Encuentro del Papa con los jóvenes de Roma
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 26 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la transcripción del diálogo mantenido ayer entre el Papa Benedicto XVI y los jóvenes de Roma, congregados en la Plaza de San Pedro para la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la primera Jornada Mundial de la Juventud.
- Padre Santo el joven del Evangelio preguntó a Jesús: maestro bueno, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna? Yo no sé siquiera qué es la vida eterna. No consigo imaginármela, pero sé una cosa: no quiero tirar mi vida, quiero vivirla hasta el fondo, y no estar sola. Tengo miedo de que esto no suceda, tengo miedo de pensar sólo en mí misma, de equivocarme en todo y de encontrarme sin una meta que alcanzar, viviendo al día. ¿Es posible hacer de mi vida algo hermoso y grande?
Queridos jóvenes,
antes de responder a la pregunta quisiera decir gracias de corazón por toda vuestra presencia, por este maravilloso testimonio de fe, de querer vivir en comunión con Jesús, por vuestro entusiasmo en el seguir a Jesús y vivir bien. ¡Gracias!
Y ahora la pregunta. Usted nos ha dicho que no sabe qué es la vida eterna y que no sabe imaginársela. Ninguno de nosotros es capaz de imaginar la vida eterna, porque está fuera de nuestra experiencia. Con todo, podemos comenzar a comprender qué es la vida eterna, y creo que usted, con su pregunta, nos ha dado una descripción de lo esencial de la vida eterna, es decir, de la verdadera vida: no tirar la vida, vivirla en profundidad, no vivir para sí mismos, no vivir al día, sino vivir realmente la vida en su riqueza y en su totalidad. ¿Y cómo hacer? Esta es la gran cuestión, con la que el rico del Evangelio vino al Señor (cfr Mc 10,17). A primera vista, la respuesta del Señor parece muy seca. En resumen, dice: observa los mandamientos (cfr Mc 10,19). Pero detrás, si reflexionamos bien, si escuchamos bien al Señor, en la totalidad del Evangelio, encontramos la gran sabiduría de la Palabra de Dios, de Jesús. Los mandamientos, según otra Palabra de Jesús, se resumen en este único: amar a Dios con todo el corazón, con toda la razón, con toda la existencia y amar al prójimo como a sí mismo. Amar a Dios, supone conocer a Dios, reconocer a Dios. Y este es el primer paso que debemos hacer: intentar conocer a Dios. Y así sabemos que nuestra vida no existe por casualidad, no es casualidad. Mi vida es querida por Dios desde la eternidad. Yo soy amado, soy necesario. Dios tiene un proyecto conmigo en la totalidad de la historia; tiene un proyecto precisamente para mi. Mi vida es importante y también necesaria. El amor eterno me ha creado en profundidad y me espera. Por tanto, este es el primer punto: conocer, intentar conocer a Dios y comprender así que la vida es un don, que es bueno vivir. Después lo esencial es el amor. Amar a este Dios que me ha creado, que ha creado este mundo, que gobierna entre todas las dificultades del hombre y de la historia, y que me acompaña. Y amar al prójimo.
Los diez mandamientos a los que Jesús apunta en su respuesta, son sólo una explicitación del mandamiento del amor. Son, por así decirlo, reglas del amor, indican el camino del amor con estos puntos esenciales: la familia, como fundamento de la sociedad; la vida, que hay que respetar como don de Dios; el orden de la sexualidad, de la relación entre hombre y mujer; el orden social, y finalmente, la verdad. Estos elementos esenciales explicitan el camino del amor, explicitan cómo amar realmente y cómo encontrar el camino recto. Por tanto, hay una voluntad fundamental de Dios para todos nosotros, que es idéntica para todos nosotros. Pero su aplicación es diversa en cada vida, porque Dios tiene un proyecto preciso con cada hombre. San Francisco de Sales dijo una vez: la perfección, es decir, ser bueno, vivir la fe y el amor, es sustancialmente una, pero con formas muy distintas. Muy diversa es la santidad de un cartujo y de un político, de un científico o de campesino, etc. Y así, para cada hombre, Dios tiene su proyecto y yo tengo que encontrar, en mis circunstancias, mi manera de vivir esta única y común voluntad de Dios, cuyas grandes reglas están indicadas en esta explicitación del amor. Y buscar también por tanto realizar lo que es la esencia del amor, es decir, no tomar mi vida para mí, sino dar la vida; no “tener” la vida, sino hacer de la vida un don, no buscarme a mí mismo sino darme a los demás. Esto es lo esencial, e implica renuncias, es decir, salir de mí mismo y no buscarme a mí mismo. Y precisamente no buscándome a mí mismo, sino dándome para las cosas grandes y verdaderas, encuentro la verdadera vida. Así cada uno encontrará, en su vida, las distintas posibilidades: comprometerse en el voluntariado, en una comunidad de oración, en un movimiento, en la acción de su parroquia, en su propia profesión. Encontrar mi vocación y vivirla en cada lugar es importante y fundamental, sea uno un gran científico o un campesino. Todo es importante a los ojos de Dios: es hermoso si se vive hasta el fondo con ese amor que realmente redime al mundo.
Para terminar quisiera contar una pequeña historia de santa Giuseppina Bakhita, esta pequeña santa africana que en Italia encontró a Dios y a Cristo, y que me produce siempre una gran impresión. Era monja en un convento italiano; un día, el obispo del lugar visitó ese monasterio, vio a esta pequeña monja negra, de la que al parecer no sabía nada, y dijo: “Hermana, ¿que hace usted aquí?” Y Bakhita respondió: “Lo mismo que hace usted, excelencia”. El obispo, visiblemente irritado, dijo: "¿Pero cómo, hermana, hace lo mismo que yo?”. “Sí, – dice la monja – ambos queremos hacer la voluntad de Dios, ¿no es cierto?”. Al final este es el punto esencial: conocer, con ayuda de la Iglesia, de la Palabra de Dios y de los amigos, la voluntad de Dios, sea en sus grandes líneas, comunes para todos, sea en la concreción de mi vida personal. Así la vida quizás no llegue a ser demasiado fácil, pero sí hermosa y feliz. Oremos al Señor para que nos ayude siempre a encontrar su voluntad y a seguirla con alegría.
- El Evangelio nos ha dicho que Jesús miró a aquel joven y le amó. Padre Santo, ¿qué quiere decir ser mirados con amor por Jesús; cómo podemos tener hoy también nosotros esta experiencia? ¿Es de verdad posible vivir esta experiencia también en esta vida de hoy?
