Monday, July 28, 2014
Friday, July 11, 2014
El funambulista de Dios
Pedro Miguel Lamet
Liu Ming, el médico chino del
Papa que le atendió y devolvió la salud cuando éste era arzobispo
de Buenos Aires, anda preocupado. Y es para estarlo. Pero no sólo por la
inhumana agenda del pontífice, que rebasa con mucho las fuerzas de un hombre de
setenta y ocho años, sino porque Francisco, además de su carisma sacerdotal, tiene
vocación de funambulista. Sus saltos, piruetas verbales y
últimas denuncias confirman los altos riesgos que asume y acabarían con los nervios
de cualquiera.
Los mafiosos de Calabria ya han
respondido a su pública excomunión, manipulando una imagen de la
Madonna –¡pobre aldeana de Nazaret!- que hicieron reclinar ante el domicilio de
un famoso capo de la Ndrangheta en un pequeño pueblo de Reggio Calabria,
escenario de una sangrienta guerra de clanes. O el boicot a la misa en la
cárcel Mamertinade 200 presos de la Mafia. Y es que, ya se
sabe, en Italia hasta el crimen organizado pretende el agua bendita de la
Iglesia. Con todo parece, ojalá, que de momento los mafiosos no se atreverán a
más, aunque solo sea por la popularidad mundial del papa Bergoglio.
Lo que muchos ignoran es que en
esta cruzada hacia fuera y dentro de la Iglesia, los disparos más peligrosos
proceden de casa. Comienzan cuando Francisco se sienta en la sede de Pedro con
una bomba de relojería debajo: el desprestigio mundial que
supone la plaga de la pederastia, una de las razones que influyeron en
la renuncia de Benedicto XVI. La
reciente petición de perdón a las víctimas de estos abusos, uno de los que más vivamente condenó,
con “piedra de molino”, Jesús Nazaret, se une a varias destituciones y medidas
contra los pecados de omisión, aunque queda mucho por andar.
¿Y qué decir de los “cuervos” de
la corrupción, de los prelados adinerados, de los lobbies homosexuales, de las
presiones de la caverna? Desde siempre un papa fue un
solitario en su jaula de oro de los palacios vaticanos. Pese a que ahora vive
con más gente en Santa Marta, el papa Francisco ha de sufrir seguramente en silencio
y soledad el acoso de sus enemigos. Quizás los peores sean los más
fieles, los rigoristas y ultraconservadores de dentro. Me consta que muchos de estos, que
aún se confiesan con frecuencia, declaran ante la rejilla: “Padre,
me acuso de criticar al Papa”. Paradójicamente, a pesar de leer
y releer el Evangelio, no aceptan la misericordia del buen pastor en busca de
la oveja pedida y los más alejados. Porque, como hacía decir el genial Mingote
a dos beatas a la puerta de la iglesia: “Convéncete, hija, lo que se dice
al cielo, iremos los de siempre”.
Eso, a pesar de que el papa
argentino, ejerce
de equilibrista también entre las “dos Iglesias” con las que le ha tocado
vivir, repartiendo
canonizaciones a los dos bandos –pues la santidad no es ni de izquierdas ni de
derechas- y andando con pies de plomo, por ejemplo en temas de moral familiar. Los
“Lineamenta” o documento preparatorio del Sínodo es el que más materia incluye de
los que he conocido en largos años de informador y el único fruto de consulta
con la base. Pero, ante el escándalo de algunos, ya ha anunciado que este
sínodo es tan importante, que lo va a dividir en dos sesiones.
Algo reporta confianza en tal comportamiento. Y es que en mi opinión, Bergoglio ha experimentado una profunda vivencia interior. Los orientales lo llaman “iluminación”, los occidentales “ilustración”. Como Ignacio de Loyola, en su visión del Cardoner, ha visto claro. Basta comparar las fotos del cardenal bonaerense, casi siempre serio y preocupado, y las del actual Papa, revestido de un gozo, una valentía e inteligente prudencia que rompen moldes.
