muchos se denominan también naturópatas y utilizan además de sus manos aplicadas en técnicas de masaje, la reflexología, osteopatía o Energoterapia, remedios de tipo vegetal o fitoterapia. Sin negar la buena voluntad y honestidad de muchos de estos profesionales, existe un fuerte intrusismo por lo que se hace necesario que se regule por ley este tipo de actividades a efectos de evitar desafortunadas actuaciones de mala praxis, cuando no de flagrantes violaciones de la deontología, e intrusismo profesional. A este respecto la Asociación Española de Médicos Naturistas aprobó en su Asamblea General en noviembre de 1996 la Carta de los Médicos Naturistas y una propuesta para la creación de la especialidad médica de Medicina Naturista.
Cuando el médico desarrolla un tipo de medicina que respeta los ritmos naturales circadianos de su paciente, apoyándose por lo general en terapias complementarias a las académicas, con nulos o mínimos efectos secundarios, está aplicando una medicina de tipo naturista, biológico, además de tener un corte hipocrático, es decir humano.
En ella se pueden emplear diferentes terapias, entre las que descuella como principal terapia el médico mismo, enseñando a su paciente a que se responsabilice adecuadamente de su salud, cuidando especialmente su dieta y hábitos de vida. El paciente tiene que asumir su propia responsabilidad en la enfermedad, ya que sólo existen los enfermos, no las enfermedades.
Una tal medicina es complementaria de la oficial, y no incompatible, de tal forma que un profesional formado en ambas podrá aplicar sus conocimientos de forma indistinta a sus pacientes, con lo que conseguirá mejores resultados, incluida muchas patologías crónicas y, además, con menores efectos secundarios. Podríamos decir que lo ideal sería que la medicina académica se apoyará también en bases naturistas y utilizará todos sus recursos, una vez demostrada aunque fuera solo empíricamente su eficacia con el paciente. De esta forma hablaríamos, como así tendría que ser, de una única medicina. Los saberes científicos antes de ser denominados como tales han sido empíricos. Hay cuestiones que todavía no podemos explicarnos de manera científica, es decir por el método científico, pero que una vez que se desarrollen métodos precisos sí lo podremos hacer; mientras tanto no tenemos derecho a sustraer determinadas terapias que sabemos que funcionan y ayudan al paciente sin hacerle daño, comprobadas por la experiencia de muchos años, porque no podamos denominarlas científicas. En medicina la verdadera ciencia no está reñida con el arte, al contrario se expresa en él como acto de curar.
Estamos comenzando a saber a nivel científico como actúan los remedios homeopáticos sobre todo en diluciones bajas (hasta la D14), en lo que se llama el fenómeno de la asistencia inmunológica (Heine).
Estudios recientes de tratamientos homeopáticos desarrollados en Bethesda (EE.UU.) y en la Universidad Ludwig Maximillians en Múnich (Alemania), y publicados en The Lancet en 1997, muestran que estos remedios resultaban 2,45 veces más eficaces que el placebo.
El médico puede ser perfectamente un buen especialista sin dejar de ser un integrista. El especialista es necesario dada la imposibilidad hoy día de que un profesional reúna todos los conocimientos, que por otra parte se van renovando continuamente. El profesional no debe de ceder su responsabilidad al microscopio electrónico sino al hombre enfermo. En su praxis no debe de prescindir de aplicar criterios de medicina preventiva. Este es uno de los aciertos de la Medicina Biológica, en sus diferentes terapias, así como de las Medicinas Tradicional China y Ayurvédica.
Los médicos humanistas centran su atención en el hombre con toda su complejidad.
Una de las cuestiones hoy día más vigentes es la de fomentar las actitudes docentes e investigadoras del médico, no solo en la medicina académica, sino en su apertura hacia las medicinas complementarias.
El profesor tiene que forjar hombres, no solo bancos de datos. Es indispensable para ello una labor de tutoría con el alumno tanto en la docencia como en la investigación.
En las Facultades hay que enseñar al alumno no solo los conocimientos técnicos básicos de la medicina, sino el enfoque integral del paciente, el valor de una correcta anamnesis en el historial clínico, sino aquellos otros aspectos paramédicos como son el trato humano y paciente con el enfermo y sus familiares, el comportamiento ante el enfermo grave, así como materias de deontología que hoy entran dentro de la Bioética, como el aborto, la eutanasia, etc, y que hoy son obviadas en la enseñanza. A estas cuestiones el futuro médico tendrá que enfrentarse un día, y no podrá hacerlo convenientemente, ya que nadie puede dar lo que no tiene. Una mayoría de estos temas fueron abordados en el segundo volumen de esta obra .