Naturalmente diré que sí, porque el Señor está siempre presente y nos mira a cada uno de nosotros con amor. Sólo que nosotros tenemos que hallar esta mirada y encontrarnos con él. ¿Cómo hacer? Diría que el primer punto para encontrarnos con Jesús, para tener experiencia de su amor, es conocerlo. Conocer a Jesús implica varios caminos. Una primera condición es conocer la figura de Jesús como aparece en los Evangelios, que nos dan un retrato muy rico de la figura de Jesús, en las grandes parábolas, pensemos en el hijo pródigo, en el samaritano, en Lázaro, etc. En todas las parábolas, en todas sus palabras, en el sermón de la montaña, encontramos realmente el rostro de Jesús, el rostro de Dios hasta en la cruz, donde, por amor a nosotros, se da totalmente hasta la muerte y puede, al final, decir En tus manos Padre entrego mi vida, mi alma (cfr Lc 23,46).
Por tanto: conocer, meditar a Jesús junto con los amigos, con la Iglesia y conocer a Jesús no sólo de una forma académica, teórica, sino con el corazón, es decir, hablar con Jesús en la oración. A una persona no se la puede conocer de la misma forma como puedo estudiar matemáticas. Para las matemáticas es necesaria y suficiente la razón, pero para conocer a una persona, es más, la gran persona de Jesús, Dios y hombre, es necesaria también la razón, pero al mismo tiempo, también el corazón. Sólo con la apertura del corazón a él, sólo con el conocimiento del conjunto de cuanto ha dicho y cuanto ha hecho, con nuestro amor, con nuestro ir hacia él, podemos poco a poco conocerle cada vez más y así tener la experiencia de ser amados. Por tanto: escuchar la Palabra de Jesús, escucharla en la comunión de la Iglesia, en su gran experiencia y responder con nuestra oración, con nuestro coloquio personal con Jesús, en el que le decimos lo que no podemos entender, nuestras necesidades, nuestras preguntas. En un verdadero coloquio, podemos encontrar cada vez más este camino del conocimiento, que se convierte en amor. Naturalmente, no sólo pensar, no sólo rezar, sino hacer también una parte del camino hacia Jesús: hacer cosas buenas, comprometerse por el prójimo. Hay diversos caminos; cada uno conoce sus propias posibilidades, en la parroquia y en la comunidad en la que vive, para comprometerse también con Cristo y por los demás, por la vitalidad de la Iglesia, para que la fe sea verdaderamente formadora de nuestro ambiente, y así de nuestra época. Por tanto, diría estos elementos: escuchar, responder, entrar en la comunidad creyente, comunión con Cristo en los sacramentos, donde se da a nosotros, tanto en la Eucaristía como en la confesión, etc., y finalmente hacer, realizar las palabras de la fe para que se conviertan en fuerza de mi vida y aparezca verdaderamente a mí la mirada de Jesús y su amor que me ayuda, me transforma.
- Jesús invitó al joven rico a dejar todo y a seguirle, pero él se fue triste. También a mí como a él me cuesta seguirle, porque tengo miedo de dejar mis cosas y quizás la Iglesia me pida renuncias difíciles. Padre Santo ¿cómo puedo encontrar la fuerza para las decisiones valientes, y quien puede ayudarme?
Bien, comencemos con esta palabra dura para nosotros: renuncias. Las renuncias son posibles y, al final, se convierten también en hermosas si tienen un porqué y si este porqué justifica después también la dificultad de la renuncia. San Pablo usó, en este contexto, la imagen de las olimpiadas y de los atletas empeñados en las olimpiadas (cfr 1Cor 9,24-25). Dice: Ellos, para llegar finalmente a la medalla – en aquel tiempo a la corona – deben vivir una disciplina muy dura, deben renunciar a muchas cosas, deben ejercitarse en el deporte que practican y hacen grandes sacrificios y renuncias porque tienen una motivación, vale la pena. Aunque al final, quizás, no estén entre los vencedores, con todo es una cosa hermosa haberse disciplinado a sí mismos y haber sido capaces de hacer estas cosas con una cierta perfección. La misma cosa que vale, con esta imagen de san Pablo, para las olimpiadas, para todo deporte, vale también para todas las demás cosas de la vida. Una vida profesional buena no se puede alcanzar sin renuncias, sin una preparación adecuada, que exige siempre una disciplina, exige que se deba renunciar a algo, etc., también en el arte y en todos los elementos de la vida. Todos nosotros comprendemos que para alcanzar un objetivo, sea profesional, deportivo, artístico, cultural, debemos renunciar, aprender para ir adelante. Precisamente también el arte de vivir, de ser uno mismo, el arte de ser hombre exige renuncias, y las renuncias verdaderas, que nos ayudan a encontrar el camino de la vida, el arte de la vida, se nos indican en la palabra de Dios y nos ayudan a no caer – digamos – en el abismo de la droga, del alcohol, en la esclavitud de la sexualidad, en la esclavitud del dinero, de la pereza. Todas estas cosas, en un primer momento, aparecen como actos de libertad. En realidad no son actos de libertad, sino el comienzo de una esclavitud que se convierte cada vez en más insuperable. Conseguir renunciar a la tentación del momento, ir hacia el bien crea la verdadera libertad y hace preciosa la vida. En este sentido, me parece, debemos ver que sin un “no” a ciertas cosas no crece el gran “sí” a la verdadera vida, como la vemos en la figura de los santos. Pensemos en san Francisco, pensemos en los santos de nuestro tiempo, en Madre Teresa, don Gnocchi y tantos otros, que han renunciado y que han vencido y que hoy son no sólo libres ellos mismos, sino también una riqueza para el mundo y nos muestran cómo se puede vivir. Así a la pregunta “quién me ayuda”, diría que ayudan las grandes figuras de la historia de la Iglesia, nos ayuda la Palabra de Dios, nos ayuda la comunidad parroquial, el movimiento, el voluntariado, etc. Y nos ayudan las amistades de hombres que “van adelante”, que ya han hecho progresos en el camino de la vida y que pueden convencerme de que caminar así es el camino justo. Oremos al Señor para que nos de siempre amigos, comunidades que nos ayudan a ver el camino del bien y a encontrar así la vida bella y gozosa.
[Traducción del italiano por Inma Álvarez
©Libreria Editrice Vaticana]
Saturday, March 27, 2010
La familia es central para la vida de una sociedad sana, indica el Papa
Al recibir a los obispos de los Países Escandinavos en visita “ad Limina”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 26 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La familia es central, fundamental, para la vida de una sociedad sana, indicó Benedicto XVI este jueves al recibir en el Vaticano a los obispos de los Países Escandinavos, en visita ad Limina.
“Uno de los mensajes más importantes que la gente de las tierras nórdicas necesita escuchar de vosotros es un recordatorio del carácter central de la familia para la vida de una sociedad sana”, les dijo.