Algo reporta confianza en tal comportamiento. Y es que en mi opinión, Bergoglio ha experimentado una profunda vivencia interior. Los orientales lo llaman “iluminación”, los occidentales “ilustración”. Como Ignacio de Loyola, en su visión del Cardoner, ha visto claro. Basta comparar las fotos del cardenal bonaerense, casi siempre serio y preocupado, y las del actual Papa, revestido de un gozo, una valentía e inteligente prudencia que rompen moldes.
Francisco puede estar cansado,
porque si no, a su edad, no sería un ser humano. Pero su espíritu es libre. Por dentro no teme a nadie, ni a
las metralletas de los mafiosos, ni
a los manejos de los corruptos, ni los inmovilismos de los “católicos de toda
la vida”. No quiere cristales antibalas en su papamóvil, ni parapetarse en el
prestigio del lujo o del protocolo. Muestra aquello de Pablo de que el espíritu
está por encima de la ley. Sus únicas armas son una
autenticidad espontánea y creíble y una alineación con los más pobres y pequeños de este mundo. A
partir de ahí, puede pasarle cualquier cosa. No parece importarle. Se
diría que vive el ahora como fuera del tiempo. Quizás como quien no quiere nada para
sí y ya lo tiene todo.
Sunday, July 6, 2014
¿Si Dios existe por qué permite el mal?
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Thursday, July 3, 2014
Crucifixiones de cristianos ¡sí han oído bien, crucifixiones! en Siria
Actualizado 4 mayo 2014 | ||||||||||
Se está diciendo desde hace tiempo. Yo se lo oí afirmar hace ya un mes a una estudiante siria, en la gala que realizó este año Ayuda a la Iglesia Necesitada en el Colegio de Médicos de Madrid el pasado 5 de abril. Me pareció tan increíble que no me atreví a publicarlo. Y eso que el reporte de crucifixiones en algunos países árabes ni siquiera es nuevo (pinche Vd. aquí si desea conocer otros casos). Ahora ha trascendido a todos los grandes medios mundiales. Veo las imágenes en Telemadrid, se hace eco la CNN que incluso presenta las fotos, las mismas que puede Vd. ver debajo, con una advertencia sobre su brutalidad. El propio Papa, sin atreverse ni a decir donde está ocurriendo, “en cierto país no cristiano”, lo lamenta casi con incredulidad… si no fuera porque ya no hay lugar para la incredulidad. En una de nuestras entradas hace ya algún tiempo, informábamos, no menos incrédulos que el Papa, de que aún existía tráfico de esclavos en el mundo (pinche aquí y verá que no le miento): hoy tenemos que informar de que aún hay lugares del mundo donde se están crucificando personas. Y ese lugar, aunque el Papa que el Papa no se atreve ni a mencionar, es Siria, la ciudad de Raqqa, donde las están practicando las fuerzas rebeldes en las que occidente veía hace sólo unos meses, y algunos todavía más “progresistas” se empeñan en seguir viendo, las señales del progreso y la libertad en Siria. ¡Cómo olvidar cuando vemos estas escenas que en una procuraduría de la provincia siria, con capital en Cesarea Marítima y cuyo titular era un tal Pilatos, colgó ya entonces, hace veinte siglos, un ilustre crucificado! ¡Cómo olvidar que en la que incluso hoy es su capital, se producía la caída de un caballo inexistente de ese cristiano sin par llamado Pablo! ¡Cómo olvidar que en pleno territorio sirio, ni siquiera en la Siria romana, no, ¡en la actual Siria! (pinche aquí si no se lo cree), nació la Iglesia, en una ciudad que hoy se llama Banias y entonces Cesarea de Filipo! “Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?’ Ellos dijeron: ‘Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas’. Díceles él: ‘Y vosotros ¿quién decís que soy yo?’ Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella’” (Mt. 16, 13-20). Con un alto grado de probabilidad, las personas que cuelgan de esas cruces del siglo veintiuno son cristianas: ¿no adquiere el suplicio de la crucifixión su máxima dimensión humillatoria precisamente cuando aplicado a esos extraños prosélitos cuyas reuniones vienen todas presididas por el cuerpo de un crucificado? Ahora bien, cristianos o no, personas son, eso no lo puede negar nadie… y cuelgan de una cruz. Como en la noche oscura de la historia. A esto, queridos amigos, es a lo que ha quedado reducida la primavera árabe. Algunos anunciamos entonces que no era la primavera la que reía, sino el más crudo invierno el que se carcajeaba. Pero un mundo premeditada e impostadamente ingenuo cerraba los ojos a la más que evidente realidad, para jugar a autoengañarse pensando que, en adelante, el petróleo nos lo iban a regalar o casi, y que todos tendríamos una preciosa y baratísima casita mirando a las playas del meridión mediterráneo en la que nos despertaría cada mañana el dulce canto del almuecín. Las cosas no son tan fáciles, y mucho han de cambiar todavía para que en invierno florezcan flores… Aunque por esta vez y sin que sirva de precedente, los que profesan esa extraña religión del siglo veintiuno llamada cambio climático sí hayan conseguido demostrar que en primavera, en algunos lugares del mundo, puede hacer frío, mucho frío. Y de hecho lo hace. Que hagan mucho bien y que no reciban menos. ©L.A. Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día, o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es Otros artículos del autor relacionados con el tema (haga click en el título si desea leerlos) Algunas verdades como puños sobre Siria De Amnesty International y su denuncia sobre crucifixiones en Arabia Saudí Termómetro: sin medalla por dedicársela a Dios, crucifixión en Arabia Saudí, nueva horterada pesoíta Reveladora entrevista al Arzobispo de Alepo (Siria) Entrevista sin desperdicio al Patriarca melquita Gregorio III sobre los sucesos de Siria Termómetro: niño ajusticiado por blasfemia, ¿primavera árabe en Siria? el éxodo iraquí y más... ¿Sabía Vd. que hay lugares donde todavía hay esclavos y que hay españoles dedicados a su rescate? |
Tuesday, July 1, 2014
La cristofobia que no cesa
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Expresaba hace pocas semanas,
exactamente el uno de junio, en el artículo titulado “La Iglesia, muñeco del
pim-pam-pum”, mi temor a que las querellas entre los partidos “gauchistas” para
alzarse con el santo y la limosna del electorado afín, acabara pagándolas la
Iglesia.
Ni que hubiese tenido una bola de cristal de adivina de barraca de feria. Han pasado pocos días para que se inicie una competición de partidos y partiditos de este sector, a ver quien hace y dice la melonada más sonada contra símbolos cristianos y la propia Iglesia. Empezó el minipartido valenciano Compromís (Compromiso), pidiendo la supresión del crucifijo de las dependencias del Hospital provincial de Castellón. No prosperó su despropósito, pero ahí quedó el escupitajo, para que conste. Compromís es un aguerrido partidito toca narices de vitola comunista, como revela su nombre. Eso de compromiso y comprometido eran los eufemismos con que calificábamos, aquellos años, a artistas e “intelectuales” orgánicos del Partido y sus aledaños. Era una manera de entendernos sin ser descarados. No es el único retoño que ha brotado del viejo tronco, ya decrépito, de la hoz y el martillo. Amaiur y sus mozos que andan todavía por el monte, no son otra cosa que gente del puño en alto, siempre amenazante y temible. Lo mismo que el exitoso rebrote llamado Podemos de Pablo Iglesias bis, que echa sermones redentores de los parias de la tierra en el muy proletario Hotel Ritz de Madrid. A la iniciativa de Compromís para suprimir los crucifijos de los hospitales, se ha sumado rápidamente Izquierda Unida, es decir, el PCE de toda la vida aunque ahora lo disimule, no sea que le coman el terreno por la siniestra. En esta competición a ver quién es el más gallito del