Para una correcta praxis médica es necesario un tiempo de atención al paciente adecuado, circunstancia hoy día difícil de conseguir debido a la masificación actual de nuestros hospitales y ambulatorios, mientras que las plantillas médicas siempre son básicamente las mismas y cada vez con más años del personal, amén de las jubilaciones y bajas por larga enfermedad que no son cubiertas por la administración.
Es necesaria así mismo una reforma con correcta planificación de la carrera de medicina, tanto de las materias teóricas como de las prácticas clínicas, a efecto de que los estudiantes vayan tomando contacto lo más pronto con el enfermo sin el agobio de los horarios de clases.
Sin no formamos al alumno en el pregrado en técnicas básicas de investigación, tampoco se encontrarán suficientemente motivados de forma vocacional para hacerlo en el postgrado, tanto en el doctorado como de médicos residentes. Esta labor de investigación tendría que abarcar todas las materias de nuestra medicina incluida la Medicina Biológica. La creación de la especialidad de Medicina Biológica, en la que entrarían la Homeopatía, el Naturismo y otras terapias llamadas complementarias o alternativas tendría que ser un hecho. De la misma manera, como ocurre ya en algunas universidades de países de la Comunidad Europea, por ejemplo Holanda (Maastricht), Francia (Bobigny en París), Reino Unido (Exter), etc materias de este tipo deberían de ser introducidas ya en el pregrado en nuestras Facultades. Habría que crear cátedras de Medicina Biológica. Esta formación debería ser seguida en el postgrado, como ocurre ya en muchos países del mundo, como Alemania, Francia así, como en la época MIR. A este respecto en Zaragoza hemos organizado cursos anuales del doctorado sobre este tipo de medicina especialmente en Homotoxicología, así como cursos de formación hospitalarios y en Asistencia Primaria, así mismo se han organizado masters. En el resto de España, las Universidades de Granada, Barcelona, Vigo, Madrid, Sevilla, han organizado también cursos de postgrado para la enseñanza de la medicina naturista.
La Homeopatía no está reconocida como especialidad en nuestro país, aunque sí se encuentra regulado por ley el medicamento homeopático (BOE: Real Decreto 2208/1994 de 16 Nov), de tal forma que un profesional médico puede recetarla libremente, y el paciente acudir a cualquier farmacia donde se la expedirán, aunque no se encuentre todavía financiada por el Sistema Sanitario. El médico que trabaja en el Sistema debe de decírselo así a su paciente, y éste tiene que admitirlo libremente como cualquier otro tratamiento alopático que se le proponga, ya que el acto médico se completa no sólo con el diagnóstico sino con el tratamiento.
Una vez que la Administración como ocurre en otros países, (Francia, Alemania, Hungría...) se decida a financiar este tipo de medicina, incluidas sus diferentes terapias, se demostrará en nuestro país la bondad de estos métodos así como el ahorro económico que pueden suponer a corto y mediano plazo para el Sistema de Salud, dado su relativo bajo costo. Esta práctica humanizaría además el Sistema, al ser una medicina individualizada en cada paciente y tener que concederle un mayor tiempo médico-paciente.
En España hay a la venta cerca de 18.000 productos homeopáticos, cuya facturación anual supera los 3.000 millones de pesetas, un 0,4 del mercado farmacéutico.
En países europeos como Francia, Alemania, o Gran Bretaña, los pacientes acuden al homeópata al menos una vez a la vida entre el 30y 70% de la población.
Deberían abrirse consultas de este tipo, donde aparte de la asistencia para los asegurados que prefirieran este tipo de medicina, podría impartirse docencia e investigación para los médicos en formación.
A finales de la década de los sesenta, en la Universidad de MC Master (Canadá) se introduce docencia pregrado de esta medicina, tanto en el plano teórico como práctico en el ámbito ambulatorio.
A principios de 1994 se reunió en Kiel (Alemania), la IFMSA (Federación Internacional de Estudiantes de Medicina) con un tema central en la agenda: pedir a las administraciones universitarias de todo el mundo que a los futuros médicos se les enseñe alguna técnica de medicina complementaria, especialmente homeopatía, acupuntura y medicina naturista, ya que los mismos estudiantes encontraban a faltar una información en este sentido que pudiera complementar los estudios de Medicina alopática.