El Papa advirtió que “lamentablemente, en los últimos años hemos asistido a un debilitamiento de la institución del matrimonio y de la comprensión cristiana de la sexualidad humana que durante tanto tiempo sentaron las bases de las relaciones personales y sociales en la sociedad europea”.
Defendió el derecho de los niños “a ser concebidos y llevados en las entrañas” de sus madres, y “a ser “traídos al mundo y educados en el matrimonio”.
“Es a través de la relación segura y reconocida de sus propios padres como pueden descubrir su identidad y alcanzar su propio desarrollo humano”, afirmó citando la instrucción Donum Vitae.
En este sentido, el Papa afirmó que “en las sociedades con una noble tradición de defensa de los derechos de todos sus miembros, sería de esperar que este derecho fundamental de los niños fuera prioritario, por encima de cualquier supuesto derecho de los adultos a imponerles modelos alternativos de vida familiar, y ciertamente de cualquier supuesto derecho al aborto”.
En su discurso a los obispos de los Países Escandinavos, Benedicto XVI también abordó la cuestión de la inmigración.
Les pidió asegurarse de “ayudar a esos nuevos miembros de vuestras comunidades a profundizar su conocimiento y comprensión de la fe a través de programas oportunos de catequesis”.
“Al desempeñar vuestra responsabilidad de promover estas vocaciones -les dijo, refiriéndose al sacerdocio y a la vida religiosa- estad seguros de dirigiros tanto a los nativos como a las poblaciones inmigrantes”.
Y aseguró: “Del corazón de cualquier comunidad católica sana, el Señor siempre llama a hombres y mujeres a servirle de esta manera”.
Advirtió que “en el proceso de integración en sus países de acogida, deben ser animados a no distanciarse de los elementos más preciosos de su propia cultura, particularmente su fe”.
“El componente inmigrante de la población católica de las tierras nórdicas tiene necesidades propias, y es importante que vuestra pastoral con las familias les incluya, para favorecer su integración en la sociedad”, dijo.
Y señaló que los Países Escandinavos “han sido especialmente generosos con los refugiados de Oriente Medio, algunos de los cuales son cristianos de Iglesias Orientales”.
En un ámbito más general, el Pontífice animó a los obispos a llevar a toda la gente de sus países el mensaje social y ético de la Iglesia.
Aplaudió algunas de sus iniciativas en este sentido, como el Congreso sobre la Familia que se celebrará el próximo mes de mayo en Jönköping, la carta pastoral The Love of Life [El amor de la vida n.d.t.] y el establecimiento del Instituto Newman en Uppsala.
Y destacó la importancia de llevar a cabo con vigor un cuidado pastoral de las familias y los jóvenes, con especial atención hacia los que han vivido dificultades por la crisis financiera, y sensibilidad hacia los numerosos matrimonios en los que sólo un cónyuge es católico.
“Aunque la población católica de vuestros territorios constituye sólo un pequeño porcentaje del total, está creciendo, y al mismo tiempo un buen número del resto escucha con respeto y atención lo que la Iglesia tiene que decir”, afirmó.
Sobre la realidad de la Iglesia en los Países Escandinavos, indicó: “Vuestro rebaño es pequeño en número, y extendido en una amplia zona”.
“Muchos tienen que viajar grandes distancias para encontrar una comunidad católica en la que rendir culto”, constató.
“Es muy importante que se den cuenta de que, cada vez que se reúnan en torno al altar para el sacrificio eucarístico, están participando en un acto de la Iglesia universal, en comunión con los católicos de todo el mundo”, afirmó.
“El hecho de que cada vez más de vosotros, obispos de las tierras nórdicas, seáis originarios de los países en los que servís es un signo claro de que el Espíritu Santo está trabajando entre las comunidades católicas ahí”, destacó.
“Dedicad vuestras energías a promover una nueva evangelización entre la gente de vuestros territorios”, les animó, destacando la importancia de la actividad ecuménica.
Les pidió dar “especial prioridad a la animación y apoyo de vuestros sacerdotes, que a menudo tienen que trabajar aislados unos de otros y en circunstancias difíciles para administrar los sacramentos al pueblo de Dios”.
También que comprueben que los candidatos al sacerdocio “están bien preparados para esta tarea sagrada”.
Y finalmente que se aseguren “de que los fieles laicos aprecien lo que sus sacerdotes hacen por ellos, y les ofrezcan el ánimo y apoyo espiritual, moral y material que necesitan”.
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 26 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La familia es central, fundamental, para la vida de una sociedad sana, indicó Benedicto XVI este jueves al recibir en el Vaticano a los obispos de los Países Escandinavos, en visita ad Limina.
“Uno de los mensajes más importantes que la gente de las tierras nórdicas necesita escuchar de vosotros es un recordatorio del carácter central de la familia para la vida de una sociedad sana”, les dijo.
El Papa advirtió que “lamentablemente, en los últimos años hemos asistido a un debilitamiento de la institución del matrimonio y de la comprensión cristiana de la sexualidad humana que durante tanto tiempo sentaron las bases de las relaciones personales y sociales en la sociedad europea”.
Defendió el derecho de los niños “a ser concebidos y llevados en las entrañas” de sus madres, y “a ser “traídos al mundo y educados en el matrimonio”.
“Es a través de la relación segura y reconocida de sus propios padres como pueden descubrir su identidad y alcanzar su propio desarrollo humano”, afirmó citando la instrucción Donum Vitae.
En este sentido, el Papa afirmó que “en las sociedades con una noble tradición de defensa de los derechos de todos sus miembros, sería de esperar que este derecho fundamental de los niños fuera prioritario, por encima de cualquier supuesto derecho de los adultos a imponerles modelos alternativos de vida familiar, y ciertamente de cualquier supuesto derecho al aborto”.
En su discurso a los obispos de los Países Escandinavos, Benedicto XVI también abordó la cuestión de la inmigración.
Les pidió asegurarse de “ayudar a esos nuevos miembros de vuestras comunidades a profundizar su conocimiento y comprensión de la fe a través de programas oportunos de catequesis”.
“Al desempeñar vuestra responsabilidad de promover estas vocaciones -les dijo, refiriéndose al sacerdocio y a la vida religiosa- estad seguros de dirigiros tanto a los nativos como a las poblaciones inmigrantes”.
Y aseguró: “Del corazón de cualquier comunidad católica sana, el Señor siempre llama a hombres y mujeres a servirle de esta manera”.
Advirtió que “en el proceso de integración en sus países de acogida, deben ser animados a no distanciarse de los elementos más preciosos de su propia cultura, particularmente su fe”.
“El componente inmigrante de la población católica de las tierras nórdicas tiene necesidades propias, y es importante que vuestra pastoral con las familias les incluya, para favorecer su integración en la sociedad”, dijo.