barrio, como decía hace un mes, no podía faltar la comparsa (expresado en términos de la aljamía festera de Moros y Cristiano de Alcoy) del PSOE, para que no que no los acusen de derechosos. Y ahí tenemos al candidato a capitán general de las huestes fundadas por aquel otro Pablo Iglesias, el auténtico, el genuino, el Abuelo, un tal Pedro Sánchez, el “moderado”, anunciando que si gana denunciará el Concordato con la Santa Sede y suprimirá los privilegios de la Iglesia católica. ¿Qué privilegios, corazón? ¿El dar de comer diariamente por Cáritas y otras muchas instituciones católicas a cientos de miles de personas “descartadas” por la tremenda crisis económica provocada, principalmente, por su incompetente jefe de filas, Rodríguez Zapatero, desdicha de esta nación? ¿El ahorrar miles de millones de euros al erario público con los colegios concertados de las órdenes y congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza, o los colegios de “iniciativa social” pero ideario católico? Querido Sánchez: esos privilegios están al alcance de cualquiera que tenga corazón y redaños para semejantes esfuerzo. ¿Por qué los socialistas, y los comunistas, no quieren subirse a ese carro privilegiado? ¿Por qué no montan comedores y centros para la “famélica legión”, ahora que hay tanta necesidad de ello? Claro que para eso hay que sudar la camiseta. Te digo más, amado Sánchez: si estudiaras un poco de historia universal descubrirías que mientras vosotros, gobernantes y políticos, os dedicabais a pelearos unos con otros, a mantener de manera permanente el azote de la guerra, la Iglesia fundaba hospitales, atendía a enfermos y leprosos, abría los primeros centros psiquiátricos de los que se guarda memoria, enterraba a los muertos, creaba universidades, enseñaba a leer y escribir en las parroquias, y un larguísimo etcétera imposible de resumir en un simple artículo. Si además viajaras, por ejemplo, a Estados Unidos -¡malditos yankis, siempre tienen que aparecer en la sopa!- acaso podrías averiguar que la universidad –creo que hay más de una- de dirección y gestión de hospitales más prestigiosa de USA, pertenece a las Hermanas del Caridad de San Vicente de Paúl. Dos son las señas de identidad del actual izquierdismo español: la cristofobia y “lo” público. Aquello primero lo tienen como un muñeco maniqueo al que sacudir cada vez que quieren demostrar que son más “progres” que la madre que los parió. Lo segundo es su negocio particular lucrativo. Como han sido siempre incapaces de crear nada positivo ni productivo, se amorran a las ubres estatales para vivir opíparamente a costa del contribuyente. Mucho Estado, muchos servicios (¿) públicos, mucho funcionario improductivo a ser posible de su cuerda, muchos liberados sindicales, etc. En consecuencia, muchos más impuestos (¿todavía más?) y mucha menos libertad personal. Un negocio redondo. Se hacen con todo sin arriesgar un euro. Ahí lo vemos en las universidades públicas: modelo de enchufismo y vivero de indignados revolucionarios. A la vista de este panorama tan inquietante, no es de extrañar que los viejos dirigentes del socialismo patrio, tal que Felipe González, Joaquín Leguina, Paco Vázquez y hasta Corcuera, estén muy alarmados por la deriva tremendista que registra el PSOE. José Luis Corcuera, el sindicalista, el ministro del Interior con Felipe González, el de “la patada a la puerta”, al que se tenía por rústico, dio una lección magistral de sentido común el martes, día 24, en el programa “El Cascabel” del canal 13 TV. Daba gusto oírle, ¿quién lo hubiera podido decir? Dejó boquiabiertos a los contertulios y a muchísimos veedores del programa. Prueba de que aún queda gente sensata en la izquierda española, sólo que se trata de una especie en proceso de extinción. Por la edad y el virus demagógico. |
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