Respecto al postgrado una de las metas sería fomentar o instaurar periodos de aprendizaje interdisciplinario entre licenciados y diplomados de distintas vertientes de las ciencias de la salud, para lograr, adquirir perspectivas, objetivos y elementos teóricos y prácticos compartidos que permitan construir equipos de trabajo. La medicina naturista cumple los criterios de una especialización horizontal: posee un ámbito propio de actividades, un conjunto definido de conocimientos, habilidades y aptitudes a adquirir y un área propia de investigación.
Es interesante que el práctico elabore una correcta historia clínica del enfermo que abarque toda la biografía personal de éste, desde sus datos peristáticos y ambientales, antecedentes personales, hasta el comienzo de los síntomas en una adecuada exposición evolutiva patocrónica, que terminará con el recordatorio o anamnesis por aparatos y sistemas donde el médico va recordando síntomas al paciente por si éste ha olvidado de aportar algún dato.
La historia de estirpe psicosomática ahonda o incide sobre aquellos aspectos biográficos de índole psicógena que hayan podido repercutir de manera patológica sobre el soma, es decir creando somatizaciones, síntomas tanto de carácter funcional como incluso orgánicos.
La historia homeopática que "comienza" cuando termina la historia clínica clásica, hace incidencia en las diferentes modalidades del enfermar del ser humano, es decir atiende a la versatilidad de los síntomas que se expresan tanto en la esfera física del individuo como en la mental emocional e incluso espiritual. Estos síntomas que refiere el enfermo son contrastados con los síntomas que se han obtenido en la experimentación con el sujeto sano empleando las diferentes sustancias homeopáticas antes y después de diluir infinitesimalmente y que se encuentran en los manuales de Homeopatía (patogenesias) . De esta forma el similium (semejanza) se selecciona para cada enfermo, de forma individualizada medicamento adecuado. También puede efectuarse una historia de tipo homotoxicológico utilizando las Tablas de las Homotoxicosis , de manera que los eventos clínicos del paciente van siendo encuadrados en las diferentes fases homotoxicológicas: excreción, reacción, deposición, impregnación, degeneración, desdiferenciación y neoplasia.
La exploración inmediata realizada a la cabecera del enfermo, mediante las técnicas manuales de la inspección, palpación, percusión y auscultación culminan la historia clínica que en el sentir de los grandes clásicos de la Medicina tiene que ser redactada de forma artística, erudita y en constante evolución.
Se ampliará posteriormente con los resultados obtenidos de los productos orgánicos del paciente: análisis de todo tipo, así con las llamadas pruebas morfológicas: radiografías, ecografías, Tacs, resonancias magnéticas nucleares, biopsias ....
A partir del historial, y mediante un esfuerzo primero de análisis y luego de síntesis, puede realizarse las fases del diagnóstico clínico que puede ser sindrómico atendiendo a los síntomas, nosológico atendiendo a las causas, y diferencial a efectos de excluir otros diagnósticos que planteen dudas, pero que una vez verificado el diagnóstico quedan excluidos al no corresponderse con la realidad del enfermo.
La estrategia terapeútica podrá ser nosológica o en ocasiones poder ser únicamente sindrómica. El tratamiento alopático clásico puede ser complementado con las terapias homeopáticas, homotoxicológicas u otras terapias que componen la Medicina Biológica.
Realizamos una exposición sucinta de las diversas terapias biológicas que una próxima obra desarrollaremos con la extensión apropiada.
El médico debe de tener también el aliciente de una Carrera Profesional que le motive personal y profesionalmente en el desempeño de sus funciones diarias. Es preciso para ello un interés real por parte de la administración, ofertando un mayor número de puestos de trabajo que rebajen la presión asistencial que los médicos tenemos a diario y que facilitando una estabilidad profesional le den la suficiente tranquilidad y motivación para que asuma progresivas responsabilidades sin descuidar una formación continuada a lo largo de toda su vida profesional.
Con este último volumen cerramos esta trilogía de "La Otra Cara de la Medicina". Esta obra ha pretendido centrarse en el hombre desde su anatomía y fisiología energética hasta su evolución y maduración espiritual, enfrentándose en muchas ocasiones con el dolor a lo largo de su existencia. El hombre, verdadero microcosmos, posee potencialidades cuasi infinitas que no acaban en esta vida terrena sino que continúan de manera ilimitada en la otra vida. El hombre es conciencia en evolución eterna.
Obra en preparación: LA MEDICINA BIOLOGICA: ¿Utopía o realidad?.

Zaragoza 20 de Agosto del 2001, festividad de San Bernardo de Claraval.

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