Y señaló que los Países Escandinavos “han sido especialmente generosos con los refugiados de Oriente Medio, algunos de los cuales son cristianos de Iglesias Orientales”.
En un ámbito más general, el Pontífice animó a los obispos a llevar a toda la gente de sus países el mensaje social y ético de la Iglesia.
Aplaudió algunas de sus iniciativas en este sentido, como el Congreso sobre la Familia que se celebrará el próximo mes de mayo en Jönköping, la carta pastoral The Love of Life [El amor de la vida n.d.t.] y el establecimiento del Instituto Newman en Uppsala.
Y destacó la importancia de llevar a cabo con vigor un cuidado pastoral de las familias y los jóvenes, con especial atención hacia los que han vivido dificultades por la crisis financiera, y sensibilidad hacia los numerosos matrimonios en los que sólo un cónyuge es católico.
“Aunque la población católica de vuestros territorios constituye sólo un pequeño porcentaje del total, está creciendo, y al mismo tiempo un buen número del resto escucha con respeto y atención lo que la Iglesia tiene que decir”, afirmó.
Sobre la realidad de la Iglesia en los Países Escandinavos, indicó: “Vuestro rebaño es pequeño en número, y extendido en una amplia zona”.
“Muchos tienen que viajar grandes distancias para encontrar una comunidad católica en la que rendir culto”, constató.
“Es muy importante que se den cuenta de que, cada vez que se reúnan en torno al altar para el sacrificio eucarístico, están participando en un acto de la Iglesia universal, en comunión con los católicos de todo el mundo”, afirmó.
“El hecho de que cada vez más de vosotros, obispos de las tierras nórdicas, seáis originarios de los países en los que servís es un signo claro de que el Espíritu Santo está trabajando entre las comunidades católicas ahí”, destacó.
“Dedicad vuestras energías a promover una nueva evangelización entre la gente de vuestros territorios”, les animó, destacando la importancia de la actividad ecuménica.
Les pidió dar “especial prioridad a la animación y apoyo de vuestros sacerdotes, que a menudo tienen que trabajar aislados unos de otros y en circunstancias difíciles para administrar los sacramentos al pueblo de Dios”.
También que comprueben que los candidatos al sacerdocio “están bien preparados para esta tarea sagrada”.
Y finalmente que se aseguren “de que los fieles laicos aprecien lo que sus sacerdotes hacen por ellos, y les ofrezcan el ánimo y apoyo espiritual, moral y material que necesitan”.
Tuesday, March 16, 2010
El libro negro de la cristianofobia
Entrevista al autor, Renè Guitton
ROMA, martes 16 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Han pasado más de 1977 años desde cuando un hombre que decía ser el hijo de Dios fue crucificado en Jerusalén.
En el curso de la historia sus seguidores, los cristianos, han sido a menudo perseguidos y masacrados.
Se creía que el avance de la civilización habría borrado los fenómenos de persecución religiosa, en cambio en inicio del tercer milenio son aún muchísimo los lugares donde la cristianofobia ofende, discrimina, mata.
En Nigeria, hace dos domingos, entre 200 y 500 cristianos habrían sido masacrados a golpes de machete por extremistas musulmanes.
En Oriente Medio, las crecientes persecuciones empujan a los cristianos a huir de las tierras donde nació el cristianismo.
En el Maghreb, en África subsahariana e incluso en Extremo Oriente son reducidos al silencio y asesinados a miles.
Los saqueos de iglesias y viviendas y la profanación de cementerios están a la orden del día, así como las crucifixiones, la quema de personas vivas, las mutilaciones, las decapitaciones a golpes de hacha.
Poco lejos de las fronteras de Europa se proclaman contra los cristianos fatāwā y condenas inexorables.
Todo esto sucede ante el silencio de la comunidad internacional, que se olvida de que “la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” está sancionada por la Declaración Universal de los derechos del Hombre.
René Guitton, un incansable viajero entre Oriente y Occidente, que lucha desde siempre por el diálogo entre las culturas y las civilizaciones, contra el racismo y el antisemitismo, basándose en fuentes totalmente autorizadas, en una investigación meticulosa sobre el terreno y en los testimonios directos de los protagonistas – líderes políticos y religiosos, misioneros, agentes humanitarios, pero también gente corriente conocida en sus innumerables viajes –, ha escrito el libro Cristianofobia. La nueva persecución, publicado en Italia por Lindau.
En el volumen, Renè Guitton escribe: “También los judíos y los musulmanes son perseguidos, pero el reconocimiento de sus sufrimientos no puede suceder al precio de la negación de los de los cristianos. ¿Hay acaso víctimas buenas y víctimas malas, víctimas de las que se debe hablar y otras respecto a las que se debe callar?”.
“Nuestro silencio – subraya Guitton – recuerda otros silencios de siniestra memoria, y dentro de dos o tres décadas provocará quizás nuevos llamamientos avergonzados al arrepentimiento y declaraciones de lamento por no haber querido hacer aflorar una verdad que debía ser conocida por todos”.
El autor francés ha escrito y publicado diversos volúmenes, entre los cuales El príncipe de Dios. Tras las huellas de Abraham (editado en Italia en 2009), Abraham, le messager d’Haran, Si nous nous taisons… y Le martyre des moines de Tibhirine. Ganador de numerosos premios, es miembro del Comité de expertos en la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas.
ZENIT le ha entrevistado.
-Aunque este tercer milenio se presenta como el inicio de la era de los derechos humanos, es evidente que los cristianos del mundo son aún fuertemente perseguidos. ¿Puede decirnos en qué países sucede y por qué?
Guitton: Hay que distinguir entre los países en los que hay persecución sin violencia física, y los países donde se producen homicidios y masacres.
En Turquía, por ejemplo, la mención de la religión en el carnet de identidad es obligatoria (como también en Indonesia o en Egipto. Pero la profesión de fe cristiana en estos países de mayoría musulmana, crea muchísimos problemas de discriminación, incluyendo en el empleo, de modo que los cristianos de hecho son considerados como ciudadanos de segunda clase.
La situación de los cristianos es pésima también en los Territorios Palestinos, donde los cristianos autóctonos, naturales de la tierra donde nació Jesús, corren el riesgo de desaparecer.
En esta parte del mundo los cristianos son objeto de presiones, de intimidaciones y de amenazas, hasta el punto de que algunos fundamentalistas creen que Oriente debe ser musulmán y Occidente cristiano. Los cristianos de Palestina son obligados a abandonar la tierra de Cristo, a refugiarse en Occidente.
En Egipto, la persecución es aún más violenta. El país acoge a los Hermanos Musulmanes, que son la organización fundamentalista que precede a Al Qaeda. Los Hermanos Musulmanes son los extremistas islámicos de Egipto, sus posturas y sus actos de violencia se han demostrado ampliamente desde Gamal Abdel Nasser en los años cincuenta.
Son ellos los que están detrás del asesinato del presidente Anwar El Sadat, y en estos últims años han alcanzado un peso significativo en política a través de las elecciones. Por este motivo, el gobierno egipcio tiene dificultad en afrontar a las franjas extremistas. Esta actitud complaciente del gobierno corre el riesgo de envalentonar a las personas a realizar actos violentos contra los cristianos egipcios.
Es un hecho que los actos de violencia contra los cristianos egipcios son frecuentes. La policía, que está compuesta por musulmanes, no interviene adecuadamente y el gobierno no toma medidas reales para interrumpir el proceso de discriminación de los cristianos.
Sucede así que los cristianos son perseguidos y matados, las mujeres cristianas tienen que llevar el velo islámico para estar tranquilas, cuando no son obligadas a casarse con musulmanes, etc.
En Iraq, los cristianos iraquíes, que gozaban de una cierta protección, son ahora masacrados cada día, mientras que las fuerzas de seguridad no intervienen.
Este país está en plena emergencia, pero la defensa de los cristianos del Norte es considerada un problema secundario. Los cristianos son perseguidos, raptados, asesinados. El proyecto es claro, quieren echarles de Oriente, por cuanto que representan a los ojos de los extremistas los aliados de la América cristiana que ha hecho la “cruzada” en Iraq.
El escenario de los extremistas es siempre el mismo, un Oriente musulmán y un Occidente cristiano.
Análogamente, en Paquistán, donde una reciente ley contra la "blasfemia", autoriza cualquier violación de los derechos humanos.
En Argelia los motivos de los fundamentalistas son iguales que los de Egipto. El gobierno se dirige a los extremistas islámicos en el contexto de la política de reconciliación nacional tras la guerra civil que afectó al país entre 1993 y 2000.
Y con tal de acontentar a los partidos islámicos, el gobierno no reacciona ante las persecuciones anticristianas, e incluso va más allá.
En 2006 se aprobó una ley contra el proselitismo, que permite a los tribunales practicar todo tipo de injusticia. Aunque en este país las masacres de cristianos han cesado por el momento.
En el África sub-sahariana, Nigeria está constantemente en primera página por las masacres contra los cristianos. Ha habido iglesias quemadas mientras los fieles estaban reunidos para la misa.
También en el Sudán meridional tienen lugar crímenes contra los cristianos.
El objetivo de mi libro no es el de permitir el surgimiento de la islamofobia, sino el de defender los derechos humanos contra el terrorismo de cualquier procedencia.
En India, los cristianos son perseguidos por los hinduístas fundamentalistas.
Centenares de cristianos fueron asesinados en el Estado indio de Orissa, y la intervención de las autoridades fue débil e inadecuada. En Sri Lanka, los budistas están masacrando a los cristianos.
Es un dato de hecho que desde el 11 de septiembre de 2001, ha habido un aumento de actos anticristianos en el mundo. Los extremistas, fundamentalistas de todas las procedencias, han sido animados por lo que han vivido como una victoria contra Occidente, y por ello se sienten libres de presionar a sus gobiernos para que no intervengan y dejen que la masacre y la persecución de las minorías cristianas continúe.
-Los países de mayoría musulmana, los regímenes ex comunistas, el fundamentalismo de otras religiones, los nuevos regímenes totalitarios... todos persiguen a los cristianos. ¿Por qué?
Guitton: Naturalmente los asesinatos y las masacres contra los cristianos son acontecimientos inaceptables. Las motivaciones de los anticristianos son un terreno fértil donde se difunden ideas falsas y peligrosas, sobre todo la de crear un Oriente musulmán y un Occidente cristiano. Se olvida de hecho que el cristianismo nació en Oriente y que los cristianos de Oriente son nativos de esos países en los que el cristianismo precedió al Islam más de siete siglos.
La cristianofobia nace de prejuicios basados en la ignorancia y lleva a persecuciones y masacres. Para contrarrestar estas tendencias extremas es necesario alimentar la educación y el diálogo, y utilizar la presión económica para poner fin a la violencia y a la discriminación.
-Es paradójico, pero hay también una forma de cristianofobia también en los países donde se ha desarrollado la civilización cristiana. ¿Podría ponernos algunos ejemplos y explicarnos por qué sucede esto?
Guitton: La que viene conocida como "cristianofobia" en los países de civilización cristiana está condicionada por el concepto de laicismo occidental.
La laicidad rectamente entendida no es la negación de la religión, al contrario, es la legitimación de la práctica de todas las religiones en el total alejamiento de cualquier implicación en el funcionamiento del Estado.
La perversión y el malentendimiento de este concepto de laicidad ha producido el “laicismo fundamentalista” que genera fenómenos de cristianofobia o formas similares de falta de respeto de las prácticas religiosas.
Al laicismo se añade el sentimiento de culpa de algunos países occidentales ex colonizadores como Italia, Francia, España, Portugal, Gran Bretaña y los Países Bajos.
En este contexto está también la presión por parte de algunos Estados africanos que piden el arrepentimiento y el resarcimiento de los países colonizadores. Argelia, por ejemplo, pretende denunciar al tribunal penal internacional de La Haya a los ex colonizadores por “crímenes contra la humanidad”. Estas acusaciones junto con los sentimientos de culpa son las razones que hacen silencioso al Occidente cristiano. -¿Qué podemos hacer para defender el derecho a la libertad religiosa y cómo debe movilizarse la comunidad internacional para proteger a las víctimas y prevenir la difusión de formas de fundamentalismo y de otras formas de intolerancia religiosa?
Guitton: La solución justa es difícil de encontrar. La Unión Europea puede ejercer presiones políticas y económicas. Por ejemplo, Turquía quiere entrar en Europa, por tanto la UE en el ámbito de la armonización de las leyes, puede pedir que se elimine la obligación jurídica de Turquía de mencionar la pertenencia religiosa en los documentos de identidad.
A través de la UNESCO, se podría intervenir en los campos de la instrucción y de la asistencia, sbre todo en países pobres como Palestina, por ejemplo.
Se deberá intervenir también con ayudas económicas, como está sucediendo con el nuevo gobierno iraquí, o con el líder de Hamas en Gaza, que tienen una necesidad urgente de fondos para la reconstrucción.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) pueden actuar discretamente y, naturalmente, la Santa Sede. Uno de los primeros objetivos es el de dar visados a los cristianos iraquíes que se refugian en Europa. Diversos países de la Unión Europea lo han hecho, pero los líderes cristianos que viven aún en Iraq sostienen que la concesión de los visados está en las manos de aquellos que quieren ver a los cristianos nativos dejar Oriente Medio.
“Ayudadnos a quedarnos, no a irnos”, gritan desesperados los cristianos iraquíes. Es importante tomar en consideración este llamamiento urgente, de lo contrario sucede como con los cristianos libaneses, a quienes no escuchamos lo suficiente durante las dos guerras del Líbano. Es necesario actuar, y actuar rápidamente.
-¿Cuáles son los motivos por los que ha escrito este libro y qué objetivos espera conseguir?
Guitton: Escribí este libro porque estoy conmovido por los testimonios que he recogido. Por mi trabajo de encuentros interreligiosos, seminarios, etc. viajo regularmente a África, Oriente Medio y Extremo Oriente, y he encontrado en el curso de los años una situación de creciente preocupación para los cristianos perseguidos.
La situación de discriminación se hace aún más odiosa por el silencio de Occidente.
Demasiado a menudo se hace callar a los medios de comunicación que denuncian estas injusticias, porque no está de moda hablar mal de aquellos que representan a la mayoría. Preferimos recordar los actos contra las minorías en nuestro país.
Es verdad que ningún acto de islamofobia o judeofobia es aceptable, pero es inaceptable discriminar a las víctimas. No puede haber víctimas de las que hablar mal y víctimas que deben callar.
Yo me rebelo por tanto contra todo acto de discriminación, y en particular contra los actos anticristianos.
El silencio puede ser culpable como otras veces se ha observado en Europa, sobre todo tras la conferencia de Münich de 1938.
[Por Antonio Gaspari, traducción del italiano por Inma Álvarez]
ROMA, martes 16 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Han pasado más de 1977 años desde cuando un hombre que decía ser el hijo de Dios fue crucificado en Jerusalén.
En el curso de la historia sus seguidores, los cristianos, han sido a menudo perseguidos y masacrados.
Se creía que el avance de la civilización habría borrado los fenómenos de persecución religiosa, en cambio en inicio del tercer milenio son aún muchísimo los lugares donde la cristianofobia ofende, discrimina, mata.
En Nigeria, hace dos domingos, entre 200 y 500 cristianos habrían sido masacrados a golpes de machete por extremistas musulmanes.
En Oriente Medio, las crecientes persecuciones empujan a los cristianos a huir de las tierras donde nació el cristianismo.
En el Maghreb, en África subsahariana e incluso en Extremo Oriente son reducidos al silencio y asesinados a miles.
Los saqueos de iglesias y viviendas y la profanación de cementerios están a la orden del día, así como las crucifixiones, la quema de personas vivas, las mutilaciones, las decapitaciones a golpes de hacha.
Poco lejos de las fronteras de Europa se proclaman contra los cristianos fatāwā y condenas inexorables.
Todo esto sucede ante el silencio de la comunidad internacional, que se olvida de que “la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” está sancionada por la Declaración Universal de los derechos del Hombre.
René Guitton, un incansable viajero entre Oriente y Occidente, que lucha desde siempre por el diálogo entre las culturas y las civilizaciones, contra el racismo y el antisemitismo, basándose en fuentes totalmente autorizadas, en una investigación meticulosa sobre el terreno y en los testimonios directos de los protagonistas – líderes políticos y religiosos, misioneros, agentes humanitarios, pero también gente corriente conocida en sus innumerables viajes –, ha escrito el libro Cristianofobia. La nueva persecución, publicado en Italia por Lindau.
En el volumen, Renè Guitton escribe: “También los judíos y los musulmanes son perseguidos, pero el reconocimiento de sus sufrimientos no puede suceder al precio de la negación de los de los cristianos. ¿Hay acaso víctimas buenas y víctimas malas, víctimas de las que se debe hablar y otras respecto a las que se debe callar?”.
“Nuestro silencio – subraya Guitton – recuerda otros silencios de siniestra memoria, y dentro de dos o tres décadas provocará quizás nuevos llamamientos avergonzados al arrepentimiento y declaraciones de lamento por no haber querido hacer aflorar una verdad que debía ser conocida por todos”.
El autor francés ha escrito y publicado diversos volúmenes, entre los cuales El príncipe de Dios. Tras las huellas de Abraham (editado en Italia en 2009), Abraham, le messager d’Haran, Si nous nous taisons… y Le martyre des moines de Tibhirine. Ganador de numerosos premios, es miembro del Comité de expertos en la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas.
ZENIT le ha entrevistado.
-Aunque este tercer milenio se presenta como el inicio de la era de los derechos humanos, es evidente que los cristianos del mundo son aún fuertemente perseguidos. ¿Puede decirnos en qué países sucede y por qué?
Guitton: Hay que distinguir entre los países en los que hay persecución sin violencia física, y los países donde se producen homicidios y masacres.
En Turquía, por ejemplo, la mención de la religión en el carnet de identidad es obligatoria (como también en Indonesia o en Egipto. Pero la profesión de fe cristiana en estos países de mayoría musulmana, crea muchísimos problemas de discriminación, incluyendo en el empleo, de modo que los cristianos de hecho son considerados como ciudadanos de segunda clase.
La situación de los cristianos es pésima también en los Territorios Palestinos, donde los cristianos autóctonos, naturales de la tierra donde nació Jesús, corren el riesgo de desaparecer.
En esta parte del mundo los cristianos son objeto de presiones, de intimidaciones y de amenazas, hasta el punto de que algunos fundamentalistas creen que Oriente debe ser musulmán y Occidente cristiano. Los cristianos de Palestina son obligados a abandonar la tierra de Cristo, a refugiarse en Occidente.
En Egipto, la persecución es aún más violenta. El país acoge a los Hermanos Musulmanes, que son la organización fundamentalista que precede a Al Qaeda. Los Hermanos Musulmanes son los extremistas islámicos de Egipto, sus posturas y sus actos de violencia se han demostrado ampliamente desde Gamal Abdel Nasser en los años cincuenta.
Son ellos los que están detrás del asesinato del presidente Anwar El Sadat, y en estos últims años han alcanzado un peso significativo en política a través de las elecciones. Por este motivo, el gobierno egipcio tiene dificultad en afrontar a las franjas extremistas. Esta actitud complaciente del gobierno corre el riesgo de envalentonar a las personas a realizar actos violentos contra los cristianos egipcios.
Es un hecho que los actos de violencia contra los cristianos egipcios son frecuentes. La policía, que está compuesta por musulmanes, no interviene adecuadamente y el gobierno no toma medidas reales para interrumpir el proceso de discriminación de los cristianos.
Sucede así que los cristianos son perseguidos y matados, las mujeres cristianas tienen que llevar el velo islámico para estar tranquilas, cuando no son obligadas a casarse con musulmanes, etc.
En Iraq, los cristianos iraquíes, que gozaban de una cierta protección, son ahora masacrados cada día, mientras que las fuerzas de seguridad no intervienen.
Este país está en plena emergencia, pero la defensa de los cristianos del Norte es considerada un problema secundario. Los cristianos son perseguidos, raptados, asesinados. El proyecto es claro, quieren echarles de Oriente, por cuanto que representan a los ojos de los extremistas los aliados de la América cristiana que ha hecho la “cruzada” en Iraq.
El escenario de los extremistas es siempre el mismo, un Oriente musulmán y un Occidente cristiano.
Análogamente, en Paquistán, donde una reciente ley contra la "blasfemia", autoriza cualquier violación de los derechos humanos.
En Argelia los motivos de los fundamentalistas son iguales que los de Egipto. El gobierno se dirige a los extremistas islámicos en el contexto de la política de reconciliación nacional tras la guerra civil que afectó al país entre 1993 y 2000.
Y con tal de acontentar a los partidos islámicos, el gobierno no reacciona ante las persecuciones anticristianas, e incluso va más allá.
En 2006 se aprobó una ley contra el proselitismo, que permite a los tribunales practicar todo tipo de injusticia. Aunque en este país las masacres de cristianos han cesado por el momento.
En el África sub-sahariana, Nigeria está constantemente en primera página por las masacres contra los cristianos. Ha habido iglesias quemadas mientras los fieles estaban reunidos para la misa.
También en el Sudán meridional tienen lugar crímenes contra los cristianos.
El objetivo de mi libro no es el de permitir el surgimiento de la islamofobia, sino el de defender los derechos humanos contra el terrorismo de cualquier procedencia.
En India, los cristianos son perseguidos por los hinduístas fundamentalistas.
Centenares de cristianos fueron asesinados en el Estado indio de Orissa, y la intervención de las autoridades fue débil e inadecuada. En Sri Lanka, los budistas están masacrando a los cristianos.
Es un dato de hecho que desde el 11 de septiembre de 2001, ha habido un aumento de actos anticristianos en el mundo. Los extremistas, fundamentalistas de todas las procedencias, han sido animados por lo que han vivido como una victoria contra Occidente, y por ello se sienten libres de presionar a sus gobiernos para que no intervengan y dejen que la masacre y la persecución de las minorías cristianas continúe.
-Los países de mayoría musulmana, los regímenes ex comunistas, el fundamentalismo de otras religiones, los nuevos regímenes totalitarios... todos persiguen a los cristianos. ¿Por qué?
Guitton: Naturalmente los asesinatos y las masacres contra los cristianos son acontecimientos inaceptables. Las motivaciones de los anticristianos son un terreno fértil donde se difunden ideas falsas y peligrosas, sobre todo la de crear un Oriente musulmán y un Occidente cristiano. Se olvida de hecho que el cristianismo nació en Oriente y que los cristianos de Oriente son nativos de esos países en los que el cristianismo precedió al Islam más de siete siglos.
La cristianofobia nace de prejuicios basados en la ignorancia y lleva a persecuciones y masacres. Para contrarrestar estas tendencias extremas es necesario alimentar la educación y el diálogo, y utilizar la presión económica para poner fin a la violencia y a la discriminación.
-Es paradójico, pero hay también una forma de cristianofobia también en los países donde se ha desarrollado la civilización cristiana. ¿Podría ponernos algunos ejemplos y explicarnos por qué sucede esto?
Guitton: La que viene conocida como "cristianofobia" en los países de civilización cristiana está condicionada por el concepto de laicismo occidental.
La laicidad rectamente entendida no es la negación de la religión, al contrario, es la legitimación de la práctica de todas las religiones en el total alejamiento de cualquier implicación en el funcionamiento del Estado.
La perversión y el malentendimiento de este concepto de laicidad ha producido el “laicismo fundamentalista” que genera fenómenos de cristianofobia o formas similares de falta de respeto de las prácticas religiosas.
Al laicismo se añade el sentimiento de culpa de algunos países occidentales ex colonizadores como Italia, Francia, España, Portugal, Gran Bretaña y los Países Bajos.
En este contexto está también la presión por parte de algunos Estados africanos que piden el arrepentimiento y el resarcimiento de los países colonizadores. Argelia, por ejemplo, pretende denunciar al tribunal penal internacional de La Haya a los ex colonizadores por “crímenes contra la humanidad”. Estas acusaciones junto con los sentimientos de culpa son las razones que hacen silencioso al Occidente cristiano. -¿Qué podemos hacer para defender el derecho a la libertad religiosa y cómo debe movilizarse la comunidad internacional para proteger a las víctimas y prevenir la difusión de formas de fundamentalismo y de otras formas de intolerancia religiosa?
Guitton: La solución justa es difícil de encontrar. La Unión Europea puede ejercer presiones políticas y económicas. Por ejemplo, Turquía quiere entrar en Europa, por tanto la UE en el ámbito de la armonización de las leyes, puede pedir que se elimine la obligación jurídica de Turquía de mencionar la pertenencia religiosa en los documentos de identidad.
A través de la UNESCO, se podría intervenir en los campos de la instrucción y de la asistencia, sbre todo en países pobres como Palestina, por ejemplo.
Se deberá intervenir también con ayudas económicas, como está sucediendo con el nuevo gobierno iraquí, o con el líder de Hamas en Gaza, que tienen una necesidad urgente de fondos para la reconstrucción.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) pueden actuar discretamente y, naturalmente, la Santa Sede. Uno de los primeros objetivos es el de dar visados a los cristianos iraquíes que se refugian en Europa. Diversos países de la Unión Europea lo han hecho, pero los líderes cristianos que viven aún en Iraq sostienen que la concesión de los visados está en las manos de aquellos que quieren ver a los cristianos nativos dejar Oriente Medio.
“Ayudadnos a quedarnos, no a irnos”, gritan desesperados los cristianos iraquíes. Es importante tomar en consideración este llamamiento urgente, de lo contrario sucede como con los cristianos libaneses, a quienes no escuchamos lo suficiente durante las dos guerras del Líbano. Es necesario actuar, y actuar rápidamente.
-¿Cuáles son los motivos por los que ha escrito este libro y qué objetivos espera conseguir?
Guitton: Escribí este libro porque estoy conmovido por los testimonios que he recogido. Por mi trabajo de encuentros interreligiosos, seminarios, etc. viajo regularmente a África, Oriente Medio y Extremo Oriente, y he encontrado en el curso de los años una situación de creciente preocupación para los cristianos perseguidos.
La situación de discriminación se hace aún más odiosa por el silencio de Occidente.
Demasiado a menudo se hace callar a los medios de comunicación que denuncian estas injusticias, porque no está de moda hablar mal de aquellos que representan a la mayoría. Preferimos recordar los actos contra las minorías en nuestro país.
Es verdad que ningún acto de islamofobia o judeofobia es aceptable, pero es inaceptable discriminar a las víctimas. No puede haber víctimas de las que hablar mal y víctimas que deben callar.
Yo me rebelo por tanto contra todo acto de discriminación, y en particular contra los actos anticristianos.
El silencio puede ser culpable como otras veces se ha observado en Europa, sobre todo tras la conferencia de Münich de 1938.
[Por Antonio Gaspari, traducción del italiano por Inma Álvarez]
Monday, March 8, 2010
La ingesta proteica del 30% reduce la grasa y evita la pérdida de masa muscular
Las recomendaciones dietéticas actuales sugieren que una persona debe consumir entre un 10 y un 15 por ciento de proteínas del total de su ingesta energética diaria, aunque cada vez existe mayor evidencia científica de que el consumo proteico adecuado debe situarse en el 30 por ciento, según ha explicado a Diario Médico Susana Galvez, médico nutricionista en el centro de atención primaria de Cardedeu, en Barcelona.
Algunos de los últimos estudios indican que las recomendaciones teóricas no se ajustan a la evidencia científica, por lo que se deberían actualizar
Según los resultados de un trabajo publicado en The Journal of Nutrition, la dieta con un 30 por ciento de proteína fue más efectiva para la pérdida de masa grasa y la mejora de la composición corporal, tanto en la fase inicial como en el mantenimiento a largo plazo, además de que produjo reducciones sostenidas en el tiempo en triglicéridos en suero y aumento de las lipoproteínas de alta densidad, en comparación con la dieta convencional alta en carbohidratos.
ProporcionesSegún la experiencia de Gálvez, que recomienda a sus pacientes una ingesta proteica del 30 por ciento como parte de la Dieta de la Zona, diseñada por Barry Sears, presidente de la Fundación de la Investigación sobre Inflamación en Marblehead (Estados Unidos), esta proporción contribuye a mejorar los síntomas de diversos trastornos como hipertensión arterial, diabetes y obesidad. A su juicio, fomentar una buena alimentación por parte de los médicos de atención primaria podría disminuir la necesidad de fármacos en muchos de estos pacientes, lo que evitaría efectos secundarios y además se traduciría en un ahorro del gasto sanitario.
Algunos de los últimos estudios indican que las recomendaciones teóricas no se ajustan a la evidencia científica, por lo que se deberían actualizar
Según los resultados de un trabajo publicado en The Journal of Nutrition, la dieta con un 30 por ciento de proteína fue más efectiva para la pérdida de masa grasa y la mejora de la composición corporal, tanto en la fase inicial como en el mantenimiento a largo plazo, además de que produjo reducciones sostenidas en el tiempo en triglicéridos en suero y aumento de las lipoproteínas de alta densidad, en comparación con la dieta convencional alta en carbohidratos.
ProporcionesSegún la experiencia de Gálvez, que recomienda a sus pacientes una ingesta proteica del 30 por ciento como parte de la Dieta de la Zona, diseñada por Barry Sears, presidente de la Fundación de la Investigación sobre Inflamación en Marblehead (Estados Unidos), esta proporción contribuye a mejorar los síntomas de diversos trastornos como hipertensión arterial, diabetes y obesidad. A su juicio, fomentar una buena alimentación por parte de los médicos de atención primaria podría disminuir la necesidad de fármacos en muchos de estos pacientes, lo que evitaría efectos secundarios y además se traduciría en un ahorro del gasto sanitario.
Las mujeres que beben moderadamente ganan menos peso
Las mujeres que beben alcohol de manera moderada parecen ganar menos peso y tener menos riesgo de obesidad que aquellas que nunca beben, según un estudio publicado en Archives of Internal Medicine.
Lu Wang, del Brigham and Women´s Hospital en Boston (Estados Unidos), dirigió la investigación con 19.220 mujeres norteamericanas de 39 años o más y un índice de masa corporal normal (de 18,5 a 25). Un test inicial mostró que el 38,2 por ciento no bebía alcohol; un 32,8 por ciento bebía menos de 5 gramos diarios; un 20,1 por ciento ingería de 5 a 15 gramos; un 5,9 por ciento de 15 a 30 gramos y un 3 por ciento más de 30 gramos diarios.
Después de un seguimiento de 13 años, las mujeres que bebían una cantidad moderada de alcohol ganaron peso progresivamente. Las que no bebían ganaron una mayor cantidad de peso, con una disminución gradual a medida que bebían más. Un total de 7.942 mujeres (41,3 por ciento) que inicialmente tenían un peso normal, acabaron con sobrepeso u obesidad.
En comparación con las mujeres que no bebían, entre aquellas que ingerían algo menos de 40 gramos diarios de alcohol la tendencia al sobrepeso o la obesidad era menor, siendo las que bebían entre 15 y 30 gramos las que tenían el riesgo más bajo.
"Esta asociación entre la ingesta de alcohol y el sobrepeso pudo apreciarse con cuatro bebidas distintas: vino tinto, vino blanco, cerveza y licor, siendo más notoria con el vino tinto", señalan los autores.
Las próximas investigaciones se centrarán en esclarecer los comportamientos psicológicos y los factores genéticos que influyen en los efectos del alcohol sobre el organismo.
Lu Wang, del Brigham and Women´s Hospital en Boston (Estados Unidos), dirigió la investigación con 19.220 mujeres norteamericanas de 39 años o más y un índice de masa corporal normal (de 18,5 a 25). Un test inicial mostró que el 38,2 por ciento no bebía alcohol; un 32,8 por ciento bebía menos de 5 gramos diarios; un 20,1 por ciento ingería de 5 a 15 gramos; un 5,9 por ciento de 15 a 30 gramos y un 3 por ciento más de 30 gramos diarios.
Después de un seguimiento de 13 años, las mujeres que bebían una cantidad moderada de alcohol ganaron peso progresivamente. Las que no bebían ganaron una mayor cantidad de peso, con una disminución gradual a medida que bebían más. Un total de 7.942 mujeres (41,3 por ciento) que inicialmente tenían un peso normal, acabaron con sobrepeso u obesidad.
En comparación con las mujeres que no bebían, entre aquellas que ingerían algo menos de 40 gramos diarios de alcohol la tendencia al sobrepeso o la obesidad era menor, siendo las que bebían entre 15 y 30 gramos las que tenían el riesgo más bajo.
"Esta asociación entre la ingesta de alcohol y el sobrepeso pudo apreciarse con cuatro bebidas distintas: vino tinto, vino blanco, cerveza y licor, siendo más notoria con el vino tinto", señalan los autores.
Las próximas investigaciones se centrarán en esclarecer los comportamientos psicológicos y los factores genéticos que influyen en los efectos del alcohol sobre el organismo.
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